2 MESES DESPUÉS
Mientras más pasaba el tiempo más débil me sentía, tenía que ir a ver al doctor una vez a la semana para que me recetara más pastillas y me hiciera mi chequeo cardíaco. El doctor me exigía un donante, pero yo no lo tenía, ni siquiera me he empeñado a buscarlo, pero Tzuyu no ha perdido el tiempo, ha buscado por todo el país un donante, pero no lo ha encontrado.
Hyunjin ha llegado últimamente tarde de su trabajo, ya no lleva a Jay con él y todo el día está fuera, tanto así que esta casa solo la tiene para dormir. A veces pienso que ésta con ella, con la mujer que conquisto su corazón, me pregunto cómo seria ella, si nadie me dona su corazón tendría que dejarle mis hijos a Hyunjin, pero necesito saber cómo es ella si hubiera una posibilidad de que se casarán, ni siquiera sé su nombre.
Una mañana cuando Hyunjin se duchaba y yo arreglaba su saco negro que tenía una mancha en el cuello su celular vibró y di un respingo por el sonido que causaba con el mueble de madera de la mesita de noche. Por curiosidad me levanté y me acerqué a este dejando su saco en la cama, tomé su celular entre mis manos y miré en la pantalla el nombre de la que llamaba, “Lía”
¿Su secretaria? Decidí contestar y al instante de colocarme la bocina en mi oído pude escuchar la voz conocida de su secretaria, pero lo que dijo me desagradó mucho.
—Mi amor ya tengo los boletos para ir a París, estoy demasiado entusiasmada por ir, verás que la pasaremos bien —dijo eufórica.
Suspire y me senté en la cama sin creérmelo, esa otra era su secretaria, a la que no tomé en cuenta para que me engañase con ella, un sollozo se me escapó y cubrí mi boca enseguida.
—¿Jeongin? —dijo al otro lado y como pude dejé el celular sin colgar en la mesita.
Bajé las escaleras y tomé mi bolso que estaba en la sala y salí de casa, ya afuera saqué mi celular del bolso y llamé a Tzuyu.
—¿Hola? —contestó somnolienta, eran sus vacaciones y podía levantarse tarde, aproveche sus días libres para que cuidara de mis hijos.
—Tzuyu, necesito que vengas a cuidar de mis hijos, llévalos a la escuela por favor, hermana —le dije caminando por la banqueta mientras me limpiaba las lágrimas con el dorso de mi mano.
—Jeongin ¿Estas bien? —preguntó.
—Sí, solo hazme ese favor Tzuyu, te quiero —le dije y sin darle tiempo de despedirse le colgué.
En el trayecto tropecé con alguien y al levantar la vista ví a Chan, su rostro se puso serio al verme con las mejillas bañadas.
—Lo siento —le dije e intenté pasar por su lado, pero me tomó del brazo evitando que me fuera.
—¿Jeongin que te pasa? —preguntó alarmado —¿Fue Hyunjin? ¿Fue él de nuevo? —dijo furioso y yo sólo me heche en sus brazos y me aferré a él, saqué sollozos que no pude callar y el solo me abrazo, pero aun así podía sentir la furia que corría por su cuerpo —Vamos a mi casa —dijo y yo solo asentí calmándome un poco.
En su casa estaba yo sentada en su sillón, en mis manos tenía una taza de té caliente que bebía a poco sorbos. Chan estaba a mi lado viéndome preocupado, me sobresalte al sentir mi celular vibrar en mi bolsillo del pantalón, lo saqué y ví que en la pantalla decía que era Hyunjin, pulse el botón rojo para colgar y este volvió a sonar, decidí ignorar mi celular y bebí de mi té.
—¿Hyunjin? —preguntó Chan acercándose a mí, yo asentí positivamente —Dime ¿Qué te hizo ese imbécil? —me preguntó yo solo di un suspiro.
—Su amante… —se me cortó la voz y dejé la taza en la mesa que estaba frente a mí, intenté calmarme ya que había tomado mis pastillas para evitar que mi corazón se acelere y no podía sobrepasarme con la dosis —Su secretaria, es su amante —dije y solté varias lágrimas que después desaparecieron por los pulgares de Chan, tomé su mano que estaba aún en mi mejilla, —Nunca debí casarme con Hyunjin —susurré y por más doloroso que es, resultó siendo una verdad.
—Yo también pienso eso —dijo Chan del mismo tono, yo sonreí —Si me hubieras dado solo una oportunidad tu yo hubiéramos terminado juntos —sacudí la cabeza y reí.
—Quien sabe Chan, el destino es injusto —le dije y él se puso triste al recordar algo.
—Encontraremos un donante Jeongin, te lo prometo, tu vivirás muchos años viendo crecer a tus hijos y futuramente a tus nietos —me dijo.
—No lo sé Chan, conseguir un donante es difícil y yo, yo ya me rendí, solo me toca despedirme antes de tiempo, y disfrutar de estos días, aunque sean los peores de mi vida —le dije triste.
—No —dijo tomándome de la cara e hizo que le mirase. —Serás feliz, lo prometo, si Hyunjin no hace tus días felices yo los haré —dijo y yo sonreí y le abracé.
—Te quiero mucho Chan —le dije y al alejarme de él su mirada se posó en mis ojos y después bajó a mi boca, lo volvió a hacer y luego su pulgar acarició mi labio inferior.
—Perdóname por esto —dijo y sus labios se posaron en los míos he hizo presión, yo me tense al momento pero al sentir su lengua recorrer mi labio inferior me sentí perdido en esta habitación y sola con él.
Al ver que no le respondía el beso me dio un leve mordisco en el labio y yo abrí los labios para recibir su beso, nuestros labios se movieron al compás intentando encajar, mis manos se fueron a su cuello y profundice el beso, en estos momentos mi mente estaba encerrada en una necesidad lujuriosa, no me acordé ni siquiera de Hyunjin, de que en verdad le estaba engañando, pero él había hecho lo mismo estando casado, así que le olvidé y me concentre en lo que hacía con Chan.
Tal vez fue por venganza, o por la necesidad de tener relaciones, ya que me privé de estas por más de un año. Con una fuerza extraña que no pensaba que tenía empuje a Chan pegándolo al respaldo del sillón y yo me puse a horcajadas de él, sus manos se posaron en mi cintura y ví como evitó la tentación de recorrer mi cuerpo, me separé un poco de él deshaciendo el beso y le miré a los ojos.