Observaba a Jane que estaba abrazaba de medio lado con Seb y riendo fuerte con el resto de chicos, los mismos que se reían de mí ayer pero ese chico no estaba pero bueno, en realidad era mejor que no estuviese con ellos, sonreí a Jane a lo lejos y seguí mi camino a la puerta de la escuela, mientras caminaba, toda la escuela me miraba y con sus teléfonos se reían de mí ¿Será que esto no puede ir peor? Y me caí en el primer escalón de las escaleras de la entrada ¿Por qué lo pensé? La pena no me dejaba levantar pero vi una mano que cogía de mi brazo y me levantaba.
Debí traerme una bolsa, no se rían más de mí, me gritaba de la vergüenza y mis ojos parpadearon con fuerza “¿Para qué una bolsa?” Mis ojos de plato y blanqueados no podían creer quien hablaba dentro de mi mente ¿Cómo lo hizo? “Eres linda, sabes” y me dedicó una gran sonrisa. Saqué mi mirada de sus ojos y parpadeé con fuerza bloqueando la conversación tan extraña que había tenido. ¿Dónde estás Jane? ¿Dónde?
-Hola- De nuevo esa voz tranquila y segura de él, no estaba segura de responderle, el frío de sus manos ya me contagiaba le dediqué una sonrisa que luego tuve que soltar.
-¿Estás bien, cariño?- Ara me arquea una ceja y señala mi brazo haciendo una mueca, quito mi brazo con torpeza, agacho la mirada y paso por su lado, ya estando en el último escalón Jane y Seb tomados de la mano se ríen.
-Ya, ríanse, no soy una estudiante, soy el payaso de la escuela- Y seguí adelante, mientras Seb afirmaba que sí lo era, Jane le pegó un codazo en su abdomen y este chilló. Paré en ese instante para que Jane me alcanzase y ella le dio un beso en la frente a Seb y tomó de mi brazo, cuando me percaté que Seb ya no estaba cerca, nos reímos mientras nos dirigíamos a clase.
-¿Qué tanto le miras, tonta?- Susurraba Jane, la pregunta de Jane me ha sacado de sí, estremeciéndome fuerte, mientras el maestro de química levanta la mirada sobre sus grandes lentes.
-No me hagas esto, ¡Te pasas!- Le decía mientras tomaba un libro de ella con algo de torpeza.
-Déjalo ahí, luego lo dejas caer y será peor- Murmura entre risas.
-¡El fósforo!- Respondió Miguel en un solo grito, mis ojos se abrieron mucho mirando a Jane que aún se reía.
-Fischer, algo que tenga por agregar- Yo me giraba muy lento, mirando el maestro, aún con mis ojos de plato, tremulosa, porque no había puesto ni poquito de atención a su clase.
- No me vuelvas a distraer de esa forma Jane, ni supe de que iba la clase- Le decía mientras buscaba una toalla de papel para secar mis manos.
-Ah, yo soy la culpable que la señorita andaba distraída con el nuevo, y actuando como torpe mientras lo tiene cerca... Jajaja- Jane era muy buena para ser directa y también para burlarse de mí. -Tienes que darle las gracias a tu Romeo que te haya salvado una vez más- Decía Jane mientras me guiñaba un ojo y salía del baño.
Mis ojos se tornaban de un azul mar y se me venía una frase a la mente 'Esto es una locura'.
Ya era por la tarde y Jane se fue con Seb y sus amigos a la cancha yo prefería estar sola, estar con ellos iba a ser muy incómodo para mí, desde que era pequeña siempre buscaban la forma de reírse de mí, mientras los veía alejarse yo subía por las grandes escaleras de madera que conducían a un solo lugar: La biblioteca.
Al llegar ahí debía llegar a un solo sitio en lo cual era entrada 'VIP' una entrada restringida, solitaria, oscura y con muchos secretos, abrí el gran portón y encendí una de las lámparas viejas del lugar, la gran habitación era un gran salón clásico, un estilo medieval, los libros llegaban hasta el techo y habían escaleras de madera que se podían arrastrar por toda la habitación, conocía bien este lugar, era una lugar precioso y deslumbrante, un lugar que conectaba la escuela con un viejo castillo, esto era de luces!
Llevaba horas buscando respuestas, y medio repasaba los libros descubría cosas fascinantes de este lugar pero nada hablaba de él, no podía decir lo que era hasta no estar segura, tenía mucho qué leer, pensar y aclarar, esto era una situación complicada.
- No me gusta que averigües cosas de tu pasado, amiga... Sabes que, eso te pone mal- Decía Jane mientras levantaba mi rostro apagado.
-¿Por qué me hicieron esto? ¡No es justo!- Me aclaraba la garganta mientras me dejaba abrazar de Jane.
-Hola, amor- Sentí un beso en la mejilla de Jane y volteé a mirar a Seb.
Jane lo miraba... Así de nuevo, la miel, la mermelada... -¿Hola...?- Le decía a ambos mientras se miraban con mucha azúcar.
Seb me miraba malhumorado que me hacía mirar a otro lado, este tipo me daba miedo con tanto rechazo que me tenía.
-Amiga, me iré con Seb, debo acompañarlo a una reunión acerca de su proyecto- Jane tocaba mi cabello suave y se alejaba.