Un Amor Prohibido

7

Narra Susie.

-Arghh, mi cabeza-rugí un poco mientras me despertaba.

Lo primero que pude notar al despertarme era que Julio no estaba conmigo y que estaba siendo llevada por una tribu de topos. Al verme a detalle lo primero que pude ver fue que mi mano derecha estaba llena de sangre, después de todo me había hecho unos cortes demasiado grandes en la caída, otras cosas que pude notar era que mi cola tiene muchos rasguños y que parte de mi ropa estaba desgarrada, sin embargo, todavía me tapaba mis partes íntimas.

Los topos al ver que me desperté me dejaron de arrastrar y me ayudaron a levantarme.

- ¿Estás bien? -me pregunto una señora.

- ¿Porque hiciste algo tan estúpido? -me pregunto otro topo.

- ¿Quién era el que venía contigo? -me pregunto otro.

 Al escuchar todas esas preguntas mi cabeza empezó a dar vueltas y empecé a tener un deseo constante de vomitar, los topos al ver esto se acercaron a mí y me dieron un poco de agua.

- ¡Responde! -me grito uno al ver que no hablaba.

- ¡Oye ya cállate, no vez que tuvo una dura caída! -le grito enojada la señora topo.

El topo al escuchar eso de parte de la topo se calló y se disculpó conmigo.

-La cueva cayo y no hubo refugio, mi amigo y yo no tuvimos opción-dije un poco distraída y aterrada.

Los topos al escuchar esto se alejaron un poco de mí y se pusieron a conversar entre si discutiendo algo que yo no escuchaba.

-Bien niña después de discutir con mis compañeros-comenzó uno de los topos.

-Llegamos a la conclusión de que es importante decirte que…-prosiguió otro topo.

-Tu amigo no sobrevivió a la caída, ahora el solo es montón de polvo-finalizo la topo.

Al escuchar esto sentí como algo dentro de mí se quebró.

-Bueno hay que seguir-dije como si nada.

No quería que los topos sepan mis verdaderos pensamientos así que los tape con frialdad.

-Pero niña tu amigo-dijo la topo mientras me agarraba del hombro.

-Eso no importa ya-dije con mucha más frialdad que la anterior vez-ahora solo quiero descansar-

Los topos al escuchar esto se miraron entre ellos y al final terminaron asintiendo.

-Está bien niña, te llevaremos a la guarida de los topos y allí te curaran-dijo un topo mientras se ponía en marcha.

Los demás topos le siguieron, pero yo al moverme casi me caigo, mi pierna estaba mal por la caída y yo estaba intentando caminar. La topo al ver mi sufrimiento me ayudo poniendo mi brazo alrededor de su cuello para que yo pudiera poner algo de mi peso sobre ella.

Pasaron los minutos y no se veía nada, apenas unas cuantas antorchas iluminaban el camino, el calor es inmenso y eso me gustaba, después de minutos por fin se logró visualizar a lo lejos una construcción medio rara, es como un castillo subterráneo hecho de pura piedra y tierra.

-Vamos niña, ya estamos cerca solo son unos metros más-me dijo la topo intentando darme ánimos.

- ¡No me digas niña, solo estoy a un año de convertirme en una adulta, sin embargo, ya puedo ser considerada como una! -le dije un poco enojada.

La topo solo viro los ojos y siguió ayudándome a caminar, pasaron minutos y por fin llegamos al castillo subterráneo y una especie de enfermera estaba esperando en la sala principal.

Los topos al verla se agacharon en una muestra de respeto.

-Niña agáchate tú también-me dijo la topo.

Yo no sabía de qué hablaba la topo así que no le hice caso.

-Tóper ¿quién es esta niña? -le pregunto la enfermera a Tóper.

-Ella cayó de la grieta antigua, reina Terry-le dijo Tóper.

Yo al escuchar esto me quede un poco confundida, como es que una enfermera pueda llevar un reino, o lo que sea.

-Terry, ella no ha hecho nada malo, solo es una niña que está muy herida-le dijo la topo dirigiéndose a Terry.

-Tirna tú qué opinas de esto-le dijo Terry a la topo que estaba a lado mía.

-Señora, yo opino que hay que curarla y llevarla al mundo exterior, será la mejor opción que tenemos-le dijo tranquilamente.

Después de una larga conversación decidiendo mi destino por fin llegaron a la conclusión de que era mejor llevarme a salvo.

Terry me llevo a la sala de enfermería y ahí empezó a curar mis heridas.

-Cómo es que tú eres la reina de este lugar-le pregunte.

-Niña en el mundo de abajo los reyes somos a la vez los curanderos-me dijo tranquilamente.

La verdad es que eso es impresionante, toda mi vida tuve esa idea equivocada de que los reyes solo son los más fuertes y no los más inteligentes.

 -Argh-le rugí a Terry.

Ella me había puesto la sábila de una planta subterránea y esa sábila ardía demasiado.

-Tranquila-me dijo mientras me agarraba el brazo fuertemente para que no me pudiera soltar de su agarre.

- ¡Suéltame! -le grite.

Narra Julio.

Yo me había despertado y todavía había partes de mi cuerpo que todavía no se habían regenerado, las partes que no se me habían regenerado estaban cubiertos por un líquido negro.

Al revisar a mis alrededores lo primero que pude ver fue, nada, solo túneles y más túneles, ni siquiera Susie estaba conmigo, me había quedado solo, otra vez.

Me pare y me fui corriendo en la misma dirección en la que vi que regresaban los topos, al ir por el túnel todo se iba haciendo más estrecho y oscuro, pero había unas antorchas que iluminaban gran parte del camino, todo fue así hasta que me encontré con una zona que tenía más túneles.

- ¡Por donde coño hay que ir! -grite demasiado enojado.

Gracias a mi grito pude oír como algunos monstruos se me fueron acercando cada vez más, no sabía adónde ir, no sabía dónde esconderme ya que los pasos venían de todas las direcciones así que no me quedo más opción de irme por un camino desconocido.

-Donde fue-escuche.

-No lo sé, pero hay que buscar, que cada uno se disperse por los túneles y que atrapen al intruso-escuche que dijo otro monstruo.




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