-Oh Nael, yo también te amo querido- dije juntando nuestros labios enamorados nuevamente
Tenía 18 años para ese entonces y era Otoño, las hojas caían de los amarillentos árboles, que anhelaba ya la primavera; las hojas secas sonaban a nuestro alrededor y un viento frío corrió por nuestro entorno. Y luego de un tiempo, luego de ese Otoño sucedió, el me preguntó lo que tanto anhelaba escuchar, la pregunta que recordaría el resto de mi vida.
-Amor quieres tener el privilegio de ser mi novia?- preguntó Nael
-Yo, si mi amor, es lo que más deseo en esta vida- le contesté muy emocionada con una lagrimilla rebelde en mi rosada mejilla
Nael me abrazó más fuerte que nunca, amo ese hombre, lo ame desde que descubrí que el tenía tanto potencial en mi vida, el era sumamente especial para mi. Lo amé desde antes de comenzar nuestra relación. Nael me tomó de la mano y comenzamos a pasear por el lugar donde nos conocimos para recordar todo. Había pasado el verano, el cuál se había encerrado entre mi piel, y el agua de la playa y las piscinas a las que fui.
El próximo otoño para celebrar nuestro primer aniversario fuimos a acampar. Aunque acampando no nos fue tan bien como planeabamos. Primero nos perdimos en la soledad y oscuridad de un pequeño bosque y luego lobos, lobos aullando muy cerca de nuestra caseta.
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Editado: 28.02.2019