El alba del amanecer se alzaba en el horizonte del mundo conocido mientras yo la veía al despertar, sin duda es lo más hermoso que puedo ver en mi viaje desgraciadamente, aquellas cosas de ayer eran horripilantes, me aterro de solo recordarlas.
-Ey Jacob, ¿ya despertaste? - me preguntó Joel, el jefe al mando de la expedición.
-Sí, ha sido una noche difícil, pero he podido conciliar el sueño- respondí.
-Sin duda ha sido difícil, Helen sigue sin despertar de la cámara de sanación, la paso muy mal ayer.
Continuamos hablando, mientras nos dirigíamos a comer nuestro alimento, teníamos galletas, atún, cereal, agua y un poco de carne que habíamos casado la noche anterior.
-Y ¿dónde está Mike? – pregunté mientras comía.
-Él fue a pescar, vio un río cerca y le encanta el pescado, cuando vuelva la pandilla estará completa – contestó Joel.
-Solo faltará que despierte Helen, sé que ella es muy fuerte- lo comenté – tengo una duda, ¿por qué vamos hacia el alba?, ese rayo es esperanzador, pero no significa que el camino sea fácil, necesitamos más tropas, más personas, ayer apenas y salimos con vida.
-Tal vez tengas razón Jacob, pero recuerda que esta es una misión extra oficial, quien sabe lo que nos haría Louis si se entera que vamos hacia el alba y es por eso que no podemos regresar, al menos que encontremos algo verdaderamente valioso – contesto Joel.
Después de eso entendí que nuestra mayor apuesta era llegar hasta el alba, quien sabe que pasaría, pero haría todo por llegar, hasta aquí mi día, voy a salir de mi iglú creo que ha llegado Mike de … no, es otra cosa…