Hace ya mucho tiempo, una chica de 26 años llamada Amelie Brown, creia en el amor. Le encantaba todo lo romantico y era muy detallista con todo. Conocio un chico llamado Liam Palacios. Segun Amelie, "fue amor a primera vista", pero no siempre el amor acaba bien...
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-Te ves hermosa- -Gracias madre- Respondio Amelie. Estaba muy emocionada por este día, que habia estado esperando por mucho tiempo. Por 2 años y medio, siendo exactos, mientras su madre le acomodaba el largo vestido blanco, A Amelie le pasaban los mismos pensamientos siempre: Liam, mi esposo, amor. Cauando acabaron de arreglarla, su padre la recogio para llevarla al altar, en donde solo esperaba el padre de la iglesia, y ahi mismo no pudo evitar que un pensamiento llegara a su cabeza: Me dejo plantada. Sintio ganas de llorar, ¿como habia sido tan ingenua?, por eso no la habia querido acompañar en el carro hacia la iglesia, ¡porque no iria!. Ya no queria seguir caminando, simplemente me desplome en el piso y comenzo a llorar, recordando todo lo que le hizo pasar ese hombre, Brown estaba convencida de que la amaba, pero en realidad, solo la habia usado por dinero, (la familia Brown, era una de las familias mas ricas en la ciudad), se paro con todo el maquillage corrido y salio corriendo de la iglesia, se dirigio a su casa pidiendo un taxi, mientras todo el camino solo pensaba: -¡Inutil, INUTIL!- Lloraba. Cuando llego a su casa, se dirigio al armario para ponerse la pijama, no se iva a dormir asi. Pero algo le parecio muy raro... faltaban todas las joyas. -me robo- Fue lo primero que pensó. -ME ROBO ESE ESTUPIDO- Dos lagrimas volvieron a caer de sus mejillas, ahora resulta que no la amaba, y solo era por el dinero que tenia. Se puso la pijama yd decidio ir a revisar el cuarto de su padre. Entro al closet y no habia nada. Solo quedaban un par de zapatos, un chaleco, un maletin, y un perfume. Amelie se asusto, y corrio a ver el cuarto de su hermanita pequeña. Todo estaba en orden, excepto por los collares, y los mas caros, claro. Habia robado a toda su familia. no tenia ganas de llamar a nadie, asi que le avisaria a su padre cuando llegaran, bloquio su puerta, cerro la cortina, se tumbo en la cama y puso una pelicula cualquiera en Netflix. Pero en realidad no estaba viendo nada, su cabeza solo procesaba: El amor es un asco, todos son unos interesados, y yo... soy una ciega tonta, al no ver eso. Y después de tanto llorar y pensar, se durmio...