Llegamos a la ciudad de México y todos los recuerdos llegaron a mí.
—Hemos llegado —dijo Ana.
—Ya sé —dije con emoción.
Agarramos todo y salimos del avión.
Ana agarró su maleta y después salimos de esa área, los papás de Ana ya estaban en la entrada y ella corrió a abrazarlos.
—Me alegro de volver a verlas —dijo la mamá de Ana.
—Igual a mí, mamá, estoy muy feliz de estar aquí —dijo Ana con emoción.
—Igual yo los extrañé mucho —dije.
Salimos del aeropuerto y nos dirigimos al carro de los papás de Ana, después manejaron a mi casa.
Tenía muchos recuerdos, algunos eran felices y otros tristes, era lindo que volvieran a mí pero igual era difícil. No me arrepentía de haber regresado, en verdad extrañaba pisar mis tierras.
Acostumbrarme a Londres no fue tan sencillo, todo era diferente, era comenzar una nueva vida y olvidarme del pasado.
Llegamos a mi casa y salí del carro. Observé la casa y decidí tomarle una foto, quería tener un recuerdo de ella en Londres.
Entré a la casa y los recuerdos invadieron mi mente como un tornado, todas las risas, mi papá, mis sueños, mi emoción, mi infancia, mi juventud; todo llegaba a mi cabeza y de alguna manera me dolía.
Entré al cuarto de mis papás y los recuerdos volvieron a invadir mi mente, aquellas veces en las que mis papás y yo jugábamos en la cama con Carlos, en las que cantaba, donde vi a mis papás preocuparse; todo lo recordé y me puse a llorar. Me senté en la cama y recordé a mi papá, eso me provocó más lágrimas.
Me levanté y busqué los papeles rápidamente, quería salir de la casa lo más antes posible porque no podía con los recuerdos, eran muy duros y no podía afrontarlos.
Los agarré y salí corriendo de la casa, me limpié las lágrimas y Ana corrió hacia mí.
—Todo va a estar bien, Emma, te lo aseguro —dijo Ana.
Lloré en sus brazos y ella me consoló lo suficiente.
Entramos al carro y nos dirigimos a la casa de los papás de Ana, queríamos bañarnos y cambiarnos.
—La verdad les agradezco que nos apoyen en esto, por haberse levantado muy temprano para ir por nosotras —dije.
—Saben que siempre las apoyaremos —dijo la mamá de Ana.
—Realmente han habido muchas sorpresas en Londres, nuevos caminos, nuevos proyectos y muchas cosas más —conté.
—Un nuevo amor para Emma —murmuró Ana.
—Cállate, Ana —reí.
—Es la verdad —dijo.
Llegamos a la casa de los papás de Ana y bajamos todas las cosas que trajimos. Después entramos y la mamá de Ana nos sirvió el desayuno.
De alguna manera ya extrañaba Londres, me había acostumbrado a vivir ahí y estar con la gente que amaba.
Terminamos de desayunar y me fui a bañar, lo necesitaba mucho porque fue un vuelo largo y necesitaba relajarme, había pasado un momento difícil y lo que quería era estar tranquila.
Terminé de darme el baño y me fui a la habitación de visitas a cambiarme. Saqué de mi mochila otros leggins negros, una falda negra, un crop top blanco y una chaqueta de cuero negra y me puse todo. Me puse mis botas con tacón, me maquillé y me peiné.
Salí de la habitación y Ana ya estaba en la sala de estar lista.
—¿Ya estás lista? —preguntó.
—Sí —dije.
—Bueno, vamos —dijo.
Ese día era el homenaje a la bandera en la preparatoria y el director me dijo que yo cantara el himno nacional y dijera algunas palabras, acepté de inmediato. Teníamos que luchar para que nadie se enterara, tenía que ser sorpresa.
La mamá de Ana iba a llevarnos a la escuela, el papá de Ana no podía porque quería descansar.
—Ya le avisé al director que ya vamos —dijo Ana.
—Quiero empezar a grabar ya el vlog —dije.
—Está bien, te grabo —dijo.
Agarró mi cámara y la prendió.
—Uno, dos, tres y listo —avisó Ana y comenzó a grabar.
—¡Hola, chicos! —exclamé con emoción—. ¡Estoy muy contenta de estar aquí! Quiero contarles que estoy en México y haremos algo loco —dije—, Ana y yo vamos a ir a la preparatoria donde estudié y haremos algo sorprendente, así que quédense a ver todo —dije.
Ana dejó de grabar y me pasó la cámara para grabar un poco el paisaje.
Minutos después llegamos a la escuela, entramos por el estacionamiento de maestros y comencé a grabar.
—Ya llegamos a la escuela y estoy muy nerviosa, lleva años que no piso esta escuela y no lo puedo creer, tengo muchos recuerdos de lo que hacía —conté mientras me enfocaba.