"¡¿QUÉ CLASE DE BESTIA SALVAJE ES ESTA?!" exclamó Morrigan indignada.
"Un adorable pequeño poni arcoíris te está causando problemas, mi querida amiga", respondió Balor desde un rincón de la sala de guerra.
Morrigan fulminó a Balor con la mirada. El comentario del draco-dragón era claramente una burla hacia la forma peculiar de hablar de Morrigan, y definitivamente no era el momento para ello. Unos minutos antes, había recibido un mensaje de Badwhiz informándole que no podía controlar directamente a Rainbow Dash. Morrigan argumentó ante los demás que el niño no estaba lo suficientemente concentrado y decidió tomar el control de la pegaso ella misma. Para sorpresa de todos los presentes y diversión de Balor, después de varios intentos fallidos, Morrigan tampoco pudo controlar la mente de Rainbow Dash. Parecía estar en un estado mental mecánico, cumpliendo las órdenes iniciales de derrotar a Twilight y rechazando obstinadamente las nuevas órdenes mientras seguía cumpliendo las primeras.
Finalmente, la hipnotizada Rainbow Dash fue engañada por un truco de Twilight y liberada del control mental de Morrigan.
Otro enfrentamiento de miradas estalló en la sala, pero antes de que Mannah pudiera decir algo, Balor y Morrigan comenzaron a reír juntas, dejando a sus otros compañeros perplejos.
"Vaya, así que así están las cosas, jaja... Al final, resultó que la cabeza de esa poni es tan dura como la de Taranis... Qué fastidio", dijo Morrigan, recostándose en su asiento.
"No te preocupes tanto. Conozco tus habilidades, sé que no habrías perdido el control sobre alguien si estuvieras lo suficientemente cerca y sin tantas restricciones. Si hubieras estado presente, esto no habría pasado", comentó Balor con seriedad.
"No necesito tu consuelo, Balor, pero gracias... espero con ansias tu turno", respondió Morrigan, con un toque de sarcasmo.
"Ju ju, tendrás que esperar entonces. Ceridwen ha encontrado algo interesante..." dijo Balor, fijando su mirada en el estanque mágico donde se veía a Ceridwen en el cuerpo de Badwhiz adentrándose en un vagón en medio del lago.
"¡Miren! ¡El chico finalmente alcanzó a las ponis! ¡Jaja! ¡Parece muy emocionado!" exclamó alegremente Taranis, señalando con su dedo la imagen del Badwhiz de sombras en el estanque.
"Taranis, estamos en la sala de guerra, no lo olvides", regañó Mannah con irritación.
Taranis se enderezó rápidamente en su postura marcial, mientras las risas contenidas de Morrigan y Balor resonaban en la habitación. Para Mannah estaba claro que aquel par estaba tramando algo, aunque no sabía exactamente qué. Con uno de sus tentáculos, comenzó a masajear su frente en un intento por aliviar la creciente migraña que sentia.
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Habían pasado varios minutos y finalmente las alas de Rainbow Dash empezaron a responder como a ella le gustaba.
"¡Oh, cómo las extrañé, chicas!" exclamó Dash mientras ejercitaba sus alas con contracciones.
"Me alegra que estés mejor, Rainbow Dash. Realmente me asusté mucho cuando quedaste paralizada hace un momento. Pensé que habían tomado control sobre ti de nuevo," dijo Twilight, iluminando las sombrías paredes de piedra a su alrededor con la luz de su cuerno.
El lugar donde se encontraban estaba sumido en la oscuridad total, pero gracias a la luz mágica de Twilight, podía notarse que era estrecho y que las paredes estaban en un estado ruinoso.
"Fue solo un calambre temporal después de... ¡HAA! ¡En serio, ¿cómo pude caer en algo así? Era tan obvio," comenzó a quejarse Rainbow Dash notablemente molesta. "Cuando ponga mis cascos sobre ese tipo, ¡NO PIENSO CONTROLARME, TWILIGHT!"
"Pero tendrás que controlarte, Rainbow. No podemos ser tan predecibles, debemos actuar con cuidado y orden." respondio Twilight con calma.
"¿Cuidado y orden? No estamos preparando pasteles. Las vidas de nuestras amigas están en peligro en este momento. ¡¿CÓMO PUEDES ESTAR TAN CALMADA?! ¡¿NO TE IMPORTA O QUÉ?!" repondio Rainbow Dash con un estallido de ira al escuchar la indolente respuesta de su amiga.
"¡Rainbow Dash!" respondió Twilight con voz severa, aunque mantenía la calma.
La mirada firme de Twilight tuvo un efecto en Rainbow Dash, ya que la pegaso comenzó a calmarse. A pesar de su frustración y enojo, Rainbow Dash pudo sentir la preocupación genuina en la voz y la mirada de Twilight. Pronto su enfado se disipo y fue reemplazado por culpa.
"Lo siento, Twilight. Lo que dije fue estúpido, yo...", dijo Dash lamentado su anterior conducta "... no puedo soportar que mis amigas esten en peligro y saber que no puedo hacer nada al respecto."
"Lo reconosco. Realmente estamos en una situación muy difícil, pero no debemos caer en la desesperación o el pánico por ello. Entiendo que estas muy preocupada por cómo están las chicas, y yo también lo estoy. Sin embargo, en este momento debemos confiar en nuestras amigas más que nunca. Applejack está a cargo y sé que ella hará todo lo necesario para proteger a las demás," dijo Twilight, colocando una pezuña en el hombro de Rainbow.
Rainbow pareció pensar en algo por un momento, pero luego se dejó caer sin fuerzas en el polvoriento suelo.
"¿Realmente crees que ellas estén bien?" preguntó Rainbow Dash, su voz cargada de abatimiento.
"No lo sé... pero sé que pelearán," respondió Twilight con convicción.
Rainbow Dash no respondió, pero tras unos segundos ensimismada en el suelo con la cabeza baja, se puso de pie energica. Twilight de inmediato notó que la confianza de su amiga había regresado.
De repente, Rainbow Dash comenzó a reír, dejando a Twilight perpleja.
"¿Sabes? Es algo gracioso verte así ahora."
"¿A qué te refieres?"
"Me refiero a verte tan calmada y seria en una situación como esta. En el pasado, hubo muchas ocasiones en las que perdías la cabeza por cosas mucho más simples."