Ya el contrato estaba firmado, oficialmente Clark era el residente de la casa junto a su familia, e iba muy feliz corriendo a comentarle a su familia este logro, no sin antes agradecerle al vendedor; que parecía mirar su reloj con desesperación. Clark corrió y corrió hacia el hotel, cuando llego, las puertas automáticas se abrieron y el entro un poco acelerado, fue rápido al ascensor y allí presiono el botón para ir al piso cuatro, allí corrió por el pasillo y se detuvo bruscamente en su puerta, cuando la abrió: vio a su esposa e hijos organizando sus ropas en la maleta de cada quien, el solo dijo una cosa.
—Familia, tenemos un nuevo hogar, ¡síganme! —Exclamo.
Mery hizo cara de sorpresa y se fue desvaneciendo para cambiar a una de alegría, casi temblando cerro su maleta de un golpe y se puso de pie, Lucy y Matt hicieron lo mismo pero un poco menos acelerados. La familia bajo a la puerta del hotel, allí dieron las gracias por la hospitalidad y luego se marcharon, en el camino Clark se veía muy sonriente, Mery emocionada, Lucy un poco alegre y Matt también.
—¡Oh pero que bien!, tenemos demasiada suerte ¿no? —decía Mery.
—Si, ya lo creo madre, pensé que nos quedaríamos a dormir con las ratas en la calle por un tiempo ja, ja —respondió Matt.
—¡No seas ridículo!, pero… la verdad yo tampoco esperaba que encontráramos vivienda tan rápido, hasta es extraño, parece como si fuera un cuento feliz —comento Lucy.
—Oigan, Oigan, eso no importa, ¿sí?, lo que importa es que ya tenemos un hogar y todo será más fácil —dijo Clark.
La familia camino por un rato, y un rato luego llegaron a su nuevo hogar, allí Lucy se adelantó y abrió la puerta, dio unos pasos adelante y levanto las cejas, al parecer no estaba nada mal, de hecho estaba muy bien según lo que pensaba ella, Clark fue el segundo en entrar, a pesar de que ya había entrado antes; seguía sorprendido con la casa, Mery y Matt entraron luego, los ojos de Mery eran brillosos, sus cejas estaban en el cielo y su boca era de sorpresa y alegría, Matt solo levanto las cejas y asintió con la cabeza.
—Vaya, pues no está nada mal —dijo Matt en el silencio de ese momento.
—¿Te gusta hija? —pregunto Clark dirigiendo la mirada hacia Lucy.
—Ah, bueno, de hecho, si, ¡sí!, ¡me encanta! —respondió Lucy.
—¡Pero si es una hermosa casa!, y eso que los barrios de aquí no son ni siquiera decentes —expreso Mery.
Matt y Lucy estuvieron viendo mas a fondo la casa, y les parecía muy buena casa, no podían evitar abrir la boca en el caso de Lucy o levantar las cejas en el caso de Matt, mientras tanto, Mery y Clark se encontraban desempacando las sábanas y almohadas, pues lo máximo que podrían hacer ese día seria dormir, no tenían ni un misero televisor, aunque por lo menos todos tenían sus teléfonos móviles. Cuando Mery y Clark terminaron de organizar todo fue cuando llamaron a Lucy y a Matt, y cuando llegaron; Clark hablo.
—Bueno, creo que ya está todo, mmm creo que pediré comida —comento Clark.
—Está bien —dijeron Lucy y Matt.