La cena se hizo eterna creo que fue por el silencio que albergo dicho momento, no lograba sacar de mis pensamientos la pesadilla que había tenido minutos antes, aunque trataba de disimular no quería que mi madre se preocupara.
Al terminal la cena, decidí ir al frente de mi casa para ver a las personas pasar, pero no era así, por más que tratara de engañarme no podía, lo hacia porque quería ver aquel chico que me deslumbro aquella tarde.
Al parecer las estrellas y los planetas estaban a mi favor y lo vi, era un adonis, tenia una mirada penetrante que cualquiera se perdería en los más profundo de sus iris me sentía hipnotizada no podía dejar de mirarlo.
Creo que se dio cuenta que lo observaba con devoción, solo vi cómo empezó a caminar y sus pasos se alargaban cortando la distancia entre los dos, mi corazón empezó a latir como un caballo desbocado y mi mente solo me decía corre, no sabía qué hacer, lo que si sé era que necesitaba escuchar su voz, conocerlo, pero en ese momento no estaba lista para dar ese paso.
Intente huir, pero mis pies no me ayudaban estaba paralizada y solo veía como se acercaba paso tras paso.