Todo mi mundo cambios gracias a ella, mis padres y hermanas aún no lo saben, pero espero encontrar el momento para decirles, y esperar que lo tomen bien, mi familia es un poco distinta.
Nunca olvidaré ese día Viernes del 29 de enero, una tarde lleno de pánico, emociones fuertes, cuestionarios y declaraciones.
Conoci al padre de Merly un hombre serio y estricto con sus normas, ahora entiendo por que Mi niña no fue una chica que andaba con muchos enamorados, eso me encanta de ella, su inocencia y dulzura.
Mi suegro me aceptó, fue una dura batalla con mis pensamientos pero dije lo correcto y la verdad, confesando el amor que siento por ella, que por primera vez que vi sus ojos sentí algo inexplicable. Un amor que no pasara de este verano.
Merly:
Estábamos caminando por el gran campo césped, los dos queríamos un momento a solas.
Me acosté en el césped, el cielo estaba azul, el se quedó sentado a mi lado, me levanto de los hombros puso su cabeza en sus piernas, sentí mucha vergüenza, el solo sonreía acariciando mi cabello, en ese momento las emociones que sentí son electrizante, un gran cosquilleo, mi corazón estaba contento.
En vos baja empezó a cantar una canción era muy lindo, amo su lado romántico, esa canción era asi:
—Y si bailamos, tan solo bailamos y nuestros pies nuestra historia escribiera, como si fuera el final de un cuento...que esta canción dire mi vida entera.
No lo dudo, no me equivoqué con Francisco, siento su verdadero amor llegar a mi corazón, es un gran sentimiento compartido, anhelo que esta relación se base en la confianza, verdad y amor.
—¡Francisco!
—¡Dime!—mi niña.
—¿Quiero que me prometas una cosa?—pregunte insegura.
—¡Si!, claro—¿De que se trata?—No sentamos frente a frente.
—Quiero que me prometa que esta relación se basará en la confianza y la verdad, si algo no te gusta de mi, dímelo, no me gustaría desilusionarme. Promete siempre ser sincero, por si algún día dejas de quererme.
—No digas eso Merly—Te aseguro que nunca saldrás de mi corazón, te amo mucho y lo sabes, te daré toda la confianza y prometo siempre decir verdad.
—¿Me lo prometes?— Hise que uniéramos nuestros meñiques.
—Te lo prometo.
Sellamos ese juramento con un beso, pero no uno cualquiera, si no un beso de amor puro y sincero.
Muchas veses nos enamoramos, pero fallamos en elegir a las personas correctas, lo vi en la mirada de Francisco, sus ojos reflejaban su alma, este amor cada dia se fortaleze, el me hace sentir diferente, única, ama mis defectos, se enamoró de mis virtudes.
No pido más.