—Ya ponle nombre al pobre perro, Emma, si se pierde no podrán buscarlo porque no tiene nombre —dijo.
Eso era cierto.
—No encuentro un nombre que me guste, Alexis, tú ya sabes que Saúl le puso Rey y se lo quité cuando terminamos —dije.
—Ya sé, en los últimos casos yo terminaré eligiendo el nombre —dijo y rio.
—No te atrevas —dije.
Rio.
—Ya escogeré uno pronto, no te adelantes.
—Está bien, esperaré porque sé que ese nombre será el mejor —dijo.
—No puedo creer que haya caído en tu broma —me quejé y reí.
Rio.
—Tú dijiste que jamás caerías y mira, ahora lo publicarás en tu canal de YouTube, se verá bien ahí —rio.
—Fue una buena broma —reí—, así que sí, te ganaste ese protagonismo en mi canal.
—Eso me pone muy contento —dijo.
Volví a reír.
—Estoy en ensayos, te hablo luego, cuida bien a mi perrito —dije.
—Tranquila, estará bien.
—Nos vemos —me despedí y colgué.
Entré a la bodega y les conté a los chicos qué pasó, ellos se rieron y después seguimos con el ensayo.
Las horas pasaron y el ensayo acabó.
—Es todo por hoy, chicos, ya están listos para la presentación, el ensayo general es en unas semanas —dijo Ana.
Los chicos y yo festejamos con un grito por esa noticia.
—Emma, te conseguí una entrevista en aquel programa de radio que te encanta escuchar, es poco antes de los premios —dijo.
No lo podía creer.
—Eso no me lo esperé —sonreí.
—Prepara tus respuestas.
Esa noche iba a ver a Leondre y eso me ponía muy feliz, quería que se diera algo más, sentía que ya era la hora de estar juntos, que ya nada más importaba, solo él y yo. Íbamos a cenar juntos y recuperar el día perdido, ya que estaría ocupado toda la tarde y no podíamos salir.
Llegué al hotel a la hora de la comida, pero no quería comer en el restaurante, así que pedí la comida al cuarto.
Me acosté en la cama y en ese momento mi celular comenzó a sonar, era una video llamada de Leondre y respondí rápidamente.
—¡Hola, Emma! —saludó Leondre.
—Por fin te apareces, gracias por las amapolas —sonreí.
—Espero te haya gustado, tardé un poco en conseguirlas pero al final lo logré, no fue imposible —dijo—. Ya estoy en Londres y muero por verte en la noche.
—Igual yo, ahora voy a comer y seguiré con mi día —dije.
—Sí, igual yo, espero que el tiempo pase rápido.
Se veía tan hermoso.
—Digo lo mismo —sonreí.
—Debo irme, me están esperando —dijo rápidamente y colgó.
Fruncí el ceño en frente de mi celular, no entendía a Leondre a veces, aunque supuse que tenía algo que hacer y por eso no podía quedarse.
Las horas pasaron y yo estaba editando el video que Alexis me mandó de la broma, me provocó muchas risas verlo; sin embargo, me detuve porque mi mamá había llegado del trabajo.
—Estoy muy cansada —dijo mi mamá mientras se quitaba los zapatos.
—Me imagino —dije.
—Tu hermano viene al rato, está haciendo un proyecto importante con sus compañeros.
—Saldré con Leondre, me invitó a cenar —sonreí.
—Si te invitó a cenar es porque tal vez te pedirá que seas su novia —dijo mi mamá con una sonrisa.
—¿Tú crees? —volví a sonreír.
—No lo dudo, mientras hay que ponerte hermosa —dijo.
Fuimos a mi habitación y revisamos mi ropa, puse opciones pero a mi mamá no le gustaban, así que ella agarró uno de mis vestidos favoritos, era de tirantes, de color rojo y me llegaba hasta las rodillas.
—Ponte el abrigo porque hará frío en la noche —dijo.
Me di un baño y al finalizar me puse una toalla alrededor de mi cuerpo y otra toalla en mi cabello. Fui a la habitación y me sequé, me quité la toalla del cabello y lo peiné. Me puse mi ropa interior, después el vestido y finalmente mis botas. Me miré en el espejo y sonreí, me veía muy bien.
—Emma, te ves muy bien —dijo mi mamá al entrar a mi habitación.
—Estoy muy nerviosa.
Me pasó el abrigo y me lo puse.
—Calma, todo saldrá bien, vas a encantarle —sonrió.
Le mandé un mensaje a Leondre avisándole que ya iría al restaurante, solo que no le llegó, aunque no le agarré tanta importancia y seguí alistándome.