Las historias que las demás personas nos cuentan sobre el amor, no se comparan a las historias que son escritas por novelistas románticos o las que son representadas en filmes que se vuelven tan famosos simplemente por pertenecer al género de romance. Incluso las historias de los cuentos de hadas, por las cuales todas y todos esperamos tener a nuestro príncipe azul o a nuestra princesa encantada. Los cuentos nunca serán como la vida real, sólo existe la realidad y depende de tí o de las decisiones que tomes para que tu vida se convierta en un cuento soñado o en una pesadilla.
Amar; la palabra en sí ya es aterradora, el sólo hecho de pensar en todo lo que se le atribuye por cotidianidad a esa palabra, da miedo llegar a sentirla, incluso llegar a comprenderla en su totalidad. Para la mayoría de las personas es una simple emoción que todo el mundo acepta como parte de la vida y del proceso de encontrar un acompañante para ser comprendidos. Es parte de nuestra realidad y es un sentimiento tan popular que se han escrito miles de canciones respecto a esa palabra. Antes me consideraba de aquellas personas que sólo aceptan la idea del amor porque oímos la historia del primo de un amigo a quien le funcionó y ahora está viviendo feliz para siempre. Alguien que justo ahora está viviendo su sueño, que está amando a su pareja de verdad y que las cosas van tan bien que todos los cuentos de hadas que conocemos desde pequeños se quedan cortos.
El amor es mucho más complejo que sólo decirse enamorados de una persona, decir que los defectos no importan, que la perfección personificada en alguien si es posible. Comprender incluso que el sexo no es tan fundamental cuando hay amor y cuando se ama de verdad. Evadir problemas tan comunes como absurdos porque no tiene caso que se lleven mayor concentración en ello. Porque hay cosas que se toman a la ligera y otras que necesitan de tiempo para poder determinar una decisión. Creer que el tiempo sólo es subjetivo y que no existe la palabra "precipitado" cuando se trata de seguridad, respeto, confianza y amor.
Hay momento de silencio que deben ser respetados, hay ocasiones en las que la desesperación altera tus sentidos y te cansa, no puedes pensar o concentrarte de manera adecuada porque extrañas los momentos que pasas junto a la persona que amas y está bien sentirse así a veces pero, no perder de vista que son situaciones que siempre estarán presentes, cada uno tiene su rutina, su agenda, su propia organización y actividades diferentes, habrá algunas compatibles y como tal se deben disfrutar. No hagas a alguien totalmente dependiente de ti, tampoco seas totalmente dependiente de esa persona porque duele demasiado los momentos en los que no van a poder verse, porque entonces se convertirá en limeranza y la limeranza ya es un desequilibrio de bienestar general.
Nadie le pertenece a nadie, tú eres libre de amar, de salir, de vivir, de sonreír, de decidir sobre ti mismo o ti misma, recuerda que el primer paso para amar es amarte.
Pocas personas lo comprenden en primera instancia, pretenden ser amados para poder respetarse a si mismos, un claro factor de riesgo para volverse totalmente dependiente de la otra persona y después, culpan a los demás por errores cometidos por ellos mismos.
El propósito no es reprochar o culpar, menos sermonear, sólo hagamos una comparación de lo que es adecuado para nosotros y lo que merecemos, con lo que no es adecuado y, claro, no lo merecemos. Convertirnos en dueños de nuestras propias decisiones y seguir nuestros deseos o sueños, ninguna persona tiene el derecho de cambiarnos. Saber que podemos amar con total libertad, entregarnos al amor, no tanto a la persona en sí, el verdadero amor nunca traiciona, no es desleal, no lastima ni insulta y lo más importante; nunca debemos sentirnos inseguros.
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Editado: 30.07.2022