Un amor más allá de las estrellas

Mi hermosa, mi hermosa vida

Lo vi, el me vio, nos miramos y todo fue hermoso y de pronto me iba a dar un beso y.... 

-¡SHANTHALLL! despierta, se te va a hacer tarde. - gritó mi mamá, despertandome de mi hermoso sueño.

Abrí mis ojos de golpe con mucha rabia, ¡estaba soñando con Fabián, mi crush, mi hermoso crush! Pero bueno dicen que los sueños se cumplen, quizá mi sueño de estar con con Fabi se haga realidad. Me levanté y me di un gran estirón que me hizo enderezar todas mi vértebras, cerré mis ojos con dolor y caminé hacia mi espejo para ver que tal amanecí hoy... como siempre ¡horrible! Pero bueno, era momento de arreglarme.

Me cambié de inmediato, y ¡wow! Estaba como nueva, era hora de desayunar. Baje corriendo a la cocina porque se me hacía tarde.

-¡Hola Mamá!- dije con una gran sonrisa.

-Ya era hora que bajes Shanthal, parece que ayer dormiste muy tarde- me miró sospechosamente.

-Claro que no ma, como crees.

Mi mamá hizo un gesto de desaprobación y me sirvió mi comida.

-Espero que hoy si vengas de una a la casa cuando salgas del colegio, en lugar de quedarte por ahí con quien sabe quien- dijo sería. 

-Pero ma, no me quedo con nadie, ya sabes ma- me sonrojé- me quedo observando a Fabi hasta que salga.

-Sigo creyendo que ese muchacho no es bueno, tu mismo me has dicho que lo has visto con muchísimas chicas y creo que debes de dejar de hacerte ilusiones hija.

-Es que no ma, nunca morirá este amor que siento por el, no son ilusiones como usted dice.

-Jajaja, ay hijita, está bien pero come rápido, ya es tarde, seguro llegas tarde.

-Si mamá  ya.

Terminé de comer y corrí a cepillarme los dientes y tomar mi mochila. Bajé de golpe las gradas, pisé mal y me caí golpeandome mi rodilla derecha.

-¡¿Pero hija?!- dijo mi mamá asustada y corrió a socorrerme.

-Descuida mamá- me levanté- sólo fue una simple caída, nada más.

-Debes de tener cuidado, ¿dónde te golpeaste?.

-Pues supongo que sólo en mi rodilla derecha, pero estoy bien- le sonreí.

-¿Segurísima? Recuerda que si estas mal, mejor vamos al médico para que te revisen.

-¡Nooo! De ninguna manera mamá, estoy super bien y perdón tengo que irme- le Di un beso en la mejilla y me fui de inmediato.

En verdad me caí bien feo, si lose, soy algo torpe, me pasa más cuando estoy apurada, como hoy. Me dirigí a la parada de bus y justo llegó uno, me subí e inmediatamente la señorita que cobra el pasaje me pidió mi pasaje, como soy muy responsable (según yo valga la redundancia) siempre se guardar el dinero exacto en mi bolsillo para no tener que contarlo en ese instante.

-Aquí esta- le dije a la señorita con una sonrisa.

Al momento que las benditas monedas tocaron su mano, se cayeron y justo el bus en ese instante fue por una bajada, que digo bajada, bajadota, y pues las monedas rodaron hacia adelante. Me hagaché para recogerlas y no que las condenadas se van a otro lado y así estuve atrás de unas monedas y la gente me miraba extraño porque parecía loquita diciéndole a todos que levanten sus pies para ver si las monedas estaban por ahí. Pasó un rato y las vi, ¡estaban a punto de caer por las gradas de subida! No lo podía permitir y corrí tras ellas, me hagaché para tomarlas y se cayeron. Me quedé parada viendo a mis monedas alejarse en la calle y yo estaba como el michi de los ojos tristes. Entonces el conductor me dijo:

-¿Qué hace ahí? Suba, no se vaya a caer.

-Es que las monedas con las que iba a pagar mi pasaje se cayeron y...

Aún no terminaba de decir todo y el conductor frenó de golpe.

-Me lo hubiera dicho antes, puedes bajar a tomar tus monedas y yo te espero aquí para que no pierdas el bus.

-Wow, mejor No, voy a sacar más dinero para pagarle a la señorita y listo.

-No No, tienes que pagar con esas monedas, te digo un secreto... -sonrió extraño.

-¿Cuál?- pregunté dudosa.

-Esas monedas son de la suerte- sonrió.

-¿De la suerte?.

-Sí, si tu pagas con esas monedas, tu crush te amará.

Pero ¡¿Qué?! ¿Qué clase de monedas son? Sería una gran oportunidad, por fin estar con Fabi y vivir nuestra linda historia de amor.

-¡Voy a tomarlas! Pero por favor no se vaya.

-Sí si, aquí te esperoo- dijo con un tono burlón.

Salté del bus y corrí hacía donde estaban las monedas, seguían ahí, las tomé y fui al bus corriendo, pero a lo que iba a entrar el conductor cerró las puertas y gritó:

-Caíste jajaja.

Arrancó de una y se fue, corrí atrás del bus porque era el único que había pero sólo corrí 3 cuadras y me rendí. A veces soy muy ingenua ¿cómo pude creer semejante cosa? Seguí caminando,  ya estaba cerca, me encontraba en un parque a una cuadra de mi colegio, pero mi rodilla derecha me comenzó a doler mucho y me senté en una banca que estaba a mi lado. Me estaba sobando mi rodilla, cuando de pronto, pasó Fabi, ¡Ay No! Es tan guapo ya mismo y lo veía con el viento que hacen en las películas.  Alzó su mano derecha saludándome y me dijo a lo lejos:

-Hola Shan, apresúrate, ya mismo cierran la puerta- me sonrió y siguió caminando.

En ese momento me sentí volando  en las nubes, cuando de pronto escucho el timbre de entrada y eso me hace volver a la tierra. Me levanté rápido y corrí, no me importó el dolor en mi rodilla, lo único que quería era entrar.

Por suerte logré entrar y Fabi estaba ahí, me hize la que no lo ví y seguí caminando. Entré a mi salón y para mi mala suerte, hoy me tocaba a las primeras horas matemática. Mi maestra de matemática es muy puntual, le gusta que 20 minutos antes de que sea hora de entrada ya estemos todos en el salón y los que pasan esa hora les toca lección y si, una de esas era yo.

La vi desde la ventana y pensé : "No voy a entrar está hora", pero la maestra ya me habia visto, abrió la puerta y me dijo: 

-Señorita Bonnet, ¿No piensa entrar?

Me Di la vuelta y le respondí:

-Buenos días maestra, por supuesto que si, sólo me distraje con unos pajaritos muy lindos que vi-dije nerviosa.




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