Twisted Mirrors

Capítulo 8: UnSub

Luego del show con Harrington, planeo tomarme unas merecidas vacaciones, pero no sin antes una ultima victima. Las cosas están demasiado calientes como para arriesgarme por ahora. 

 

Tengo a toda la ciudad al pendiente de lo que voy a hacer a continuación, y el FBI tiene varias pruebas para analizar. Hora de buscar mi siguiente objetivo: Lorenzo Montero

 

Lorenzo es conocido por el tráfico de drogas y normalmente no sería un objetivo para mí, pero oí que está traficando niños desde países latinoamericanos para venta de órganos, prostitución y esclavitud. De camino a la base, paso por un café y un sandwich. Nada como un caramel machiatto para una tarde de investigación.

 

Llego y comienzo a limpiar la pizarra en mi estudio. Toda la investigación sobre Harrington pasa por la trituradora, luego por el incinerador y las cenizas son mezcladas con cenizas de madera, que van derecho a mi abono especial. 

 

Mi jardín de rosas cada vez se agranda más, en cualquier momento me quedo sin lugar. Una idea atraviesa mi mente recordando que la UAC tiene un cumpleaños mañana y me río fuerte, pero lo dejo para más tarde ya que ahora necesito concentrarme en Lorenzo.

 

“Lolo”, como lo llaman sus amigos, es un narcotraficante argentino que instaló su base de operaciones en El Paso y luego logró extenderse por todo el territorio nacional. Se dice que su cártel es más peligroso que el Cártel de Sinaloa, pero para mi es puro cuento. Revisando los documentos del servidor de la DEA, veo que Lorenzo está bajo vigilancia 24/7 y que por algún motivo ama ir a un restaurante local a 3 cuadras del Capitolio. 

 

Lorenzo tiene más seguridad que el Presidente. Imagino que después de robarle las zonas al Cártel de Sinaloa, su cabeza tiene un precio bastante alto. Reviso los archivos del Cártel para tener una idea de la rivalidad y al parecer Lolo mandó a secuestrar a la mujer del jefe de Sinaloa, y cuando éste la fue a rescatar, Lolito aprovecho para darle un escopetazo en la nuca. Aburrido, super cobarde. Ni siquiera le disparó de frente. Por suerte tengo semanas para planear la mejor forma de acercarme y secuestrarlo mientras me mira a la cara.

 

Mis ojos comienzan a arder así que decido que es suficiente lectura por hoy, pero me encamino a mi siguiente tarea. 

 

De camino al jardín, agarro las tijeras de podar y un jarrón. Comienzo a podar las rosas de la parte trasera del patio, las más viejitas. 33 rosales, próximamente 34. Me gusta darme el gustito de plantar uno nuevo con cada muerte, son mis trofeos. 

 

Sigo con mi tarea y armo un lindo ramo. 34 rosas, posicionadas perfectamente, colocadas sobre una botella de Merlot importado directamente desde Mendoza. Una pequeña nota escrita con máquina de escribir en papel blanco resalta entre todo el rojo.

 

Guardo el ramo en el invernadero para que no se arruinen hasta mañana y me doy una ducha rápida. Salgo y dejo la llave bajo el tapete para que el courier mañana pueda entrar. Normalmente me manejo así con los envíos cuando no quiero entregarlos yo: contrato un courier, que deja el paquete en un punto pick ―up, donde es retirado por un mensajero y llevado al correo para el envío final. En ningún punto ningún mensajero se encuentra con el otro y como los paquetes no tienen nombre ni dirección de retorno, es imposible que los rastreen. Hasta ahora por lo menos no tuve problemas.

 

Espero que a Mandy le gusten las rosas.

 



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En el texto hay: fbi, serialkiller, criminal minds

Editado: 17.08.2024

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