Un Cielo Para Mi (libro 2)

Capítulo 16

Santiago!

Voy mirando por la ventanilla, camino a mi casa,  Julián me llamo tiene que hablar conmigo y creo que es sobre Avril desde ayer no sé nada de ella. Eso me tiene preocupado, intento nuevamente enviarle un mensaje con la esperanza de que este si lo reciba.

- Amor, me tienes preocupado desde ayer he tratado de comunicarme contigo y no he podido por favor responde! 

al cabo de unos minutos me llego su respuesta.

- Amor, disculpa he estado poniéndome al día con las clases! Te amo te llamo al rato.

Que hace Avril despierta a esta hora? sé que allá es de madrugada dejo de pensar en ello cuando las puertas de la casa se abren y allí esta estacionada la camioneta de Julián. 

Me bajo de la camioneta y camino a la entrada de la casa, en cuanto entro a la casa Inés me recibe.

- Sr. Buenas tardes, el sr Julián lo está esperando en su oficina y la cena ya está lista!

- Gracias Inés, cenare con Julián te avisare.

- Si señor – la veo sonreír de manera muy extraña.

Camino a mi oficina, siento un perfume que me remueve todo por dentro, conozco una persona que lo usa y le queda a la perfección. Pero debe ser mi imaginación.

Entro a mi oficina y el ventanal está abierto, eso llama mucho mi curiosidad.

- Julián? – en eso entra Aquiles corriendo y se abalanza sobre mi está muy contento. – epa, campeón donde esta Julián?

Me lleva hasta el jardín y trato de busco a Julián, y solo logro ver un abrigo tejido con un vestido rosa de flores, ese vestido yo lo he visto antes, Aquiles corre hacia esa mujer y ella voltea a verlo.

- Ya llego? – le dice y sonríe.

Mi corazón se acaba de detener al escuchar su voz, ver su hermosa sonrisa, esa piel blanca que tanto me encanta y esos maravillosos ojos azules donde está mi cielo, ese cielo es mío, en cuanto me mira sé que toda tristeza y pesadez desapareció… Mi Avril está aquí, mi cielo está aquí!

La veo caminar hasta a mí, se detiene a escasos pasos y me sonríe como solo ella sabe hacerlo, levanta su mano y me la coloca en la mejilla yo me acerco aún más a su toque para sentir que esto no es un sueño que ella es real y que esta acá.

- Hola? – me dice con lágrimas en los ojos.

No logro pronunciar palabra, solo me quedo viéndola bajo la vista hasta su cuello donde está la medalla que le regale, ella se la toca y sonríe, veo como una lágrima recorre su mejilla. Con mi pulgar se la seco.

- Te amo – por fin logro decir algo.

- Siento tanto lo de tu papa. – me dice.

La jalo hacia mí y la brazo con tanta fuerza que siento que estoy a punto de partirla, siento su aroma, su calor y su tacto algo tan mío.

- Te extrañe demasiado. – le digo.

- Yo también amor, yo también aquí estoy y no pienso irme en un largo tiempo. – me dice viéndome a los ojos.

Ella es todo lo que necesito para estar bien, para ser feliz, me acerco más y más hasta quedar labios con labios y la beso la necesito tanto.

La cargo de tal manera que queda enroscada en mi cintura y seguimos besándonos tan apasionadamente que me hace perder la razón.

- Siento que esto es un sueño – le digo pegado a sus labios.

- No lo es, aquí estoy! – me dice con la respiración entre cortada.

- Cenamos? – le pregunto aun con ella cargada y pegada a mi rostro.

- Si, por favor!. 

La bajo al suelo regañadientes y entramos a la casa, la llevo agarrada de la mano y volteo a verla cada instante que puedo, ella sonríe cada vez que la veo.

Nos sentamos juntos en el comedor, la jalo y la siento en mis piernas, en eso entra Inés.

- Perdón! La cena ya está lista!! – nos dice al entrar.

- Gracias Inés, ella es Avril el amor de mi vida.

- Ya la Srta. Avril y yo nos conocimos y hablamos mucho rato.

- Ah si?? Ósea que esto fue un complot!- siento como Avril ríe en mi cuello.

Se sienta de mala gana en su asiento y empezamos a comer.

- Cuando llegaste? – le pregunto tomando su mano desocupada.

- Hoy amor, en la mañana – me dice hundiendo los hombros.

- Por eso no contestabas? – le pregunto.

- Lo siento! Quería sorprenderte. – me dice.

- Y lo has hecho, gracias no te imaginas si quiera lo feliz que me haces.

- Beatriz y Camila están acá, vinieron por una semana, papa y Manuel aún no saben que estoy aquí. 

- Tranquila no diré nada.

- Pensé en quedarme esta noche aquí contigo – me dice sonriendo.

- Me lo estás preguntando? amor eso no se pregunta ni se cuestiona te quedaras y no solo esta noche, todas las noches.

- Beatriz y Camila están en casa de vale y Julián, no puedo abandonarlas.

- Mañana se vendrán para acá si? 

- Seguro?

- Seguro. 

En cuanto terminamos de comer la llevo nuevamente a mi regazo y nos quedamos así por un largo tiempo. Quiero disfrutar con ella cada instante y cada momento.




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