N/A: y justo de este cap nació Laura. Cuando no era más que un simple extra.
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— ¡¡Azul!!
Escucho que me llaman, giro mi cabeza hacia la dirección de la que creo salió la voz mientras sigo recogiendo mis cosas, es… ¿Laura?
Ella es una chica Europea de Intercambio de quien no tengo nada malo que señalar pues nunca jamás de los jamases me ha hablado a no ser para lo estrictamente necesario; sólo puedo decir que se le ve muy tranquila tomando sus notas en clase y eso.
La verdad no me cae mal, hay que reconocerle que no se las anda dando de princesita europea aunque tiene todas las pintas con esa piel, ese cuerpo de barbi, ese pelo rubio y esos ojos plateados.
Se acerca sonriente, esto no me da muy buena espina…
—Emm, estás saliendo con Mateo, o sea si teníais algo… —sonríe tímidamente y se sonroja al instante
Yo parpadeo un par de veces, sorprendida al cuadrado.
¡¡Sí, idiota!! ¡¡Es mío, mío!! —me dan ganas de gritarle
En vez de eso giro mi rostro hacia él, está revisando algo con el profesor y de pronto la realidad me da un guantazo en la cara
"No, Azul, no lo es, y quizá nunca lo sea"
Me obligo a mirar a Laura antes de responderle en una nota más baja de la que pretendía
—No, no tenemos nada más que una buena amistad.
Lo último que quiero añadir a la ecuación es que se cuele el rumor de que soy la pobre chica que llora las penas de un amor no correspondido —que esa idea no está tan desviada…—ya, pero cuando el orgullo es lo único que te queda…
Suspira aparentemente aliviada y comenta:
—¡¡Ya sabía yo!!
Espera... ¿tan raro sería que entre Mateo y yo hubiera algo?"
—No es por ofender —dice de pronto como si hubiera caído en cuenta de que estuvo mal su comentario —no es que diga que tú no estés…—deja la frase en el aire y continúa —bueno, lo que sea… el punto es que él me gusta y lo he pillado mirándome, pero quisiera confirmar, ¿entiendes? —recalca como si lo que dijera fuera la 4ta ley de Newton. "Auch, eso dolió"
Me mira un momento analizando mi silencio —no me juzguen, justo ahora se me olvidó como era eso de parecer menos tonta
—Los demás chicos dicen que es frío, desinteresado, insensible…—prosigue —pero la verdad yo creo que es tímido y su mirada me intriga bastante; además, las veces que hemos hablado yo no he visto nada de eso... vaya, que me gusta mucho y quisiera que me ayudaras a conocerlo; ya sabes, como un modo de romper el hielo…—termina con una sonrisa tonta
¡¡Qué!! ¿Resulta que ahora Mateo habla con ella?
OH NO, OH NO, OH NO…
Me va a dar un tic nervioso. ¿Cómo era? Exhala-inspira… no, así no funciona, al contrario... inspira-exhala...
Ya no me cae tan bien... ¡¡aunque no es que alguna vez lo hiciera!!
Laura espera a que diga algo, como no lo hago continúa ella:
—Bueno, este… mira —me extiende una tarjeta —éste es mi número, podrías dárselo y decirle que quisiera salir a tomar algo un día de estos...
No soy consciente de cuándo mi brazo se estira y coge la tarjeta; pero si hay algo de lo que ambas estamos conscientes es de que esto no está siendo nada cómodo...
Su sonrisa de anuncio publicitario me encandila por un momento y se marcha.
¿Será posible todo lo que me dice? ¿Que a Mateo de verdad le gusta ella y que no se acerca por su temor a relacionarse?
Yo lo conozco, y sé que no es una idea tan descabellada; si se aleja no es por ser frío o insensible, si no por su temor a socializar…
Esto es demasiado… mi cerebro en este momento es un charco, podría simplemente olvidar todo lo que ha pasado y librar a la faz de la tierra de esta asquerosa tarjeta…
—¡¡Azul!!!
Mis pensamientos se detienen cuando escucho a Mateo llamarme a unos metros.
Viene hacia mí a grandes zancadas por el pasillo con el ceño fruncido… ¿Y cuándo salí al pasillo?
—¿Todo bien? —me pregunta golpeando mi frente con su dedo índice —Salí creyendo que saldrías luego, pero te has tardado demasiado en alcanzarme, Lu.
"Con que soy tu perrito faldero ¿no? ¿Y a Laura? ¿a ella si la viste cuando salió del aula?
Espera; ¡¡¿Por salir detrás de ella fue que no te diste cuenta que yo no había salido?!!
Observa divertido mi mohín y me da un golpe cariñoso en la espala antes de añadir en tono conciliador
—Vamos, te invito a un helado para que me perdones por haber dejado a Gretel en el bosque, ¡¡con lo claro que quedo tu pésimo sentido de orientación cuando nos llevaste hacia la bruja!!
Hermanos… ¿En serio? ¿Y los besos? ¿Por qué no me soborna con besos? ¿Ya ni en broma quiere besarme?
No hay dudas, mal necesario, necesito saber si la… burguesita tiene razón; y aunque duela, debo verlo con mis propios ojos.
Tendré un incendio cerebral si no lo descubro, necesito un plan… uno bueno…
¡¡Una cita doble!! Así espío y... ¡¡Quizá pueda probar lo de darle celos!!
¿Quién Sabe?, ¡¡quizá sentir que me pierde es lo que necesita para despertar!!
Sí, eso que tengo ahora es una sonrisa esperanzadora, y no por el cono de chocolate con menta que me acaba de poner Mateo en las manos... Si no por mi nueva genial idea.
¿Qué? no está prohibido soñar...
Siento a Mateo reír y comentar algo de niña y helado, pero nada me desanimara.
Tengo un plan del que saldré destrozada o victoriosa, no acepto medias tintas... Todo o nada.
Ahora solo necesito a mi cita, alguien con quién Mateo no se codee para que no tenga motivos para dudar de mí; pienso en todos los que en algún momento les he ayudado en algún trabajo, rayos, ¿por qué teníamos que ser Mateo y yo del mismo aula?