Aquella bestia peluda de dimensiones gigantescas y ojos rojos amenazaba con clavarles sus dos cuernos y matarlos para devorarlos.
Fue entonces cuando Trazzy reparó en la pared derecha del lugar por el que habían entrado. Había 6 cristales romboidales: uno morado, uno blanco, uno azul, uno rosa, uno negro y uno verde. Todos del mismo tamaño; y parecía haber un grabado encima.
-Mira, aquello tiene que servir para algo -dijo Trazzy.
-Solo son cristales en una pared, también los hay en el techo.
-Pero son de colores y hay algo escrito.
-Todos los del techo son de colores -contestó Trent sin darle importancia a lo último dicho.
Ella, viendo que estaba más concentrado en que la bestia no los atacara, cometió una temeridad. Salió corriendo hacia dónde estaban las piedras preciosas. Una vez allí se fijó en que, efectivamente, había una escritura encima:
Tienes todos los colores,
pero solo buscas uno.
Si a todos los haces girar,
el contrario de lo que buscas obtendrás.
Mas si a todos los mezclas,
el que quieres encontrarás.
La salvación,
en tus manos está porque,
a veces,
nada es lo que parece.
Tren la siguió, cada vez más desesperado porque no se le ocurría nada para deshacerse del peligro que los perseguía y al que apenas le quedaban unos metros para llegar hasta ellos.
Cogió a Trazzy del brazo y le dijo- no vuelvas a hacer algo así, esto no es un juego. Estamos en peligro no es hora de llevarse recuerdos -a lo que ella se soltó bruscamente.
-1. No me hables así, sé que estamos en peligro. 2. -sacó el cristal negro de su sitio y la pared del final de movió enseñando un pasadizo con antorchas sin encender- no me llevo ningún recuerdo, intento salvarnos.
En ese momento la bestia llegó a dónde estaban. Lo único que los separaba era poco más de un metro y ellos, solo podían arriesgarse o morir.
Retrocedieron paso a paso y muy despacio. La bestia parecía no notarlo y Trazzy, volvió a hacer una temeridad. Agitó el brazo bruscamente de arriba a bajo y luego se quedo quieta. Se acercó al oído de Trent y, muy bajito, susurró- no ve... Solo escucha, vamos.
Él asintió y sin hacer ruido llegaron al pasadizo pero, cuando estuvieron dentro la pared comenzó a cerrarse haciendo un fuerte sonido y la bestia corrió hacia dónde provenía. Ellos no tuvieron más remedio y comenzaron a correr de nuevo hasta que giraron varias veces. Entonces se quedaron completamente quietos, intentando regular sus respiraciones para no alertar al ser.
-Creo que lo hemos despistado... -él la miró-.
-Siento lo de antes.
-Tranquilo, estábamos bajo mucha presión...-la cortó.
-No, no le pongas excusas. Solo perdoname.
Lo abrazo y luego lo besó- perdonado -sonrió.
Comprobaron que la bestia no los seguía y siguieron el camino, que los llevo a un callejón sin salida.
-Y a esto hemos llegado... A una pared.
-Ilusiones... -susurró Trazzy-.
-¿Qué?
-Nada es lo que parece, la salvación está en mis manos.
-Trazzy, ¿qué dices?
Y sin más anduvo hacia alante y atravesó el muro.
-Las letras encima de los cristales lo decían. Todo es una ilusión -se escuchó su voz como un eco-.
Entonces Trent hizo lo mismo y se encontraron con una puerta.
-¿Qué crees que habrá detrás?
-Probemos a abrirla para saberlo... -le contestó ella-.
Él abrió lentamente la puerta. Daba a un salón; un salón viejo, oscuro y empolvado.
Ella le cogió la mano y entró la primera.
-Cuidado, podría haber alguien, o algo -le dijo haciéndola retroceder-.
-No aguanto más aquí. Solo quiero salir de una vez... Me da igual morir en el intento.
El chico la agarró por la cintura atrayéndola a él- no vuelvas a decir eso. Saldremos de aquí, y lo haremos juntos y con vida, ¿entendido? -ella asintió y lo besó.
Trent le siguió el beso y acto seguido se separó- debemos seguir -y entraron a la vez.
-Hacía siglos que no recibía visitas -escucharon que decía una voz desde alguna de las estancias de aquella extraña casa y se agarraron mas fuerte de la mano. Él poniéndose unos pasos por delante de ella-.