Capítulo 12: Reencuentros

Han pasado tres días desde que tuve el accidente y aún sigo en el hospital, durante este tiempo, Dante sigue atendiendome y en ocasiones viene a platicar conmigo, cosa que agradezco pues me aburro mucho, mi padre ha venido a verme un par de veces pues su trabajo le impide venir a verme seguido, mi hermano salió del país y mi nana es quien viene más seguido a verme. Los doctores siguen haciendome estudios médicos para corroborar que todo esté en orden por el golpe que recibí en la cabeza, en verdad me urge salir de este hospital, estar aquí es un poco aburrido y abrumador. El doctor Buenaventura, llamó a la puerta de mi habitación un par de veces antes de entrar

-Buenos días señorita Almanza y Señora Martínez ¿Cómo se siente hoy señorita?

-Buenos días doctor- dijimos mi nana y yo al mismo tiempo- me siento mucho mejor, no he tenido dolor de cabeza, solo un poco en la pierna

-Es muy bueno, bien, mis colegas y yo estuvimos observando sus análisis y al parecer todo está en orden con su cabeza, realmente esto es muy bueno, hoy por la tarde se le dará el alta, por lo pronto puede salir a dar una vuelta por los jardines del hospital

-Bendito sea mi Señor, se lo agradezco mucho doctor- dijo mi nana al tiempo que miraba hacía arriba y se persinaba.

-Muchas gracias doctor, me gustaría salir al jardín

-Ok, entonces dejeme avisarle a su enfermero para que le traiga una silla de ruedas y la acompañe En cuanto el doctor salió, mi nana me ayudó a sentarme en la camilla y ponerme un abrigo para poder salir -De nuevo a solas con el joven Dante mi niña- decía mi nana mientras alisaba mi cabello

-Si nana, pero no nos hagamos ilusiones, él quizá ya tenga su futuro planeado y a demás no creo que él esté interesado en mí después de la forma en como me fui de aquí y de que jamás le envié un mensaje o lo llame.

-No te desanimes mi niña, recuerda que todo puede pasar- llamaron a la puerta un par de veces para después ser abierta por mi enfermero

-Con su permiso, espero no interrumpir- dijo mientras entraba empujando la silla de ruedas- el doctor me dijo que querías ir a dar un paseo por los jardínes

-Sí, estoy un poco aburrida de estar aquí encerrada

-Me imagino- se colocó a un lado de la cama poniendo el freno a la silla de ruedas- te ayudo ...-me cargó poniendo una mano en mi espalda y la otra detrás de mis rodillas procurando siempre no lastimarme, acomodó la solución salina en una bolsa detrás de la silla, mi nana tomó su bolsa para salir junto a nosotros

-Mi niña, voy a la casa para traerte un poco de ropa, regreso en un par de horas

-Si nana, estaré bien, descuida- me dió un beso en la mejilla y se fue, mientras Dante seguía empujando la silla de ruedas- ¿Podemos ir ahí?- señalé una banca debajo de un frondoso arbol

-Claro...- llegamos y colocó la silla de ruedas al lado de la banca que ahí estaba para luego tomar asiento en ella- ¿Puedo preguntar algo?

-Claro, dime... -Cuando tuviste el accidente, después de unas horas de haberte ingresado, llegó un tipo todo histérico preguntando por tí, era un poco moreno y de cabello castaño... ¿Quién era?... no tienes que reponder si no quieres...

-Supongo que era Sebástian, lo conocí en Madrid, fuimos novios por casi dos años, cuando llegué a aquí mi mamá me dijo que él había venido también yo no sabía que él tuviera la intención de venir a acá, le pedí los datos del hotel a su secretaria en España, cuando los tuve fuí a la dirección que ella me dió y para mi no sorpresa él estaba engañandome con una de sus amigas de facultad, salí de ahí y pues como imaginarás no estaba en mis cinco sentidos, por eso fue que no me fijé cuando me pasé el alto y tuve el accidente

-Lamento que hayas terminado su relación pero me queda una duda ¿Por qué dices que para tu "no sorpresa"?

-Realmente yo no lamento nada de lo que pasó, ni siquiera el hecho de estar aquí en el hospital con un yeso en la pierna- tomé una bocanada de aire para seguir hablando- lo digo por que yo ya tenía sospechas de que él me engañaba a demás ya antes lo había hecho y todas sus infidelidades las perdone, así que no me costaba tanto darme cuenta de lo que pasaba y al final mis sospechas eran ciertas

-Oh, bueno...- se rascó la nuca con nerviosismo- ¿Quieres una?- de su bolsillo del pantalón sacó una paleta de caramelo de las que tanto me gustaban- Siempre traigo algunas por si algún paciente se me pone difícil

-Gracias, son mis favoritas- dije mientras tomaba la paleta de su mano

-Lo sé, nunca se me olvidó, traer esas paletas conmigo era mi forma de recordarte -No sabía que decir, era un gesto muy bonito, me sentía nerviosa por lo que me decía que no supe que decir, solo me quedé callada viendo la paleta. Permanecímos en silencio un tiempo más hasta que él decidió romper el silencio

-Vamos a adentro, ya casi es hora de que te vayas...- entramos al hospital y me ayudó a recostarme en la camilla...- Voy a traerte algo de comer él se fue y me dejó sola en la habitación, mis ojos empezaban a llenarse de lagrimas mientras miraba la paleta que me había regalado, me permití llorar como nunca lo había hecho, estuve así por no más de 20 minutos, cuando la puerta se abrió dejando ver a mi nana y enseguida de ella a Dante. Discretamente limpié los pocos rastros de lágrimas que quedaban en mis mejillas.

-Voy a hacer los trámites para el alta, te dejo aquí la maleta con tu ropa

-Gracias nana...- después de que ella salió comencé a comer lo que Dante había traído, mientras él empezaba a quitarme la intravenosa y recoger los materiales que quedaban ahí.

-¿Por qué has estado llorando?

-Por nada realmente

-No te creo, cuéntame que pasa- dijo mientras se sentaba a un lado de mí en la camilla

-Solo recordé cosas del pasado y todo lo que "perdí" cuando me fuí- mientras hablaba y decía la palabra perdí, hice unas comillas con mis dedos

-Bueno señorita, como usted lo ha dicho son cosas del pasado y ahí deben de quedarse no sé que tanto hayas peridido per...- Lo interrumpí