Un Albergue para un Emperador

VIII

El piromaníaco de Elián se propuso incendiar el albergue con Jano como cómplice, estaban hartos que chicos como Acfred o Milos brillaran con luz propia y ellos no, empezaron por las recámaras, el fuego comenzó a extenderse más y más hasta llegar a la cocina y otros pasillos celestiales, como cuando un demonio intentó quemar el cielo. Las puertas de entrada quedaron inutilizadas, todos se percataron de aquel incidente, como Manuela Albert, todos comenzaron a enardecer, las llamas se extendieron abrasadoras, la primera en caer desmayada fue la señora Albert, Kendra murió quemada. Laia, Betsy y Aisha fueron ayudadas por el Reverendo que poseía un gran temple y Acfred que podía perderlo todo menos su armonía. Elián y Jano huyeron como el titán Cronos. Milos fue el gran héroe, salvando a Manuela Albert a la cual se le dieron los primeros auxilios sin gran éxito, murió al instante sofocada por el humo y las brasas.

Laia y Acfred aprovecharon la oportunidad para irse juntos sin dar explicacines a nadie, atrás quedaban el Reverendo Jones y sus compañeros de hospicio, merecían algo mejor, dos seres brillantes, sabían hablar bien y mantenerse en paz. Pero los enfant terrible de Elián y Jano no estaban dispuestos a dejar ningún cabo suelto así que cuando vieron a Laia y Acfred descendiendo por la montaña decidieron interceptarlos, para causarle daño o la muerte misma. Laia y Acfred al verlos delirantes y mongoles huyeron de inmediato descendiendo rápidamente por la montaña en una persecusión interminable.




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