Aquí en Madrid todo iba bien, demasiado bien en realidad, mi madre dejó su trabajo para pasar más tiempo conmigo y sus otros hijos, ya no asistía a las reuniones de Abraham con sus socios ni tenía que llamarlo papá, cosa que aún no entiendo ¿Porqué llamarlo papá si no lo era? Para mí eso era muy tonto, no era mi padre ni lo sería ningún día, no lo llamaría así y ni siquiera le diría padrastro, a demás de eso, hace días que no hablaba con mis amigos de México, quizá estarían ocupados con las tareas de sus preparatorias ó no querían hablar conmigo, cuando llamaba a Anne o Elian ninguno tomaba mis llamadas, aunque este último me dijo que tenía algo que decirme, ya no le dí tanta importancia, quizá ellos me llamarían, por lo pronto hoy tenía planes de ir con Judith al cine, de compra al centro comercial y por último haríamos una pijamada, escuché que llamaron a la puerta debía ser ella por lo que fuí a recibirla
-¿Cómo te va?- dijo mientras me daba los típicos besos de cortesía en la mejilla cosa que es algo raro pues no estoy acostumbrada a hacerlo o por lo menos no tan seguido
-Bien ¿Tú que tal?- dije mientras hacía un ademan con mis manos para que se sentara
-Pues nada, todo bien ¿Lista para irnos?
-Claro, solo voy por mi bolso- subí a mi habitación para tomar algunas cosas que necesitaría para mi salida con Judith- Listo, vámonos
Después de eso Darrel nos llevó al cine y de ahí le dimos parte de la tarde libre, pues después necesitaríamos que nos llevara a casa, entramos al cine y vimos una película de comedia, gran parte de la película ella y yo estuvimos riendonos, al salir fuimos de compras y estábamos listas para comenzar nuestra pijamada.
Estuve muy entretenida con Judith que no me percaté de que tenía una llamada perdida de Elian y un mensaje de mi hermano
Alex: Hola mounstra, te extraño un montón, tengo que contarte algo, en cuanto puedas envíame un mensaje.
Triana: Claro, yo también te extraño <3
Después de haberle enviado ese mensaje a mi hermano, me disponía a seguir viendo las películas que Judith había escojido, pero justo cuando quise apagar mi celular volvió a llamarme Elian
-Anda, ¿No vas a contestar?- dijo mi amiga mirandome con una mueca de molestía- mira que si no atiendes a ese chaval, lo haré yo
Descolgué la llamada y ahí estaba uno de mis mejores amigos con un semblante preocupado
-Hola ¿Cómo estás? ¿Cómo va todo?- dijo él mientras me sonreía
-Hola, estoy bien y todo va de maravilla ¿Y tú?
-Igual, bueno ya sabes un poco estresado por las tareas
-Me imagino ¿A qué debo tu llamada?
-Pues es para lo que te dije la otra vez, necesito decirte algo- en cuanto él dijo eso Judith volteó a verme, si, ella estaba enterada de todo lo que pasaba en mi vida como yo en la de ella,- ¿Estás ocupada?
-No claro que no, espera un momento- deje el celular y me levanté de la cama, estaba muy nerviosa, por lo que Elian me diría, Judith apagó el televisor y me hizo señas para que me tranquilizara y volviera a la llamada, tomé un par de bocanadas de aire y tomé el celular en mis manos- Listo, dime, de qué quieres que hablemos
-No se ni como decirlo, esto es muy frustrante, bueno...- hizo silencio y ví como tomaba aire- desde que llegaste a aquí a Mazatlán, me gustaste, solo que en ese momento no lo sabía porque estaba con Anne, no sabía de mis sentimientos hacía tí, cuando supe que entre Dante y tú había sentimientos de por medio fue cuando me dí cuenta que te quería más que a una amiga pero tenía miedo de decirtelo y que me rechazaras, después de que te fuiste dejé a Anne, no podía estar con ella mientras te quería a tí.
La confesión de Elian me había dejado atónita, no pensé que él me viera más que como una amiga, yo no sentía nada por él y no podría hacerlo por más que lo quisiera, él había estado con Anne, ella era mi amiga y no quería hacerle algo así, a demás yo seguía queriendo a Dante aunque ahora ya no sabía nada de él.
-No me esperaba eso, quiero dejar una cosa bien clara, jamás podría estar contigo y no lo digo en mal plan, si no que antes estuviste con Anne y no sería capaz de hacerle eso a ella, aaah y otra cosa, sabes bien lo que siento por Dante y aunque ahora haya tierra y mar de por medio eso no ha cambiado, aún lo quiero.
-Lo sé y lo entiendo pero créeme que voy a esperar el tiempo que sea necesario para que tú me quieras...- no pude seguir escuchando lo que él decía, así que colgué.
Esperaba que Judith dijera algo sin embargo no lo hizo, solo se límitó a poner música y ponerse a bailar al tiempo que me invitaba a hacerlo con ella, después de varias horas jugando, riendo, contadonos cualquier cosa de cuando ambas eramos niñas, nos fuimos a dormir. En este preciso momento, no sabía como sentirme, la confesión de Elian me había dejado aturdida y todavía no se me pasaba, aunque con Judit hizo que todo lo que rondaba por mi cabeza desapareciera, ahora ella era mi mejor amiga.