INTRODUCCIÓN
Acoso escolar.
Ahí empieza todo.
Dos palabras.
Dos jodidas palabras que pueden hacer que tu mundo se rompa en mil pedazos. Dos palabras que llegan a provocar millones de sensaciones horribles, tomando varias elecciones bastante desagradables.
¿El acoso escolar, o dicho de otro modo; Bullying, dejará algo bueno en la vida?
No. Nunca deja nada bueno. Deja marcas, depresión, suicidios, miedo, asocialidad, temor a las personas, y muchas cosas más.
"Las palabras suelen doler más que un puñal penetrando tu espalda" llegan a decir por ahí.
Pero el Bullying le dejó algo bueno a un pequeño, algo que siempre quiso pero que en sus doce años no tuvo; un amigo. Te cuento un poco:
Jash Carlos es un niño de doce años que sufre acoso escolar verbal en el colegio por su forma de ser.
No. Jash no es gay para que le digan "marica" y aunque lo fuese, no deberían.
No. Jash no es de otro planeta para que le digan "raro" y sí lo fuese, no debería tener esa etiqueta.
Por comentarios como esos: "rarito", "marica", "niñita", Jash sufre una depresión en silencio. Ni sus padres, ni los profesores, nadie lo sabe, sólo él lo vive. Una noche, por un inconveniente, los padres le dicen a Jash que al otro día irán al colegio para ver qué pasa con él y, por miedo, el pequeño decide marcharse, escapándose de casa y adentrándose en un bosque en plena madrugada, sin él saber que, al otro día, conocerá a un amigo que le podrá cambiar la vida.