Han pasado dos meses desde lo sucedido con Susie y por fin siento que se me quito ese peso de encima, lo malo es que Leo sigue intentando convencerme para salir; por ejemplo, hoy me quiso llevar a un parque para que los dos podamos caminar y hablar.
Pero bueno al final me convenció y me saco del castillo para dar una pequeña caminata.
—No crees que ya te hacía falta salir del castillo—dijo Leo tranquilamente.
—Cómo sea—le dije sin ánimos.
Lo primero que pude destacar de Whinder es que había monstruos trepándose a las casas, monstruos vendiendo comida o utensilios o cualquier cosa que alguien pueda utilizar en su casa.
Entre tantas personas que circulaban por el lugar me termine perdiendo y a su vez a Leo, esto ocasiono que mi cerebro deje de funcionar completamente y perderme por los barrios más bajos, hasta que me encontré con un dragón azul que iba con algo en la mano.
Seguí caminando sin darme cuenta por donde iba, hasta que en un punto me pegue con una pared, así que no me quedo más opción que irme para atrás; pero, al intentarlo algo me paro y me obligo a ver hacia la pared.
—Acaso te olvidaste de mi—se iba escribiendo en la pared.
“Que rayos” me dije a mi mismo mientras intentaba tocar la pared, pero al intentarlo algo me detuvo.
—Me olvidaste—seguían apareciendo escritos en la pared—O simplemente te borro la memoria—se escribió en la pared.
Que rayos quería decirme, ni idea, que es lo que quiere hacer, ni idea, como quiere que le entienda, ni idea, vamos como quieres que te entienda si no me dices nada, le quería decir a la pared.
—Vamos recuérdame, soy yo tu mejor amigo—se escribió—Hicimos una promesa, “amigos por siempre”—
Después de escribir esto todo se desvaneció y volvió a hacer como antes y todo porque Leo me saco del trance.
— ¿Leo, eso siempre ha estado ahí? —le pregunte señalando a la pared.
— ¿De qué hablas, de la pintura de un hombre como distorsionado? —me pregunto.
Al ver a la pared me di cuenta que tenía razón, las palabras se esfumaron y dejaron solo a un hombre o a un adolescente distorsionado que parecía estar saludando.
“Que mierda paso aquí “me dije a mi mismo.
Después de minutos me dejo de importar y empecé a creer que solo fue una ilusión y tiene un poco de validez esa teoría, ya que no he dormido en como 1 semana.
Pasamos mucho tiempo sin hablar, yo me estaba empezando a sentir muy incómodo e intranquilo y cada vez que viraba la cara en dirección a Leo veía como él estaba muy pensativo.
—Julio creo saber que te podría animar en estos momentos-dijo Leo un poco distraído-mira hay una especie de zona de entrenamiento a las afueras del reino para la gente que quiera pelear, que tal si tú y yo hacemos una batalla—
—En primera, no me harías nada, en segunda, no puedes pelear si apenas puedes caminar—le dije señalando a su pierna.
—Que eso no te importe—me dijo Leo intentando convencerme—Mira, qué tal si yo voy caminando al lugar y tú vas a por las armas si crees que es necesario—
no tenía nada mejor que hacer, así que tuve que aceptar y después de esto me fui encaminando de nuevo al castillo, claramente no sin antes preguntarle donde se encontraba tal lugar y el simplemente me respondió que le pregunte a Alex.
así que de nuevo partí hacia el castillo.
Narra Susie.
—Dorgan cuantas veces tengo que decirte que no me importa lo que hagas, así que por favor deja de hacer el ridículo—le dije un poco aburrida.
Dorgan al escuchar esto se paró de nuevo con los pies y no con sus manos como lo estaba haciendo, supuestamente solo lo hacía para demostrarme sus habilidades, pero que Dragón no puede caminar así, ósea la mayoría somos agiles, no entiendo porque él quiere demostrarme que él también es ágil.
—Que acepté ser tu amiga no significa que debas hacer cualquier tontería para entretenerme—le dije con una pequeña sonrisa en el hocico.
—Mira por lo menos te hago reír un poco-dijo amablemente.
—Si claro—-le dije un poco más aburrida.
Explicación del porque son amigos.
Conclusión porque la madre le dijo que debía conseguirse por lo menos alguien con quien hablar y Susie es muy vaga y resentida como para buscar a Julio.
—Bueno, pues que quieres hacer ahora—me dijo Dorgan en sus intentos por no aburrirme.
—Yo que sabré—le dije intentando sonar enojada.
Dorgan al escuchar mis palabras se puso a pensar y pues yo que sabré lo que estará pensando este inútil, de por si Dorgan es extraño quien sabe qué clase de cosas tenga en su cabeza.
—He estado pensando y he visto que tú eres una mujer que no le gustan las flores, ni los regalos, así que eres ruda y pues qué tal si vamos al campo de luchadores, quien sabe, tal vez podamos pelear—dijo sospechosamente.
A mí como siempre no me importo ninguna palabra que salió de su hocico y simplemente termine aceptando.
Dorgan me llevo a las afueras del reino y ahí vi como el antiguo príncipe Leo estaba sentado en una banca, parecía estar esperando a alguien, al verlo un recuerdo apareció en mi mente, el recuerdo de una de las tantas historias de Julio y lo único que hice fue reprimir esos recuerdos para no acordarme de ese maldito.
—Hola ex príncipe Leo—dijo Dorgan como si hubiera conocido a Leo desde hace años—Que hace por estos lugares del reino—
—Ahh no molestes con formalidades ve al punto—dijo un poco molesto—Que es lo que quieres—
Dorgan pareció enojarse cada vez más, al parecer solo estaba tratando de ser amable y no quería que le dijeran algo tan desconcertante como eso.
—Yo no vine a pedirle nada, solo lo vi por aquí y vine a saludarlo–dijo un poco calmado— ¡OH ES QUE UN PUTO DRAGÓN DE MIERDA NO TIENE NI UN MALDITO DERECHO EN ESTE REINO DE PACOTILLA! —grito Dorgan.
Lamentablemente no me quedo más opción que entrometerme en la charla ya que si no lo hacia el estúpido Dorgan o Leo podían salir heridos, pero nadie lo sabe.
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Editado: 18.10.2020