Deambulamos un poco tomados de la mano, haciéndonos bromas tontas mientras nos reímos el uno del otro o de ambos.
La noche se va volviendo más oscura y el cielo más claro mientras se van quedando atrás las luces de la feria.
— ¿Qué me dices? ¿Aceptas el reto de cazar estrellas?
Su proposición hace que mi corazón de un vuelco
"sólo en tus besos soy capaz de alcanzar miles de ellas..." —pero su mirada de niño travieso me dice que no se está refiriendo a besos...
— Hoy la tierra se ha disfrazado de cielo —sigo la dirección que me indica con su cabeza.
Me quedo sin habla ante lo que veo. Un campo repleto de cocuyos (1) ¡¡Miles y miles de ellos!! Es... hermoso... ¡Ciertamente parece un cielo en la tierra!
Salgo corriendo hacia ellos y sin más me pongo a saltar para tratar de atraparlos.
Me siento eufórica, feliz...
La carcajada despreocupada y sincera de Mateo es el broche que hace perfecto este momento.
***
Nos dejamos caer exhaustos en el suelo; me acomodo en su brazo y nos quedamos maravillados ante el espectáculo de millones de estrellas que nos presenta el cielo.
Escucho que sonríe por lo bajo, así que giro mi rostro para verlo.
Es consciente de mi mirada pero me habla sin apartar su vista del cielo.
— Eres pésima cazando estrellas —se burla de mí —yo en cambio soy el mejor, tengo en mis brazos a la más hermosa y brillante de ellas... mi perfecta Luzazul... —añade en apenas un susurro.
Me lo quedo viendo, él no se gira para verme; pero me siento satisfecha con saber que esa sonrisa que adorna ahora sus labios me pertenece, justo ahora tengo patente sobre ella.
Pasan horas o minutos, no lo sé, no soy consciente del tiempo; en este momento todo me parece perfecto, hasta el silencio...
— Son las 4:20 am, debemos acercarnos ya a la terminal —sus palabras le quitan el freno a todas las cuestiones que había dejado en pausa:
La cita doble, mi plan de espía y de despertar su interés con celos... ¿Entonces qué? ¿ya no es necesario? ¿Esto significa que le gusto yo y no Laura?
Está claro que antes de hoy no conocía este lugar ¿por qué entonces tanto miedo? ¿Por qué no aceptar la compañía de otros al menos como amigos si no quiere algo más que eso?
Decido introducir el asunto por el tema que me parece más lógico y seguro para por ahí ir sacando.
— Adán y Laura...
— Mañana le damos una excelente escusa
Me quedo mirándolo; está esquivando esta plática.
Lo evita, pero sabe que le hago una pregunta muda
— Esto —nos señala a ambos —para mí es suficiente
¿Esto qué? ¿pos-beso? ¿pre-beso?
Espera, ¿cuál es el estado pos beso?...
Se queda mirándome, sabe que aún no me convence, así que puedo ver el engranaje en su cerebro buscando como desarmarme.
— Sólo a ti, así me basta, contigo.
"Eso se oye bien" al menos puedo decir que su frase me desconcierta lo suficiente como para no tener tiempo de estar molesta...
Espera… .¿Hasta cuándo? ¿Para siempre?
—Ya sabes —continúa —siempre quise decir con propiedad eso de: "... yo tengo más que el leopardo..."
"...porque tengo un buen amigo" (2)
¿En serio? ¿De verdad?
O sea, a pesar de todo ¿solo amigos? ¿No hay avance? ¿No sintió nada? ¿Le dio amnesia? ¿Se le habrá metido un cocuyo en la cabeza?
Esta vez no hay ira, arrepentimiento, ¡¡nada!! Mis besos ya no son capaces si quiera de producir eso; simplemente es como si todo esto no hubiese sido más que un sueño, sólo mío el sueño
...
Vaya, al final no sólo no son suficientes si no que son insignificantes mis besos —pienso mientras veo como compra los tiques y me sonríe como si hoy simplemente hubiéramos compartido uno de nuestros habituales paseos.
Se me han ido por completo las energías, de pronto mi única aspiración en la vida es sepultarme en mis sábanas hasta que vuelva a rearmar mi careta de indiferencia.
Creo que mi yo interno se está ahogando ahora mismo en su propio mar de lágrimas.
Ahhhhhhhhahjhajajajjakjjal.
«Para siempre mi amigo...» ¿y para mí? ¿Será suficiente? No lo creo
Referencias:
(1) Cocuyo: Nombre genérico con que se designa a distintas especies de insectos coleópteros, de cuerpo alargado de hasta 5 cm de longitud, que tienen dos manchitas redondeadas de color amarillento (una a cada lado del primer segmento del tórax) por las cuales despide de noche una intensa luz azulada; es propio de América.
(2) " yo tengo más que el leopardo porque tengo un buen amigo" fragmento del poema XLIV de José Martí