Un Albergue para un Emperador

XII

El bueno de Acfred tuvo que valerse de una piedra en la cabeza de Jano para vencerlo y caer muerto. No sabe donde se encuentra su amada Laia así decide descender por la montaña mientras es perseguido por los perros asilvestrados. Cercano a la demencia se encuentra con el Reverendo Jones junto a Aisha, Betsy y Milos.

 

-Pensamos que habías perecido en el percance. Le comenta el Reverendo a Acfred con urgencia. Y con tu Enfermedad de altura.

-Laia estaba conmigo pero el malhadado de Elián y el extinto Jano nos raptaron, yo logré escapar de mis captores pero Laia no corrió la misma suerte

-Necesito que me lo expliques más lentamente para lograr una calma mental y soltar tu desesperación, ansiedad y arrebato. Le sugiere el Reverendo en su calidad de consejero

 

Acfred padecía de los nervios algo cercano a la crisis psicótica. Los malos vientos que provenían de la montaña Turbon, verdaderamente existen situaciones de estrés que pueden mermar la salud, sí, como las malas energías exteriorizadas en actitudes de otros para con nosotros, o incluso de nosotros para con nosotros mismos se vertían por toda la planicie afectando a la vegetación y la fauna. Y es que Acfred era como un satélite natural si el estaba bien todo marchaba a toda norma pero si estaba mal algo fallaba.

 

-Elián y Jano fueron los causantes del incendio destructor del Emperador. Concluye a acertar Acfred

-Lo suponíamos Acfred, los chicos y yo, su repentina desaparición nos puso en estado de alerta, sentíamos temor intenso ante la pérdida de Laia y la tuya. La conducta de Elián y Jano era de esperarse son consecuencia de sus estados de conflicto y frustración.

-¿Pero como que el extinto Jano Acfred?, explícate- Se aventura a decir Milos

-Tuve que defenderme de sus constantes ataques y no tuve otra salida que arremeter contra él y cayó. Juro que fue en defensa propia. Se explica temeroso Acfred

-No hay tiempo para explicaciones vagas creo que verdaderamente Acfred estaba en una verdadera situación límite. Es como si los demonios del miedo se hubiersen liberado en Turbón

-Agramón y Bucón, querido Reverendo acierta a intervenir Betsy

-En esencia pero no nos dejemos llevar por la paranóia queridos, tenemos que encontrar a Laia. Acfred en tu posición no creo que puedas subir la montaña de nuevo así que irás con Aisha y Betsy a pedir ayuda o una llamada de emergencia al alguacil.

-Está bien Reverendo, obedeceré en este momento. Concluye Acfred

-Yo deseo ir con usted Reverendo ante tal hazaña de Elián, por favor, permítame ir con usted. Replica sencilla Aisha

-Sería bajo tu propio riesgo querida Aisha, lo dejo en tus manos.

 

 

Betsy y Acfred irían a buscar ayuda, mientras que el Reverendo, Milos y Aisha partirían otra vez a la montaña en busca de Laia y el endemoniado de Elián.

 

-Reverendo tendrá que tener cuidado no solo con Elián sino con unos perros que adiestró no sé de que manera o prodigio sobrenatural. Advierte Acfred, ya más mesurado

-Lo tendremos en cuenta hijo, parte ya que el tiempo apremia. Finaliza el Reverendo Jones 

 

 




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