Narra Emma.
El ardor en mis piernas era insoportable, no lo aguanta más pero sabia que si paraba el castigo seria peor.
Mi padre aumento la velocidad ala trotadora a 25 kilómetros por hora. Siempre lo máximo eran 15 kilómetros ¡¿Que le pasa me quiere matar!?. Mis piernas no lo soportaron mas.
¡Tropecé!.
Mi cara fue a dar ala banda de la corredora del gimnasio que la mansión tiene en el tercer piso. Mi cuerpo resbalo hasta llegar al piso, jadeaba intentando recuperar todo el oxígeno que mis pulmones no había podido obtener mientras corría en esa maldita maquina de satanás. Mi padre me dio una patada en el abdomen sacando el poco aire que había obtenido entre jadeos.
-¿Que ... Te... Pasaaaa...?.- dije entre jadeos y gemidos de dolor. El no contesto en vez de eso me tomó del cabello obligándome a levantarme. Acerco mi rostro al suyo sin soltarme del cabello.
-¿Que dijiste?.- su mirada reflejaba rabia pura de tal forma que sus ojos se bañaron de rojo.
- Lo lamento.- dije apretando la quijada por lo fuerte que el apretaba mi cabello.
-Bien.- la sonrisa de satisfacción que tenia en su rostro me repugnaban. Me arrojo de nuevo ala trotadora y aumento la velocidad a 30 kilómetros por hora. No puse objeción ya que solo quedaban quince minutos de entrenamiento. Tal vez me de un paro cardiaco y muera.
La trotadora comenzó a disminuir la velocidad cuando el aparato que utilizó para mi ritmo cardiaco comenzó a sonar de una manera alarmante. La velocidad disminuyo de diez en diez hasta llegar a 1 kilómetros por hora. Mi padre trato de subir de nuevo la velocidad pero la máquina no lo permitía. Fue un alivio, me trague mis suspiros de felicidad. Se paro frente ala maquina mi padre sus ojos eran penetrantes y me daban a saber que algo andaba mas.
-¿Te estas burlando de mi?.- ni siquiera pude negar con la cabeza cuando ya me había abofeteado tan fuerte que de nuevo cai al suelo. Suprimí mis lágrimas. No le daría el lujo de verme llorar no de nuevo .
- ¡¡Te eh dicho que en la cara no la golpees!!.- dijo mi madre saliendo de tras de la puerta de cristal por la que nos observaba.Se acerca a mi, me toma del rostro y lo examina. Su ceño fruncido me dice que eso se pondrá feo. ¡Pfff! de nuevo un mes sin ir ala universidad.Entiendo que me golpe por hacer las cosas mal pero mi madre tiene razón ¿por que en la cara? Es lo que los mantiene desde que yo tengo cinco años.
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No pude aguantar mas, un grito salía de mi boca cuando el doctor volvió a tocar mi vientre y entre mis costados pero esta vez lo hizo con mas intensidad.
Las lágrimas salían como si se tratara de una fuga de agua. Mi manos apretaban las sabanas de seda en mi cama, otro grito se escapo cuando el maldito doctor presiono justamente donde mi padre me dio la patada.
- Justo lo que me temía.- decía mirando de manera acusadora a mi padre.
-¿Cuanto fue el daño?.- la mirada de soberbia de mi padre hizo temblar el pobre señor Reyes.
- Una costilla rota y una hemorragia interna.- cuando termina de hablar acomoda sus anteojos en señal de sabiduría.
- ¿Y es muy grave?.- hay que inocente mi madre.
-Señora con todo respeto ... Es una HEMORRAGIA INTERNA claro que es grave ... Hay que llevarla a el hospital cuanto antes.
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Nunca fui muy fan de los hospitales ya que muchas veces estuve en ellos por meras estupideces de mis padres pero creo que esta mejor que vivir en una mansión solo te quieren utilizar como fabrica de dinero y no le importa lo que sientes. Te dan de comer tras veces al día, te dan ropa limpia todos los días al igual que las sabanas de la cama te mas cambian, te bañas con agua tibia no caliente ni fría que eso es lo mejor para que tu piel no se dañe ni reseque. Cabe comentar eso. Se preocupan por ti, si te sientes bien, si no te duele algo, etc. Estar aquí me recordó cuando me operaron los cenos porque no los tenia lo suficientemente grandes a los once años.
¡¡Si señores y señoras mis padre me operaron los cenos a los once años porque tuve y tengo un desarrollo lento!!.
Y el concurso de belleza al que había entrado en ese tiempo todas las chicas ya usaban un insípido sujetador de copa A. Mis padres me pusieron implantes "temporales" que hasta donde recuerdo nunca me los quitaron para que pudiera sobre salir haciéndome un busto de copa B. ¡Oh! ahora se porque me dijo Diego que se sentían extraños mi pechos cúando los tocaba. ¡Patético!. Me río de mis recuerdos por lo estúpidos que son quien diría que un chico notaria unos implantes de hace años. Dejo de rei hasta que veo entrar el señor Reyes a la habitación. Tomo seriedad.
-¿Ya me puedo ir?.- su cara se contrae al escuchar mi pregunta. Menea la cabeza en señal de negación. Genial vacaciones Yeee. Podría bailar de la felicidad pero me duele mi cuerpo. Un que no son las mejores vacaciones estando en un hospital pero algo es algo.
Mi mente abrió aquel baúl lleno de recuerdos retorcidos los cuales aguarde por el asco que me hacen sentir de mi misma. Es increíble que después de mucho tiempo esto me afecte. A los ocho años recuerdo que me llevaron con un optanmologo para que me diera un tratamiento para mis ojos verdes. En ese tiempo lo eran. Querían que mis ojos dejaran se ser color esmeralda para que fueran color miel dorados.
Pase tres semanas en el hospital. Me hicieron cuatro cirugías en mis bellos ojos de las cuales solo una funciono. Oh como aquel trasplante de cabello que me hizo Nicole fue traumático para ella pero creo que ya lo supero. Esa vez dure dos dolorosas semanas en el hospital. Pero al final lograron su cometido de que tuviera una cabellera color café. A pesar de que Nicole es pelirroja y mi cabello es rubio cenizo fue todo un reto para los estilistas y médicos cirujanos plásticos.