Capitulo 2 Una mañana fría

Todos los comienzos son difíciles pero empezar de nuevo más todavía. Vendí todo saque pasaje y me fui a la ciudad capital. Lo bueno que encontré trabajo como vigilador privado pero estaba en malas condiciones laborales. No me importaba porque tenía la meta de ingresar al servicio.

Con sacrificio, algo de fortuna en un año llego mi ingreso al escuela de suboficiales (forman personal subalterno para trabajar con personas privada de su libertad.)

Entrabamos un miércoles con un frio, yo ser de una región que hace hasta 45 grado y acá hace hasta menos grados. Se me enfriaron hasta los pensamientos.

Recibimiento no fue lo mejor no trataban peor que basura. Nos gritaban nos insultaba y de mas yerba.

Instructor ortiga: Formen putas eso lo que son unas putas de mierda inútiles, lo peor del pais por algo están acá vengan putas....

Los tres meses más bonito de mi vida era rutinario solo tenía que decir señor si señor nada mas. Levantarte temprano lustrar las botas, limpiar las armas. Salir a trotar. Estudias y hacer de mula limpiar, lavar y pasar hora como solado de guardia.

Me ofrecí como voluntario para formar parte del equipo antidisturbios que operar dentro de instalaciones carcelarias. Que actúan cuando hay una alteración de orden. Solo Dios sabes lo que tuve que pasar desde hora de marcha con una mochila que pesaba la mitad de mi peso. Entrenar golpe más golpe. Moretones pasar días sin comer nos tiraban todo tipo de gas. No había día que no terminaba hecho polvo.

Algún día tenía que termine no sé cómo soporte tanto y que me daba la fuerza, antes de dormir decía un días más solo un día más. Y así llegue termine y fui asignado a un complejo carcelario.

Dentro de nuestra fuerza tenemos la división antidisturbios donde estoy yo. Después cada unidad carcelaria tiene su grupo especial que son los Prometeo que tienen otro entrenamiento. Y nuestro gran orgullo que son fuerza de multipropósito los pretorianos que tienen el mismo entrenamiento y equipamiento que un infantería de marina.