Hace unas semanas que salí del hospital y desde entonces he estado encerrada en casa, pues sé que ahí afuera estará Sebastian queriendo hablar conmigo y claro que no quiero hablar con él, bueno ni con él ni con nadie, solo quiero dormir lo más que pueda antes de entrar a la universidad.
-Hola...- Giré mi cabeza para ver quién estaba del otro lado de la habitación
-Hola...- Dije mientras me sentaba en la orilla de la cama
-Oye... no sé por lo que estés pasando y se que no quieres hablar de ello, lo entiendo, pero debes y hacer algo con tu vida, no puedes estar siempre aquí encerrada, ¿Sabes que papá y yo te extrañamos, cierto?, desde que viniste del hospital has estado así y me preocupa mucho, me reocupas, eres mi hermanita, mi vida, mi todo, solo quiero verte bien...- Guardó silencio y viendo que no le doy una respuesta se levanta y me obliga a pararme- Vamos a salir y no me digas que no, yo sé que siempre has querido ir a la exposición de astrología, tengo entradas, así que vamos arreglate, ponte guapa y bañate ¿Desde cuando no lo haces?- lo miro aguantandome la risa y le doy un pequeño golpe en el brazo- Te espero abajo, no tardes pequeña
Él salió dela habitación y me tiré de nuevo en la cama, era cierto lo que mi hermano decía, no podía estar siempre aquí encerrada, a demás después de estas últimas semanas, ya no tendría chance de ir a divertirme con mi hermano ni con nadie más, tomé mis cosas para ir a darme un baño, al salir me arreglé un poco el cabello, me maquillé muy natural, tomé lo más comodo de mi armario, cuando estuve lista, bajé y mi hermano estaba esperandome junto a papá.
-Te ves preciosa mi pequeña, casi olvido lo hermosa que eres...- dijo mientras me miraba para después darme un abrazo.
Mi hermno y yo salimos y nos dirigimos al lugar donde sería la exposición, estuvimos ahí un par de horas para después ir a comer algo.
-Sofi... tengo algo que pedirte y contarte...- decía Alejandro mientras miraba atentamente hacia el frente para no tener un accidente mientras maneja...- Quiero que conozcas a Natth, ella es mi novia, estamos juntos desde hace casi 4 años, estoy pensando en pedirle que sea mi esposa pero quiero que primero la conozcas y me des tu opinion
-Claro, cuando quieras puedes presentarmela
-Gracias
Ibamos llegando ya al lugar donde cenaríamos, en mi cabeza rondaba laposibilidad de hablarle a mi hermano sobre lo sucedido con Dante aquel día en el hospital, sé que él esta muy preocupado por mí, por otro lado pensar o hablar de lo sucedido esedía me da terror pues cada vez que lo pienso duele más y más, se que él está en su derecho de no querer hablar ni saber de mí, yo me fuí a España y jamás traté de contactarlo y de repente llego denuevo a su vida y le digo lo que por años he tratado de ocultar.
-¿En que tanto piensas?...- Dijo mi hermano volteando a verme por un momento, mientras yo tomaba aire y me preparaba para contarle o que sucedió y que es lo que me tenía así, tan mal
-El día en que me dieron de alta, estuve con Dante unos momentos, fuimos a dar una vuleta por los jardines del hospital, le conté lo que pasó con Sebastian y cuando estaba de regreso en la habitación, antes de que él se fuera le confesé que jamás en todo el tiempo que estuve lejos, me pude olvidar de él, le dije lo que sentía y él solo salió de la habitación y no volvió, sabes, me dolió mucho que él se fuera así sin más depués de lo que le dije, pero lo entiendo, no sé por qué creí que él podría reaccionar de otra forma...- me quedé callada y Alejandro también lo hizo, él solo se dedicó a escucharme el tiempo que estuve hablando.
-Dale tiempo hermanita, quizá lo tomaste de sorpresa, bueno eso es más que obvio, por lo que sé a él ahora no le interesa nada más que trabajar para sacar a su madre adelante, sabes que está enferma, hermana, no te sientas mal por lo que pasó, sabes que a mí me duele verte mal, igual que a papá y a Nana, sé que eres fuerte y puedes con esto y mucho más, creéme, siempre estaré para tí en cualquier momento, eres mi hermanita, mi vida entera, daría mi vida por que jamás nadie te hiciera daño, siempre estaré a tu lado, cada que me necesites estaré ahí para tí, te amo demasiado, nunca lo olvides
-Gracias, también te amo mucho- dije mientras secaba una lagrima traicionera que empezaba a bajar por mi mejilla
Bajamos del auto y fuimos a cenar, durante la cena estuvimos hablando mucho y riendonos un poco. Sin duda tenía al mejor hermano del mundo y siempre estaría agradecida con la vida por tenerlo conmigo, estar con él me sanaba el alma.