— ¡Ahí está tu chico! —Jenny me toma del brazo—. Dile que se siente con nosotras.
La volteo a ver. —No, claro que no.
Jared no es mi chico y no quiero seguir incomodándolo con todo esto. Ahora que terminamos la tarea ya no tengo que pasar la hora del almuerzo con él.
Max me mira. — ¿Voy yo a llamarlo? —no espera por mi respuesta, se aparta de nosotras y camina hacia Jared quien está caminando con Penny en la dirección contraria.
Me sentí un poco mal al verlos juntos y no poder unirme a ellos pero le prometí a Jenny que hoy comería con ella y con Max. Penny lo entendió aunque me sugirió que fuéramos con Jared a la biblioteca, sonaba bastante tentador pues me gusta tener nuevos amigos pero Jenny se hubiera molestado.
Veo que Max los detiene y les dice algo, señala hacia atrás y ellos se miran. No sé qué estarán diciendo pero prefiero que no acepten, sé que Penny preferiría pasar tiempo lejos de Max. Yo también.
Sin embargo, ellos están caminando hacia nosotras.
Jenny toma mi brazo. —Oye, no tenía idea que te gustaran así, pensé que te gustaban los chicos con músculos.
Giro mi rostro y aclaro: —No me gustan solo los chicos con músculos.
—Aquí está —Max afirma con una sonrisa de superioridad—. Tu chico.
Ruedo los ojos. —Basta Max.
Pero Jared sonríe. —No me molesta que me llamen así.
Jenny me pellizca y yo le quito mi brazo. Suele hacer eso cuando ve algo que la emociona. Recuerdo la vez que encontramos un billete en la calle, justo después que su mamá no quisiera comprarle un helado doble de chocolate y fresa. Ella y yo lo vimos como si nos hubiéramos ganado la lotería y ella pellizcó mi brazo dejándome una marca.
No lo hace por maldad, es así. Jenny tienen varias manías que las personas pueden pasar desapercibidas pero yo ya las conozco muy bien. Rasca dos veces su cuello cuando está nerviosa, se toca el cabello cuando no sabe que decir y mueve el pie en círculos cuando quiere dejar una conversación.
Ni siquiera creo que ella se da cuenta de lo que hace.
Penny se acerca a mí. —Aceptamos solo por hoy.
Jenny levanta una ceja. —Um, ¿También comerás con nosotros?
— ¡Jenny! —La regaño—. Penny es genial, te agradará.
Suspira, sé que Penny no se ve como sus amigas. Esas chicas usan ropa más cara que todo mi guardarropa junto y jamás usarían tanto delineador por debajo de los ojos como lo hace Penny.
Pero si le diera una oportunidad se daría cuenta que es una buena persona y muy divertida.
Max hace una seña mientras me mira directamente a los ojos. —Vamos, ya tenemos que entrar.
Yo camino con la mirada hacia abajo, espero que todo este desastre se arregle pronto.
Mientras estamos en la fila para tomar nuestra comida, un chico pasa al lado de Jenny y la empuja un poco. Él se voltea, tiene una sonrisa distraída y levanta la mano para pedirle perdón pero sigue su camino y se mueve hasta el fondo de la cafetería.
—Ugh, tonto —reclama ella—. Lily, él es uno de esos que te digo, los que se drogan detrás de la escuela.
— ¿Ah, sí? —pregunto.
Ella rueda los ojos. — ¿No lo viste? Qué horror, pero la peor parte es que hay chicas que se sienten atraídas por ese tipo de chicos. ¿No tienen amor propio?
Max, como siempre, se entromete en la conversación. — ¿Quién está atraída por quién?
Él coloca una mano sobre el hombro de Jenny y una sobre el mío. —Las chicas que les gustan los perdedores.
Max gira su rostro a mi dirección. —Lo sé, hay chicas que se enamoran de los tipos equivocados cuando tienen a la mejor opción enfrente.
Jenny suelta una risita. —Lo sé, digo, en esta escuela hay tantos chicos, ¿Por qué buscarías al peor de todos? ¿Un retraído social que huele a mariguana?
Entorno mis ojos a ella. — ¿Le sentiste olor a marihuana? —me refiero al chico que acaba de pasar.
Ella niega. —No pero estoy segura que a eso huelen.
Después de pasar por nuestra comida nos sentamos en una mesa vacía. Jenny se sienta a mi lado, frente a ella está Max. A un lado de Max está Penny y a mi otro lado está Jared.
—Entonces —Max cruza los brazos—. Jenny y yo iremos al cine hoy, ¿Por qué no vienes Lily? Invita a Jared así tienen una cita doble.
Frunzo el ceño. —No —contesto—. Estoy ocupada.
Penny lo mira. — ¿Estas encargado del itinerario de Lily?
Jenny chasquea su lengua. —Oye, creo que Max solo está intentando ayudar a Lily con esto.
Por suerte Jared no me gusta realmente, al menos no como ellos creen, de lo contrario ya estaría totalmente humillada y avergonzada. —No puedo ir —repito—. Estoy ocupada.
No estoy ocupada pero no hay un motivo real para hacer de esta mentira algo más grande. Estoy fingiendo que me gusta alguien solo para que Max me deje en paz, no sé si está funcionando realmente. Espero que sí.
Jenny arruga su nariz. —No es cierto, no tienes nada que hacer.
Bueno quizás Jenny sabe que si no estoy con ella por las tardes, no estoy con nadie más. Hasta hace unos días era mi única amiga.
Suspiro. —Claro que sí —miro a Max—. ¿Dejaras a Candy sola?
Rueda los ojos. —Candy puede estar sola, sabe cuidarse ella misma.
Jenny me da un codazo. —Vamos al cine, Lily, que sea una cita doble.
Penny resopla. —Amo como están evidentemente excluyéndome.
Max la mira de reojo. — ¿Si quiera te gusta ir al cine? No es temporada de películas de terror.
Yo lo fulmino con la mirada. —Eso fue innecesario, Max —miro a Penny por un instante y regreso a él—. No seas grosero con ella.
Suelta una carcajada. —Disculpa pero ella empezó siendo grosera conmigo sin ningún motivo.
—Tengo motivos —Penny lo mira sonriendo—. Muchos.
Jenny se acerca a mí. — ¿Por qué la invitaste aquí?
Rasco mi cabeza. —Como sea —aclaro mi garganta—. Vayan ustedes, pasen un buen rato y luego me cuentas todo Jenny.