Un amor de verano √

Capítulo 9 - TIEMPO

 

TIEMPO

 

Comienzo a llorar, no puedo evitarlo. Sé a ciencia cierta que Blas no se va a tomar bien lo que le voy a contar.

—Blas yo… —no sé por dónde empezar, las palabras no me salen.

—Tranquila —me dice cogiendo mis manos—, respira hay tiempo —intenta que me calme aunque lo noto tenso como si supiera que algo malo iba a pasar.

—Esto que te voy a contar no te va a gustar —digo agachando la mirada.

—Pero si no me lo cuentas no puedes saber si me lo voy a tomar mal o no —controla su voz nerviosa para que consiga contarle ya.

—Estaba en el bar con las chicas —comienzo desde el principio—, cuando aparecieron Dani, David y Álvaro —digo el último nombre con algo de miedo. Levanto la mirada y veo que se pone tenso—. Entré al baño y cuando me di cuenta Álvaro había entrado y cerrado la puerta —sus puños se cierran en sus manos—. Le dije que no podía estar allí, que el baño era de chicas pero le daba igual, solo quería hablar conmigo para decirme que me quería —suspiro intentando tranquilizarme—. Al final se acercó tanto que me beso. Intenté apartarle pero… Al terminar le di una bofetada y me marché. Vine directamente aquí —termino de decir.

Lo miro temerosa por su reacción. Blas no articula ninguna palabra y hace  que me ponga más nerviosa de lo que ya lo estoy. No sé que esperar, cuál va a ser su reacción ni cómo va a actuar a continuación.

Si por esto, que para mí no significa nada, no volvemos a estar más juntos yo me muero. No puedo vivir sin él, sin su risa, sin sus abrazos, sus besos,…  Él me complementa, me hace ser mejor.

—Yo lo mato —dice enfadado—. Te juro que lo mato —muy furioso.

Se levanta del sofá y coge las llaves para salir de casa dando un portazo. No me da tiempo a reaccionar cuando ya no está en casa. Mis manos tiemblan de los nervios pero me levanto y salgo corriendo tras él. No puedo dejar que haga lo que creo que va a hacer. Es su mejor amigo, no puedo dejar que por mi culpa se termine su amistad y su sueño.

 

 

No, no y no. No puedo creer lo que mis oídos han escuchado. ¿Cómo ha podido besarla? Estamos juntos, sabe que estoy locamente enamorada de ella y ella de mí. No entiendo porqué. ¿Por qué no puede dejarnos en paz?

Voy a matarlo, juro que lo haré.

—¡BLAS, PARA POR FAVOR! —oigo gritar a María tras mi espalda.

María me agarra de la mano para que frene. La miro a la cara y veo que sigue llorando.

—¿A dónde vas? —me pregunta temerosa por si hago algo malo.

—A buscar a Álvaro —digo sin rodeos—. No tenía ningún derecho, voy a decirle un par de cosas —sigo diciendo furioso.

—Blas —me agarra con sus manos mis mejillas para que la mire—, no hagas nada de lo que puedas arrepentirte por favor —me suplica.

Miro sus ojos bañados en lágrimas y dejo a un lado mi furia para concentrarme en ella. No puedo verla así, esta situación la pone así y yo necesito verla feliz, alegre, risueña. Acaricio su mejilla y con el pulgar limpio sus lágrimas. Alzo su barbilla para que me mire a los ojos y me acerco a ella depositando un beso en su frente. Con la otra mano la acerco por la cintura para tenerla lo máximo posible pegada a mí.

—¿Qué es lo que te preocupa? —pregunto en voz baja y algo curioso.

—Que cometas un error y que eso te cueste tu amistad con Álvaro y tu sueño con el grupo —me dice preocupada.

—¿Y no te preocupa que por eso lo nuestro se acabe? —pregunto sin entender que esté así.

—Sí, claro que sí —me dice—. Pero sería lo justo —la miro sin entender nada—, yo lo hice contigo —da a entender lo que nos ha pasado—. Además no puedo ponerme en medio entre tu amigo y tu sueño —sigue hablando y lo único que consigue de mi parte es que sonría.

La amo tanto… Prefiere que cumpla mis sueños y no estar con ella, que el hecho de estar con ella implique no seguir con mi carrera musical.

—¿Si ocurriese eso cómo te sentirías? —pregunto interesado en su respuesta.

—Al principio mal —me dice agachando la mirada—. Pero sabría que sigues con tu sueño e intentaría olvidarme de ti para ser feliz. Aunque no estoy muy segura de que eso ocurra porque tú lo eres todo para mí —me dice ahora mirándome a los ojos.

Es ver esa mirada y no puedo resistirme. Aprieto su cuerpo contra el mío y la rodeo con mis brazos fundiéndonos en un abrazo. Quiero besarla ahí mismo pero a la vez no puedo. Todo lo que ha ocurrido me hace no poder besarla y sentirme incómodo. Necesito que esto se arregle y necesito tiempo para asimilarlo todo.



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En el texto hay: verano, amor, auryn

Editado: 04.07.2020

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