Un amor de verano √

Capítulo 10 - AL OLVIDO

 

AL OLVIDO

 

Estaba claro, sabía que iba a pasar esto en cuanto Álvaro me besó. Blas no me va a perdonar y yo no puedo vivir sin él. Lo he intentado durante un año pero ha sido imposible, no pude quitármelo de la cabeza ni un solo día.

—María yo… —intenta decirme entrecortadamente.

—Blas, lo sé —interrumpo lo que quiera decirme—. No importa, lo entiendo —intento que no note lo que me duele esta situación—. Yo hice lo mismo contigo —se me escapa una lagrima.

—Lo siento —me dice acariciando mi mejilla—. Te amo y quiero estar contigo —sigue hablando—, pero ahora necesito tiempo —termina de decir llorando.

Sus manos pasan por detrás de mi espalda y me atrae hacia él para abrazarme. Inspiro su aroma, tranquilizándome. Siempre que estaba entre sus brazos me sentía así. Siento que es una despedida y no quiero que lo sea, no quiero perderlo.

—¿Entonces se acabó? —pregunto angustiada mirando hacia arriba pero sin separarme de sus brazos.

—Noooo —me dice rápidamente—. Te amo y no podría volver a estar separado de ti —me da un toque en la nariz con su dedo—. Si te alejas de mí yo me muero —me dice asustando imaginándose que eso vuelve a pasar.

Sonrío como una tonta por lo perfecto que es. Blas se inclina y me besa apasionadamente. Estamos unos minutos así hasta que se separa de mí bruscamente.

—¿Qué pasa Blas? —pregunto preocupada.

—Tengo que hablar con Álvaro —me dice sin más.

Sus brazos se alejan de mi cuerpo y sin decirme nada más, lo veo alejarse en dirección a la casa de Álvaro.

No puedo dejarle ir pero en el fondo sé que tiene que hacerlo. Pero no me rindo y lo sigo, mi sexto sentido me dice que va a pasar algo malo y tengo que evitarlo, al menos intentarlo. Mi miedo por él incrementa más cuánto más cerca de la casa de su amigo estamos.

 

 

La quiero pero ahora mismo lo que necesito es aclarar un par de cosas con Álvaro. Tengo que hacerlo, me debe una explicación. ¿Cómo pudo? Él sabe que ella lo es todo para mí y se supone que soy su mejor amigo. No lo entiendo.

Llego hasta su casa, subo las escaleras y abro la puerta con las lleves que un día me dio.

—¡Álvaro! —grito furioso nada más pasar por la puerta.

—¿Blas? —me llama sorprendido apareciendo por el pasillo— ¿Qué haces aquí? —vuelve a preguntarme sorprendido.

Me acerco hasta él y ni me lo pienso, le pego un puñetazo en toda la cara. No aguantaba más, tenía que hacerlo, se lo merecía.

—¿Cómo pudiste besarla? —recrimino furioso intentando no volver a pegarle de nuevo.

—Yo… Blas… —intenta decirme algo pero no le salen las palabras—. Lo siento —se disculpa—. No pude evitarlo —agacha la mirada arrepentido.

—Eres mi mejor amigo y eso no lo va a cambiar nada ni nadie —le digo—. Los amigos están siempre por delante pero escúchame —lo agarro por el borde del cuello de la camiseta—. La quiero y ella me quiere a mí. Tienes que olvidarte de ella, ¿me oyes? —digo muy serio.

—Lo haré —me dice algo inseguro—, lo intentaré, intentaré olvidarme de ella —suspira.

—¿Por qué? —pregunto— ¿Por qué ella Álvaro? —vuelvo a preguntar intentando entender las razones que le llevaron a besarla aun sabiendo que está conmigo.

—Por la misma razón por la que tú te enamoraste de ella, es perfecta —me dice sincero.

—Tienes razón —respondo—, es maravillosa —sigo diciendo.

—Pero te ama a ti —hace una mueca—. Ahora lo sé, ella te ha entregado su corazón —me da un toque con el dedo—. Así que si la haces daño otra vez la perderás y esta vez para siempre —sus palabras me llegan muy adentro.

—Puede que tengas razón —respondo—. Ahora me voy, tengo que pensar en todo lo que ha pasado y en qué es lo que voy a hacer ahora —me doy la vuelta para salir de su casa pero Álvaro me detiene.

—Blas ella no tiene la culpa —me dice—. La culpa es mía y solo mía —dice serio.

Vuelvo a mirarle y me marcho, salgo de su casa. Necesito pensar.

 

Narra Álvaro:

 

Tengo que olvidarla, por él, por ella, pero sobre todo por mí. Tengo que hacerlo.

Está decidido.

María al olvido.

Cierro esa puerta con la esperanza de encontrar una nueva puerta que me lleve a entregar a mi corazón a mi otra mitad. A esa que estoy esperando y que en algún lugar está.



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En el texto hay: verano, amor, auryn

Editado: 04.07.2020

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