Un Chico Llamado Amor

NUEVE

Ocurrió durante la tarde.

Alguien me estaba llamando, no reconocí el número y aunque no suelo contestar números desconocidos, pensé que tal vez era por los libros que he ordenado y querían comunicarse conmigo.

Contesté y dije: — ¿hola?

Luego escuché una voz vagamente familiar. — ¿Hola? ¿Lils?

Lils. Lo supe en el momento que escuché ese apodo. No sabía lo mal que estaba aún por toda esa situación pero entré en pánico. Mis ojos se abrieron y dejé de hablar, cubrí el micrófono del teléfono y me permanecí en silencio.

Escuché tres voces, al fondo, decían cosas que no podía escuchar muy bien. — ¿Lils? Tengo que decirte algo, ¿me escuchas?

Sigo sin contestar, el corazón me late tan fuerte que puedo escuchar los latidos. Le tomó treinta segundos para colgar, seguro pensó que la señal había fallado o que se había confundido de número.

¿Por qué me llamó?

Cierro los ojos. Estoy tan enojada ahora mismo, no quería escuchar su voz una vez más. Ya no quiero pensar en eso, ¿Por qué no puede simplemente alejarse de mí para siempre? Mi corazón late de una manera rara, tengo ganas de llorar pero no completamente, en realidad lo que de verdad quiero hacer es gritar.

Muerdo mi labio inferior. Ya no me siento como antes, ya no tengo necesidad de llorar como antes pero sigue afectándome. Pensé que todo había quedado en el pasado, que ya se recordaba de mí. Desearía que me olvidara.

—Lily —mamá toca mi habitación y me sobresalto—. ¿Qué haces?

Dejo el teléfono con la pantalla hacia abajo, en caso vuelva a llamar. Tengo que bloquear su nuevo número después.

Salgo de mi cama. —Hola —saludo cuando abro la puerta—. ¿Qué pasa?

Señala hacia abajo. —Max vino para que hagan tareas.

¿Max? Justo quien no necesito cerca ahora mismo. ¿Acaso no tiene algo mejor que hacer? ¿Cuál es la necesidad de venir conmigo? —Yo estoy ocupada ahora.

Pero mamá se da la vuelta y se aleja sin escucharme. No puedo creer que esté obligada a pasar tiempo con Max cada vez que decide venir sin invitación. Tomo aire y camino para bajar por las escaleras, cuando llego hasta la sala de estar, Max se encuentra sentado en el sofá mientras mira algo en su teléfono.

—No puedes venir cada vez que quieras —es lo primero que digo. Ya ni siquiera intento ser amable con él, cada día que pasa él me estresa más y más. Últimamente se la pasa enviándome mensajes tontos como hace un rato.

“Estoy pensando en ti, Lily, ¿Piensas en mi también?”

Seguido de ese envió dos más:

“Es broma, no te enojes”

“A menos que no quieras que sea broma”

Levanta su rostro con una sonrisa sarcástica. —Hola Lily, un gusto verte de nuevo, ¿Me extrañaste? ¿Te alegra verme aquí?

Ruedo los ojos. —Hablo enserio, no siempre pasaré el rato contigo, como hoy.

¿No se da cuenta que no quiero ser su amiga?

Max suspira mientras se recuesta en el respaldo y cruza la pierna. — ¿Qué estabas haciendo que te tiene tan ocupada? ¿Hablando con tu chico? —Sus labios se curvan como un puchero—. ¿Ya no tienes tiempo para mí? no deberías dejar de prestarme atención.

Trago saliva. —No sé qué hablas, Max —miro hacia abajo, solo quiero regresar a mi habitación.

—Lily —mamá sale de la cocina—. ¿Puedes ir a pasar a Macaroon? Está inquieto en el jardín de atrás, creo que siente la presencia de Max y quiere saludarlo —ella le da una sonrisa a Max.

Max se levanta y responde por mí: —Lo sacaremos, amo a Mac —da un paso al frente—. ¿Tu hermano aún está en sus clases?

Asiento sin verlo a los ojos. —Sí.

—En realidad —mamá se acerca un poco hacia mí y me toca el brazo—, te iba a pedir que fueras por Oli, tengo que salir a un lugar y luego pasaré a comprar un par de cosas en el supermercado.

Pienso en las tareas que tengo que hacer y en el libro que no he avanzado nada desde ayer porque Max vino de visita y luego que se fue, Oliver y mamá estaban viendo una película con el volumen muy alto que casi no me dejaban concentrarme.

Pienso en como nunca puedo estar sola físicamente aunque realmente, si estoy sola en esta casa. No es que mi familia sea mala pero no suelo hablar con ellos sobre nada más que lo necesario. No creo que mamá sepa nada sobre los libros que leo. Papá solo se interesa por mi rendimiento escolar y Oliver es muy joven para escuchar sobre dramas adolescentes y esas cosas.

Es por eso que estoy agradecida con Jenny, es a ella quien le hablo sobre otras cosas sobre mí. No solo lo básico, aunque algunos días pienso en como Jenny no me conoce completamente. No es su culpa, soy yo quien ha decidido no contarle algunas situaciones.

—Claro —digo sin nada qué pueda hacer.

Oliver es mi hermano menor y solo intento ser una buena hermana mayor. Cada vez que él me necesita estoy dispuesta a ayudarlo, tengo que cuidarlo y hacerlo sentir bien. Quiero que él no se sienta solo como yo.

Max me mira y sonríe lentamente. —Te acompañaré, ¿Podemos llevar a Oliver por unos helados después?

Mamá se ve feliz con esa sugerencia y lo voltea a ver como si fuera el chico más bueno del mundo. —Gracias Max, claro, diviértanse —camina hacia su bolsa—. Te daré dinero, Lily.

—Yo invito —afirma Max, ganando más puntos con mi madre.

Ella acepta con una sonrisa. Yo camino hacia la parte de atrás luego de despedirme de mamá para buscar a Macaroon. Cuando llego tomo su correa antes de abrir la puerta y al hacerlo, él se acerca corriendo hacia mí y colocando sus patas sobre mi pantalón.

—Hola Macaroon —acaricio su cabeza—. Hoy pasaremos con un chico que no me agrada, pero a todos si —lame mi mano mientras le coloco la correa—. Vámonos, al menos hace un buen clima.

Macaroon es más fuerte de lo que parece, tira de mí para que avance más rápido. Sus patas se resbalan un poco sobre el piso de la casa pero eso no le impide avanzar emocionado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.