Un Chico Llamado Amor

TREINTA Y TRES

Hoy es lunes pero no iré a la escuela.

Mi papá también intentó disculparse conmigo pero no le respondí, estoy muy enojada con ellos. Les dije lo que estaba pasando, hice todo lo que pude pero no me creyeron, tuvieron que esperar a que me rompiera para comenzar a disculparse pero es demasiado tarde. Los pedazos ya son muchos y un par de disculpas no arreglarán nada.

Sigo enviándome correos con Amor, he querido preguntarle si él conoce a Travis, Daniel o a Kyle pero me detengo. No sé si quiere que sepa quién es, a mí no me molestaría saberlo. Me gustaría agradecerle por ayudarme con sus consejos y por escucharme, también por compartir un poco de su vida conmigo.

Aunque algo me sigue diciendo que Amor es uno de ellos. Recuerdo que me dijo que tenía tres amigos, y ellos son cuatro. Daniel dijo que hay otro chico, ¿será él Amor? No lo sé.

Por la mañana mi hermano toca la puerta, me pregunta si puede pasar. Suspiro y la abro para que entre.

—Hola Oliver, ¿Qué pasa? —pregunto sentándome en la cama.

Oliver se sienta a mi lado y baja el rostro. —Lily… ¿Max te hizo algo malo? Mi mamá me dijo que ya no hablara con él, que te lastimó.

Asiento. —Si Oliver, Max me lastimó.

Oliver permanece unos segundos en silencio y luego su respiración comienza a agitarse, me doy cuenta que está llorando. —Lily —su voz se quiebra—. Perdón Lily, soy un mal hermano.

Me acerco y lo abrazo. —Ey, Oliver —acaricio su cabello—. Tranquilo, no eres un mal hermano.

Se cubre los ojos con el brazo. —Es mi culpa, yo dije una mentira —sigue llorando—. Mamá… yo no… tu no robaste nada, yo mentí.

Lo sé. —Está bien, Oliver, ¿Por qué lo hiciste?

Solloza. —Max me dijo que tú querías lastimar a Macaroon —afirma—. También me dijo que tú decías que yo era un tonto, que era un bebé y que ya no me querías —no puedo creerlo—. Él me dijo que dijera eso, no quería pero me dijo que si no lo hacía, ya no me defendería de los niños grandes.

Suspiro. Por supuesto que eso hizo. —Está bien —lo estrecho con fuerza—. ¿Ya se lo explicaste a mamá?

—Sí —limpia sus mejillas—. Bueno, le dije que tu no robaste nada pero no lo otro, Max me dijo que si decía algo me iba a dejar abandonado por ahí, me iba a perder y tú no vendrías por mí.

Estúpido Max. —Claro que no, Oliver. Jamás haría algo así, yo soy tu hermana y yo te quiero a ti, ¿bien? Yo te quiero mucho, te quiero de verdad.

Él me abraza. —Te quiero Lily, perdón.

Beso su frente. —Solo prométeme que no hablaras con Max, él no es bueno, Oliver.

Asiente varias veces. —No lo haré, ya no quiero que te haga llorar.

Yo sé que me ha escuchado estos días durante la noche cuando recuerdo todo una y otra vez. —Está bien, estoy bien, Oliver. Tienes que ir a la escuela.

Hace un puchero. —Quiero quedarme contigo, te quiero cuidar.

Niego sonriendo. —Estoy bien, no te preocupes por mí.

Suspira. —Bien —sigue limpiando sus lágrimas—. Oye Lily, ¿Quiénes eran los chicos que comieron con nosotros el viernes?

Después que mamá regresó con Oliver, habíamos comenzado a comer. Oliver disfrutó mucho del pollo frito y ellos fueron amables con mi hermano, incluso los invitó a jugar con él en el jardín pero mamá le pidió que no los molestara.

Acomodo su cabello. —Solo… unos chicos de la escuela, ellos no son malos.

Asiente. —Me cayeron bien —sorbe por su nariz—. Perdón Lily, de verdad.

—Ya, está bien —beso su mejilla—. Ahora ve a la escuela, tienes mucho por aprender —le doy otro beso—. Y por cierto, yo creo que eres el chico más inteligente de todo el mundo, eres divertido y muy dulce, ¿bien? No creo nada malo de ti, jamás lo haré.

Sonríe y asiente. —Yo creo que tú eres la mejor hermana del mundo.

Me despido de él sacudiendo la mano y escucho como baja las escaleras. Mamá se aparece unos segundos después, se queda en el marco de la puerta y su cara muestra cansancio. — ¿Estas bien? ¿Segura que no quieres venir conmigo?

Niego. —Estoy bien.

Asiente. —Lily, ya escuché lo que te dijo Oliver —suspira—. Perdóname hija, sé que estas molesta y te entiendo, sé que hice mal y ahora… no tengo como arreglarlo pero te amo, te amo hija y ahora te defenderé, ¿bien?

No le contesto.

Mamá se aleja y cierro los ojos. Esto es difícil. Sé que realmente es Max el único culpable pero odio recordar cada vez que intenté defenderme o explicar lo que realmente estaba sucediendo y ella no me creyó. Recuerdo lo que me dijo mi padre, la forma tan despreciable que me trataron.

Tomo mi teléfono y le escribo a Amor:

 

“No iré a la escuela. No quiero ir nunca más. ¿Sabes? Me gustaba leer pero ahora no quiero leer nada, veo los libros y pienso en lo estúpido que es creer que la vida termina con un “felices para siempre” odio eso.

Hace varios años un chico que tenía dieciocho años me dijo que era bonita por primera vez, le creí. Luego de eso me besaba todas las veces que se le antojaba y siempre lo hacía en escondidas. Después de un par de meses me dijo que deberíamos tener relaciones pero le dije que no estaba lista, él insistió y todo eso. Nunca cedí.

A veces me culpaba, pensaba que si lo hubiera hecho él y yo hubiéramos estado juntos pero después se fue a la universidad y nunca más volvió a hablarme o buscarme. A veces venía a visitar a su familia pero bueno, yo lo evitaba. Aunque la mayoría de las veces su familia iba a su nueva ciudad.

Ahora se va a casar, hará su fiesta de compromiso aquí. Seguro es porque sus padres viven en este lugar. Lo odio por eso. Creo que estoy odiando a muchas personas, creo que eso va en contra del mensaje de Dios, ¿no? No sé… ¿Qué piensas?

No sé porque te estoy contando esto, tal vez es porque nunca lo he dicho a nadie. Con el tiempo me enteré que él tenía una novia al mismo tiempo que me besaba. Yo solo era la tonta amiga de su hermana, un objetivo fácil.




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