ANTHONY
No quería entrar en detalles sobre lo que hice durante el año en que estuve solo, lejos de Gabriel y de todo. Solo quería olvidar, nada más que eso. Olvidar todo lo que pasé y así poder empezar de nuevo junto a mi esposo y a mi hijo.
Empezar sin recuerdos ni tormentos sería lo ideal pero se que eso es algo imposible de concretar. Nunca podría olvidar pero sí aprendí a vivir con ello.
Vivir sin lamentarlo era el objetivo y por supuesto que lo lograría. Solo puedo decir que lo había conseguido a medias. Pero algo es algo.
Había llegado un momento en el que me era imposible seguir avanzando por mí mismo. Ya no me era posible hacerlo solo.
Requería la ayuda de Gabriel y de mi bebe. Elegí el día posterior a su cumpleaños para volver, pero cuando entré a la mansión escuché a Gabriel ordenarles a sus dos secuases buscarme y llevarme a su lado de forma inmediata.
Supe que tenía planeado secuestrarme por segunda vez. Cerré con pesar mis ojos sintiéndome otra vez asfixiado. Me encerraría y me ataría una vez más.
No era eso lo que había ido a buscar, no era así como deseaba que Gabriel actúe. Pero necesitaba de su amor y de mi bebe.
Cuando me hice notar, él corrió a mis brazos y me habría encantado recibirlo con los brazos abiertos de no haber escuchado su orden previamente. Cuando él me abrazó, sentí cómo me apretaba a su cuerpo como Mefis solía hacerlo. Solo supo desesperarme más aún.
Por eso fuí tan frío con él, sin embargo Gabriel solo me lastimó más aún al alejarme de mi bebe.
No entendía cómo era posible que no pueda descubrir mi verdadero ser, diciendome lo mucho que me amaba. Cuando me permitió sostener a mi precioso bebe en mis brazos, sentí cómo volvía a la vida.
Lloré de felicidad, más aún al ver que él me aceptaba. Era tan pequeño y tan hermoso. Cuando volví a ver a Gabriel, supe que estaba tomando una decisión muy tonta y me molestó ¿Cómo era posible que crea que no lo amaba? Dios mío Gabriel, no me es posible vivir sin tí mi amor.
Cuando se lo hice saber, él me miró aliviado ¿Sería posible que fuese tan despistado? Su adios me despedazó y lo que posteriormente sufrí me sumergió al borde de la locura.
Lo abracé con desesperante necesidad sintiendo su amor que iba devolviendome a la vida misma, mientras sentía los balbuceos de nuestro bebe desde su cuna. Aquello era música para mis oídos.
— Gabriel quiero a mi familia, o sea a tí y a nuestro hijito — me había pegado a su cuerpo — Los necesito tanto mi amor. No soporto más Gabriel.
— Intenté compensartelo todo pero no me dejaste llegar a tí
— Me desespera que me ates o me encierres. Me duele que me hayas dejado y me aterra que vuelva a suceder.
Gabriel me abrazó con mayor intensidad al oírme decir aquello.
—Anthony ¿Confiarías en mí de nuevo?
— Si, por supuesto que sí
— Entonces creeme cuando te digo que no volverá a suceder.
Cerré mis ojos para embriagarme de su aroma y su dulzura. Lo necesitaba tanto.
— Si mi amor — dije — Te creo, ahora sí te creo. Se que fuiste una víctima del maldito de Mefis. Pero tuviste la suerte de tener un padre muy habilidoso.
— Menos mal que me crees Anthony — pude sentir su alivio — ¿Qué fue lo que te convenció mi vida? — lo abracé fuertemente cerrando los ojos.
No quise responder, no quería revivir ese año ya que no fue precisamente agradable. Pero la imagen de mi padre inyectandome esas medicinas mientras me encontraba atado en una camilla volvieron a mi mente.
Sabía que él solo quería ayudarme pero aún así yo, yo no soportaba más.
Volverás a ser quien una vez fuiste Anthony, pero para ello es necesario este tratamiento hijo.
No...papá por dios no...no sigas...necesito....necesito libertad.
Y la tendrás luego de que hayas vuelto a mí.
No...no ¡No! ¡Por favor! ¡Gabriel! ¡Ayúdame!
Él no vendrá por tí hijo, después de todo fuiste tú quien se alejó y no Gabriel.
Abrí los ojos asustado, me aferré al cuerpo de Gabriel temblando como una hoja debido al miedo que seguía experimentando.
Padre ¿por qué me hiciste esto? La forma en que me ayudaste no fue la adecuada...papá...
— ¿Qué ocurre Anthony?
— Pasa que te amo tanto que me desespero — dijo llorando debido al dolor que sentía.
— ¿Seguro?
—No, pero abrazame fuerte Gabriel. Así podré tener las fuerzas necesarias para contartelo todo — dije llorando intensamente
— Mi vida ¿qué ocurre? ¿Que te hicieron esta vez?
— Gabriel...te necesito por dios.
— Aquí estoy contigo.