Un amor prohibido

Capítulo IV

Corría a toda prisa por los senderos del bosque que no creía que podía estar pasando, muy pronto un gran suceso comenzaría a manifestarse, o eso creía el más debía evitarlo a toda costa.

Su labor consistía en reunirse pronto con su padre para poder idear un plan que beneficiara y concluyera con existo su labor que pronto le concederían, mas existía algo el cual no podía hacer y era ´´matar a la princesa´´, o eso era lo que le había dicho su padre que debía de hacer y el cual debía de tomar los riesgos necesarios.

Ya que para el matar a una persona la cual es inocente, sin tener nada que ver con el pasado de cada guerra que se había manifestado en los últimos trecientos años, generación tras generación.

Sin dejar de pensar en eso comenzó a correr más rápido, él sabía perfectamente que podía usar su magia para teletransportarse pero él prefería ir por el bosque por si algo sospechoso se encontraba a los alrededores de su reino.

Quedaban unos cuantos kilómetros por recorrer antes del encuentro con su padre, cada paso que daba, cada bocanada de aire que respiraba le hacían poner aún más los nervios de punta, sabía perfectamente que algo andaba mal y fue en ese instante de pronto que algo se aproximaba, los arboles le comunicaban los movimientos de aquel intruso que se había entrar en sus dominós sin su consentimiento.

Mientras esperaba paciente en las ramas de un árbol cercano lo diviso, aquella persona que podría conocer, si así hubiera sido más que solo en sus sueños.

Observo atentamente a la chica miraba cada movimiento y cada detalle de su rostro sin dejarse de preguntar de donde la conocía o si es que ya se habían mirado antes, pero por más que se esforzaba no lograba entenderlo.

De pronto la chica huir de algo, algo el cual no alcanzaba a divisar, fue corriendo tras ella y por cada paso que daba comenzó a divisar aquella espantosa figura.

Trato de acercarse un poco más para poder ayudar a la chica más una fuerza de energía lo empujo a él y aquella criatura lejos del lugar, adolorido y sin poder sostenerse mucho de pie por el golpe, reposo por unos segundo en el frio y fangoso suelo.

Lentamente comenzaba a levantarse y sentir menos dolor, mirando a su alrededor no vi rastros de la chica mucho menos de aquella criatura de la cual la había y sin más que poder hacer decidió irse ya que iba demasiado atrasado al encuentro con su padre.

–Ya era tiempo de que llegara, príncipe –decía su padre son severidad más algo cambio en sus ojos cuando lo vio más detalladamente –¿Qué es lo que ha ocurrido? –su tono de voz se suavizo un poco.

–O nada grave, padre solo que he sido atacado por una extraña fuerza de energía cuando trataba de ayudar a una chica

– ¿Qué chica?, ¿Quién osa entrar en mis tierras?

–No sé quién podría ser, mas era muy hermosa con unos rasgos que jamás en mi vida había visto

– ¿De qué hablas?, ¿Cómo era ella?

–Era alta de piel blanca, cabellera de un castaño oscuro y con unos lindos ojos de color verde esmeralda –decía mientras su mente se transportaba a ese preciso momento en el cual la miro por primera vez–

–Creo que ya es tiempo de que sepas la verdad hijo mío –decía con aquel tono de severidad con anterioridad – ¿A qué te refieres?, ¿tú sabes quién esa chica?

–Claro que se quién es, ella es la princesa, la princesa la cual deberás de matar para poder conquistar el reino y la paz gobierne de nuevo junto con sus alrededores.

–Eso no puede ser posible…



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En el texto hay: fantasia, magia y amor

Editado: 21.10.2018

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