Tus ojos Mis ojos

Acto 2

Ester se vistió lo más rápido que pudo, se había quedado dormida ni siquiera sintió cuando Amanda dejó el cuarto. El móvil marcaba las nueve de la mañana, se había olvidado programar la alarma. Se miró en el espejo del armario, era lo mejor que podía lucir, se había peinado con crema para peinar y los rizos le caían brillosos y ensortijados, más tarde se le esponjarían, así que decidió recogerlos en un moño. Se había puesto una blusa amarilla de cuello en V que mostraban el nacimiento de su abultado pecho aprisionado, con un blazer verde olivo, unos jeans ajustados hasta los tobillos azul oscuro y unas zapatillas negras sin medias; miró abajo, en la desnuda piel del pie, resaltaba una mariposa azul y el dije de corazón plateado de la tobillera que se escapaba del ruedo del jean. Se colocó unos zarcillos de corazoncitos plateados discretos y se pintó los labios de un rojo naranja muy suave <<Un poco de rubor y perfume… ya está>> cerró la puerta del closet, cogió su bolsa y mientras introducía su móvil dentro, y cerraba la cremallera, salió al pasillo. Se echó la bolsa al hombro y al llegar ante la puerta de salida, le llegó la voz de Steven.
      _ ¿Te vas sin nada en el estómago, cariño?_ dijo él, desde el umbral de la cocina con una taza de Date Note en mano. Se había cambiado el color de cabello azul por rosa pastel, algo que le dio asco a Ester; llevaba puesta una camisa holgada desabrochada, amarillo canario de magas largas con puños sueltos y detalles en rojo diminutos, debajo una camiseta blanca de algodón. Jeans claros y unos deportivos; unos zarcillos con cruces se balanceaban en sus orejas, sus labios tenían un brillo rosa, sus ojos estaban ligeramente sombreados y delineados perfectamente. Parecía una chica muy linda con un aire retro_ ¿No quieres comer algo antes o tomar un café?
      _No tengo hambre_ dijo Ester, un poco deslumbrada por el aspecto del anfitrión_ además, voy retrasada.
      _ ¿Retrasada a donde?_ preguntó Steven, en un tono despreocupado.
      _Pues a buscar empleo_ respondió ella_ te lo dije anoche.
      _Me temo que con esas fachas no conseguirás más empleo que de mesera en un bar_ expresó Steven, separándose del umbral y yendo hasta ella; dejó la taza en un tapetito para vasos con el dibujo de un cup cake sonriente_ definitivamente necesitas la ayuda de un hada madrina urgentemente y esa seré yo, cariño.
      _Primero, esto es lo mejor que tengo_ Ester se señaló con un dedo a sí misma_ demás, no tengo tiempo, ya te lo dije…
      Steven espantó sus palabras con una mano, un anillo con un rubí le centelleó.
      _Tienes tiempo de sobra y no llegarás tarde a ningún lado; es tu primer día en Nueva York, así que deberás tomarte las cosas con calma. Y estoy seguro de que tienes una mejor blusa que esa, vamos_ cogió a Ester del brazo y tiró de ella, la arrastró de regreso al cuarto. Una vez allí, Steven comenzó a sacar ropas del bolso de viaje de la muchacha a pesar de sus protestas, haciendo oídos sordos
      _Me estas desordenando todo_ decía Ester, recogió unas braguitas azules del suelo y un short negro, puso las prendas en la cama.
      _Aquí hay algo que puedes usar_ Steven había dejado de hurgar en las cosas de la chica y le había arrojado una blusa sin mangas blanca de cuello tortuga_ póntelo, iré a ver qué encuentro en mi armario y luego haremos algo con esos rizos molestos.
      _Mis rizos no son molestos_ protestó Ester, con la blusa que el otro le arrojó en una mano y un jersey azul en la otra.
      _Para mí y para quienes pretendas pedirle empleo, sí_ dijo Steven, alejándose por el pasillo; se le escuchó abrir una puerta al fondo, la que estaba a la izquierda del baño en la pared de enfrente.
      Molesta se quitó lo que se había puesto, tiró el blazer al suelo y la blusa amarilla fue a parar en la cama de Amanda, el cuarto estaba hecho un chiquero <<Claro, como no son sus cosa>> pensó molesta, mientras su cabeza pasaba por el cuello de tortuga de la blusa blanca.
      _Primero, ese no es lugar para la toalla, señorita_ imitó en tono burlón, recordando cuando en la noche le llamó la atención por colocar la toalla en el respaldo_ entonces pensé ¡Oh, debe ser uno de esos tipo que les gusta el orden! Pero mira lo que ha hecho aquí. Amanda se va molestar y no pienso recoger nada, me tengo que ir.
     Se apresuró hacia el pasillo cogiendo otra vez el blazer verde y su bolsa, pero reapareció Steven y no la dejó salir.
     _No, no, no, ese blazer es horroroso; usarás este_ contestó él, mostrándole un blazer negro, muy femenino que se ajustaba a su cuerpo, en la otra mano tenía un par de botines de cuero negros escamosos con tacón de aguja_ los botines y el blazer son de una cliente; el día que vino aquí y se cambió, olvidó esto. Estoy seguro que son de tu talla.
      Como en un sueño, Ester alargó las manos y cogió lo que él le daba; la tela del blazer era suave y la estrujó contra su mejilla cuando Steven se fue a la salita, era de diseñador además y las escamas de los botines bastante cool. Contenta, se cambió de calzado, claro que tuvo que usar unas medias gruesas porque los botines eran una talla más grande a excepción del blazer que le quedó a la perfección y se ajustaba a su cintura. Mientras iba a la salita una pregunta volaba en su mente ¿Qué hacía una clienta de él en su piso cambiándose? sentía curiosidad, pero su pregunta quedó resuelta al ver que Steven había abierto en la salita, la puerta de lo que antes creyó que era un armario como el del baño. Lo vio extrayendo de adentro hacia afuera una mesa de estilista con rueditas y su espejo, lleno de todo lo que necesita: secador de pelo, plancha, numerosos cepillos de todos los tamaños, cremas, espráis, geles, etc. También había cosas de maquillaje y manicura. Arriba en el armarito había más cosas en una repisa. Steven acercó una silla giratoria que tenía en algún rincón.
       _Hazme el favor de tomar asiento, querida_ Steven le señaló la silla. Ella dejó la bolsa en el sillón largo y fue hasta donde él le indicó. Ester se sentó_ bien es hora de atacar esos tornillitos.
      _Wow, estás preparado_ expresó ella, mientras el estilista comenzaba a peinar y dividir el cabello en partes.
      _Bueno que te puedo decir, a veces las clientas desean que las atienda cuando está cerrado el centro de belleza o cuando estoy de vacaciones_ comentó Steven_ entonces vienen aquí y termino ganando dinero extra.
      _Entonces estas de vacaciones o está cerrado el centro de belleza ¿Es por eso que no saliste hoy?
      _Ni lo uno ni lo otro, está abierto.
      _ ¿Entonces por qué no te has ido, que no tienen un horario o algo así? ¿Es que trabajas en el turno de la tarde?
      _ ¡Cuánta curiosidad! Yo puedo llegar a la hora que desee, soy muy amigo de la dueña y además, estoy esperando que me recoja mi novio; él siempre se demora cada vez que quiere comer burritos en aquel sitio.
      _Ya veo.
      _Para tener una cabello muy ensortijado, está muy bien cuidado y hasta es muy fácil de peinar. Creo que me equivoqué antes.
      _Gracias y yo siempre cuido de mi cabello.
      _Se nota, pero yo haré magia hoy con el_ Steven le giñó un ojo desde el espejo, y luego lo vio inclinarse para hablarle al oído_ adoro trabajar con este tipo de cabellos y con los más rebeldes, y creo te convertirás en mi conejillo de indias.
      Ester no dijo nada a eso, la idea de que alguien más cuidara de su cabello y gratis, le agradaba, siempre y cuando no la raparan, como esos peinados de moda en los que te rapan un lado y te llenan la cabeza de trencitas. El reflejo de ella y de Steven, desaparecieron de su visión cuando éste la hizo girar para que no se viera, miraba el interior de la sala y escuchó el ruido del secador de pelo, un segundo después ya sentía el calor recorriendo las hebras de cabello siendo tironeadas por algún cepillo. No supo cuanto tiempo tardó Steven en arreglarla, tampoco se atrevió a preguntar, no tenía reloj y su móvil estaba en el sofá rojo con cojines de colores con motivos de gatitos o de corazones, otros con mensajes como “I love you”. Pero cuando el amigo de Amanda giró la silla para quedar frente al espejo y se vio, quedó sorprendida, casi ni se reconocía, tenía el cabello lacio y estirado, corto por los hombros; le había hecho más que secar su cabello, le cortó un poco aquí y ahí, lo estiró con la plancha, un poco de fijador…
      _Increíble, jamás me había hecho algo así en el cabello, no lo creí importante_ reconoció Ester, tocándose un mechón, estaba suavecito.
      _Bueno, pues ahora ya ves que si le dedicas unos momentos luce precioso_ dijo él, de brazos cruzados mirándola en el espejo_ si, si, estas muy linda, pero ahora te falta algo de maquillaje.
      _Pero ya estoy maquillada_ replicó ella.
     _Ay, cariño, no me hagas reír…_ respondió él, luego sonó un móvil con un tema de música K-pop. Steven, extrajo su móvil rosa con muchos brillos del bolsillo_ aguarda, tengo un mensaje… Es mi adorado tormento, ya llegó, pero le diré que me espere.
       _No lo hagas esperar por mí, estoy bien así, además yo también me tengo que ir, no es solo buscar el empleo, necesito ver los horarios del curso, averiguar en donde queda exactamente el sitio…_ decía Ester, que se ponía ya en pie mientras Steven masajeaba a su novio que al verla, la obligó a sentarse.
      _No, no, a sentarse, no te me vas a escapar, bomboncito_ expresó él_ mi novio dice que espera.     



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En el texto hay: drama, fama y moda, romance accion secretos

Editado: 12.10.2022

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