Capítulo 31

—Después me llevó al infierno que resultó ser una ciudad muy bonita -continúo contando Leonardo- Allí me llevó a un lugar donde me esperaba un demonio llamado Algrisius. Él me teletransportó a un lugar que parecía la cima de una enorme montaña donde alrededor era oscuro. Luego me expandí mi magia hasta que me conecté a un espíritu cero y allí abrí mis ojos y la luz azul sin forma que era Azur estaba en el pentagrama.

—Si que hiciste mucho en 2 minutos -comenta Karina impresionada.

—El más allá y aquí poseen una línea de tiempo diferente -dice Patrick botando el humo de cigarro por la boca.

—¿Qué son espíritus cero? -pregunta Edgar.

—Son sólo energía que fluye en el aire. No poseen una consciencia ni forma. Al convertirse en espíritu familiar adquieren una consciencia y luego toman una forma que luego pueden cambiar a su antojo.

—El tuyo es un zorro -le dice Leonardo a Patrick.

—Me gustan los zorros y él se siente cómodo así.

—Sería extraño que alguien te viera con un zorro en la calle -dice Román.

—Naim se convierte en un pequeño insecto cuando salimos. No le gusta llamar la atención.

—Mi Beilla no le gusta ni salir de mi apartamento. Es toda una ermitaña -dice Román.

—¿Que forma tiene tu familiar? -pregunta Adrián.

—Cambia mucho de forma. Depende de su estado de ánimo. A veces es una serpiente, un hamster, un tigre, una mariposa.

—Tienes un espíritu familiar bastante difícil.

—Y se supone que es un espíritu de energía de luz -responde Román.

—¿Por qué no la transportas aquí? Quiero verla por primera vez -dice Maribel con emoción.

—Ella se enojará, pero debería salir de vez en cuando.

  Román agitó son manos en la que volaban unas luces mágicas y ante ellos apareció... un cocodrilo.

 Todos se asombraron.

—¿Por qué me sacaste del apartamento? Sabes que no me gusta salir -se enfurece el cocodrilo.

—¡Cálmate Beilla! ¿Por qué eres un cocodrilo? -le dice Román exaltado.

—Me provocó.

—Debes salir algunas veces. No puedes vivir encerrada.

—¡Sí PUEDO!

—Que espíritu familiar tan molesto -dice Naim, el espíritu familiar de Patrick.

—Eso no te importa, pequeño zorro -le contesta Beilla molesta.

—Soy un lindo y esponjoso zorrito y tu siendo una chica un horrible y enorme reptil.

—¿Qué está pasando aquí? -le pregunta Leonardo en voz baja.

—Naim es demasiado honesto -responde Patrick observando la situación.

—Sabes que puedo devorarte de un mordisco -dice enojada Beilla a Naim.

—Intentalo horrible reptil -él levanta sus colas y las mueve de un lado a otro.

  Beilla se enfureció tanto que comenzó a perseguirlo. Naim saltaba y corría con agilidad.

—Naim lleva mucho tiempo con esa forma. Maneja ese cuerpo muy fácilmente -comenta Patrick con orgullo.

—Beilla no se acostumbra a un cuerpo y suele cambiarlo rápidamente. Por eso se mueve de manera muy lenta y torpe -dice Román.

—Deja de moverte bola de pelos -le dice Beilla.

—Ni que fuera idiota.

  Continúan corriendo por todo el salón. Todos los veían y otros se reían de la situación.

—¿Están... jugando? -pregunta Azur observándolos.

—¡Claro que no! Me lo quiero comer -responde Beilla.

—Pero si él no es comida.

—Acaba de ser invocado. No está acostumbrado a estar... vivo -contesta Naim.

—Para informarte. Él me molesta y yo quiero morderlo para vengarme, pero no puedo alcanzarlo -le explica Beilla.

—Entiendo ¿y por qué estás molesta con él? -pregunta Azur confundido.

—Porque me llamó horrible reptil.

—¿Y qué eres?

—Ahorita soy un reptil... pero a una chica no se le dice horrible -se queja Beilla con malcriadez.

—Pero no deberías tomar una forma más bonita -le dice Azur.

—Eso es correcto -asiente Naim.

—Bueno... no me siento cómoda con ninguna forma -contesta Beilla apenada.

—Debes pasar un tiempo para poder acostumbrarte a una forma en específico. Eso lleva tiempo. Yo tampoco me sentía cómodo al principio, pero con el tiempo me fui acostumbrando. Me transformo en otros animales, pero me siento más cómodo de zorro que es el animal favorito de mi amo.

—Nunca he pasado tiempo con una sola forma.

—Busca algo que te guste y trata de llevar un tiempo de esa manera. Que sea algo no muy grande -le aconseja Naim.