Un amor para Namjoon.

50

No podía dormir, se mantenía aferrada a sus rodillas que se incrustaron en su pecho desde hacía no se cuantos  minutos, escuchaba las voces a fuera, charlas que le eran difícil traducir en seguida en su mente, ni siquiera sabía como era que conocía ya la mayoría de las palabras que escuchaba. Sus ojos se clavaron en la ventana y suspiró al recordar a NamJoon ahí mismo de pie tratando de ser amable con ella la chica que lo había olvidado, se odio por eso aun más cuando escuchó la dulce y tierna voz del pequeño junto a una más dulce risa que le estrujó el corazón entre la alegría y la frustración de no poder acercarse a ese pequeño y llamarle su hijo.

Volvió la cabeza a la almohada cuando escuchó de pronto el sonar de las puertas a su alrededor, era tarde no sabía que tanto pero estaba segura de que pasaba de la media noche, en seguida sintió una molestia al pensar en que padre permitiría que su hijo siendo tan pequeño se mantuviera despierto hasta esas horas. El plato de la cena se encontraba ya frío en la mesita de a lado, seguía sin sentir hambre cuando Nam entró despacio creyendo que ella dormía y sin molestarla le dejó la charola antes de volver a salir.

Por qué tenía que ser tan detallista, por qué se preocupaba tanto por ella, la culpa volvió a golpearla y se escondió bajo las mantas como si estas pudieran protegerla de sus propios pensamientos, pasó quizás cerca de una hora cuando finalmente el silencio apareció, solo así logró salir de su escondite para mirar la cena que seguramente habría tenido un sabor delicioso de haberla comido a tiempo.

Tomó la charola y salió despacio hasta la cocina, tenía que comer algo si quería seguir viviendo, así que busco el microondas para calentar la pasta y el guisado que esa vez parecía ser cerdo con verduras y kimchi para acompañarlo, miró en la nevera un poco de agua fría y sirvió uno de los vasos que encontró limpios en el escurridor. Todo le parecía tan nuevo, tan mágico, como si lo hiciera por primera vez.

—¡Emma! —escuchó la voz a sus espaldas. —¿Qué haces aquí?

Emma giró despacio sobre sus talones más apenada que antes y agacho la cabeza en cuanto lo vió.

—Lo siento no quería despertarlos, tenía un poco de hambre y encontré esto en mi habitación quería calentarlo un poco.

Jin se acercó y tomó el plato de entre sus manos, luego busco una pequeña cacerola en donde dejo caer el contenido antes de encender el fuego, no decía nada, Emma lo veía mientras movía los palillos dentro de la comida para que el calor fuera uniforme.

—No quiero ser una molestia para ustedes, —dijo finalmente la chica.

Jin no respondió simplemente apagó el fuego y volvió a colocar la comida en un plato limpio.

—Te haré un té esta bien, no deberías beber el agua helada a esta hora. —fue lo único que dijo antes de llenar la tetera y volver a prender el fuego.

Emma acercó el plato hasta ella y subió a uno de los banquillos que se encontraban al rededor de la mesa dentro de la cocina.

—Gracias, —dijo no supo si Jin realmente la había escuchado pues siguió sin reaccionar.

Lo vio colocar la bolsita del té en una taza para llenarlo con el agua caliente y acercarlo a ella.

—No tienes nada que agradecer —repuso al fin intentando una breve sonrisa. —Eres la esposa de mi mejor amigo tengo que cuidar de ti para él. —Bajó la mirada. —Me alegro de que finalmente hayas despertado Emma, todos te extrañamos mucho, Nam casi se vuelve loco al saber lo que había sucedido y las consecuencias pero creo que nunca dejó de pensar en que despertarías y eso lo motivaba a seguir además esta Jinnie, —esta vez sonrió genuinamente, —todos lo queremos mucho, yo sobre todo siempre estuve a su lado desde que llegó.

—Gracias por eso también Jin, —acercó su mano hasta la de él y la colocó en cima, — sé cuánto lo quieres y a mi hijo también, gracias por no dejar que se perdiera, gracias por mantenerlo sano y feliz hasta este momento. Yo no sé qué tengo que hacer ahora con Nam, con el bebé, se supone que tengo que ser su madre pero no sé que es lo que tengo que hacer, me asusta equivocarme y echarlo todo a perder, con Nam...siento algo por él pero me confunde es decir, lo último que recuerdo de él es la photocard que guardaba debajo de la carcasa del móvil cuando aún estudiaba la universidad y ahora verlo ser tan cariñoso conmigo, tengo miedo de mi reacción, de no saber que hacer cuando esta cerca. Siempre quise conocerlo y de repente despierto y resulta que estamos casados pero que lo olvide, odio eso Jin, odio no poder recordar como fue que se enamoró de mi, que fue lo que vio.

—Emma no te obligues a recordar estoy seguro de que todo regresara, pero si no es así, sé que NamJoon y tu volverán a enamorarse uno del otro, tu le gustas en todas las formas, le das esa felicidad que nunca nadie le dio, él es más feliz cuando piensa en ti, cuando te ve, se derrite así que estoy seguro de que sea lo que sea y si tu memoria vuelve o no, tu y él son el uno para el otro, se merecen, serán una familia.

Jin terminó palmado el dorso de la mano de Emma, —ahora come, necesitas descansar también, dormir las cosas poco a poco se irán aclarando. —Sonrió.

—Gracias Jin, por todo, ve a dormir yo terminaré y recogeré la cocina antes de ir a la cama, dormí casi toda la tarde no tengo sueño.

—Aún así, debes intentar dormir, yo me quedaré hacerte compañía come y yo limpio de acuerdo.

Emma sonrió y después comenzó a comer, sin duda el guiso era delicioso al igual que el té, se quedó mirando a Jin limpiando la cocina, le pareció encantador. Luego cuando ambos terminaron se fueron a dormir, Emma se quedó aún un buen rato despierta solo tratando de recordar algo, su mente se canso y decidió cerrar los ojos. 
 



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Editado: 09.10.2021

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