NIL BROWN
“Y entonces se dieron cuenta que ya estaban haciendo el amor. Sin si quiera tocarse. Se desnudaron sin tocarse y se disfrutaron sin tocarse. Bajo la luna de esa noche hicieron el amor con tan solo unas miradas”.
—Yyyy… se me fue la inspiración.
Lanzo la silla movible hacia atrás con mi cuerpo.
Escribir libros es lo mejor, pero odio cuando voy con toda la inspiración y de la nada todo se esfuma.
¿Cómo es que se me fue la inspiración tan rápido? ¡Vamos! Solo faltan los últimos capítulos.
Mis padres y mi hermano se encuentran en casa, mi hermano y yo en nuestras respectivas habitaciones, mis padres en la sala. Ningún empleado está en la casa a petición de mis padres.
Tocan la puerta y antes de que pueda contestar mi hermano abre la puerta y asoma su cabeza.
—Nil, ¿puedo pasar? —pregunta mi hermano menor. Adrien.
—Claro pequeño monstruo —monstruo, el apodo que se le quedo desde que tengo memoria, el disfrazado de monstruo durante varias semanas después de que en el cine vimos la película de “Hotel Transylvania”. Según para él, ser un monstruo era un sueño cumplido.
A la semana de ver la película mis padres desaparecieron cualquier disfraz de la casa. Son de las pocas cosas por las que les agradezco
—¿Puedes parar de decir eso? Hace ya 8 años de eso y continúas diciéndolo, pero bueno, en fin. Necesito tu ayuda —entra a la habitación cerrando la puerta y poniéndose delante de esta.
Cierro la laptop y me volteo para quedar de frente a él.
—¿Para?
—En realidad no es un favor, es una necesidad —después de un corto silencio continua—. Necesito un poco de dinero.
Me pongo de pie. —¿Dinero? Si sabes que yo no tengo, ¿verdad? El poco que tengo es de mis padres también —si tengo dinero. Pero es el que gane gracias a la publicación de mis libros, lo estoy ahorrando para viajar por el mundo en uno o dos años.
—Lo sé, y lo entiendo perfectamente. Pero es para un viaje con amigos, mis padres ya me dieron el permiso, pero no me dieron el dinero y bueno tu eres la única opción para pedir dinero.
—No te pases Adrien, ¿solo me buscas cuando necesitas dinero? Además, ¿por qué no les pediste dinero?
—No se me ocurrió, estaba tan emocionado que olvide por completo el dinero — dice. Camina hasta que está a un lado de la cama, en la cual se sienta con rapidez—. No solo te busco por dinero o eso creo, si quieres te limpio la habitación toda la semana —lo miro con la cara más obvia que tengo. Tenemos empleadas que hacen eso, no me conviene para nada.
—Mira, te puedo dar dinero si yo voy a ese viaje.
—No —responde rotundamente. Lo miro con curiosidad.
—Pero, ¿por qué no?
—Sabes que somos nuevos en la ciudad y estos chicos son mis primeros amigos aquí. Así que por ti no voy a dejar caer esta amistad.
—Bueno pues, así como tú no puedes dejar caer tu “nueva amistad” —le digo haciendo comillas con los dedos—. Yo no puedo dejar mi dinero en tus manos.
Por el momento si somos nuevos en la ciudad, pero hace bastantes años ya habíamos vivido aquí.
—¿En serio Nil?
—Muy en serio.
—No lo puedo creer —se pone de pie y pone cara de decepcionado—. No creí que fueras así —camina hacia mí y me señala con un dedo—. Tú mi hermano favo…
—Para con esto Adrien —le empujó la mano con la que me señala, me está tratando de hacer sentir mal solo por no prestarle dinero—. Soy tu hermano favorito porque soy tu único hermano, y sobre lo que creías de mi me vale muy poco. Esas son mis condiciones, si quieres el dinero las aceptas, si no lo quieres retírate de mi cuarto. Que estoy trabajando para poder tener un futuro. Y gracias por mínimo entrar para saber que estoy vivo.
Termino de decirle eso y me vuelvo a sentar. Volviendo a abrir la laptop para volver a escribir. Escucho pasos detrás de mí y luego la puerta se cierra con un azotón.
Es horrible ser un hermano mayor que como mucho ve a su hermano 3 veces a la semana. Cada uno vive en su mundo, cada uno con sus sueños. Ni siquiera desayunamos juntos. Solo lo veo cuando pasan cosas como las anteriores. Cuando uno necesita del otro.
Mientras que yo me la pasó prácticamente viviendo en la casa de Neizan el se la pasa de fiesta, nos vemos cuando mis padres quieren aparentar ser una familia unida.
Sigo intentando escribir durante una hora hasta que mi estómago gruñe.
Tengo hambre.
Bajo las escaleras para llegar lo más pronto posible a la cocina.
—Los Limanture —escucho a mi padre hablar desde la sala—. Solo una hija, abogados por generaciones, los abogados más importantes del país, la familia con más lujos de todo Wiseltorn y posiblemente los mejores logrando duplicar su dinero cada año.
—¿Limanture? —pregunto cuando paso por el pasillo.
—Así es cariño —contesta mi madre—. Ellos serán nuestros nuevos socios. Además, el señor Abadie Limanture es viejo amigo de tu padre. Tendremos una cena con ellos mañana.