Un lindo día por el parque

Un lindo día por el parque

Tanto como le gustaba la soledad le gustaba estar acompañada. Jackie de 22 años de edad amaba con fuerza su trabajo pero a veces sentía que este la mantenía un poco fuera de la sociedad y en días como ese pensaba que era mejor salir a caminar por el parque en lugar de estar encerrada en su laboratorio haciendo investigaciones.

Era un mundo solitario allí adentro, todos los investigadores eran demasiado egoístas en cuanto a sus investigaciones. Ella misma lo era, por lo que trabajar por separado siempre era lo mejor, en raras ocasiones hacían trabajos juntos y nunca veía a las personas con las que "trabajaba".

Ese día había despertado con el sonido de su celular, su madre llamándole preguntando cuando estaría en casa, había pasado un mes sin visitarla. Estaba tan absorta en una investigación que progresaba a pasos pequeños que no se había detenido a pensar que tenía un mes sin hablar con nadie más que a las personas a las que les decía "Buenas tardes" y esporádicamente con sus amigos de la preparatoria, aunque sus platicas solían ser poco fluidas. Tenía tanto tiempo de no presentarse a una reunión que sus amigos eventualmente dejaron de llamar y ahora se sentía demasiado sola como para admitirlo en voz alta.

El parque al que había decidido ir era un lugar no tan pequeño pero tampoco tan grande. Tenía frondosos árboles y lugares donde tomar el sol, había renta de bicicletas, puestos de comida y había niños corriendo por ahí mientras sus padres les recordaban que no se alejaran mucho.

Tomó sus auriculares, necesitaba la música, sobre todo por la punzada de celos que sentía al ver a las parejas correr con sus hijos. Su último novio no había aceptado que ella estuviera tan centrada en la escuela por lo que la había dejado, después de él no había tenido tiempo para relaciones.

Quizá ese era el tiempo de cambiar, llamaría a sus amigos, visitaría a sus padres y le dedicaría a su trabajo solo las horas que debía. Miraría los programas que alguna vez le gustaron y dedicaría un día a ver comedias románticas. Tenía un plan, se sentía feliz con su vida, pero tenía que poner en orden las prioridades y esas eran las personas que le rodeaban.

Un gran -y por gran ella asumía le llegaba a la cintura- perro golden había colocado su cabeza en sus piernas. Quería llorar, el perro parecía no tener intenciones de morderla o algo por el estilo pero no tenía buenas experiencias con ellos. Estaba completamente congelada, su mente vagaba por sus archivos mentales buscando alguna manera de moverse sin alertar al pequeño (gran) animal.

Ella prefería llamarlo pequeño, si te repites las cosas lo suficiente a veces se logran grandes cosas y ella estaba repitiéndose a si misma que era pequeño y no le haría daño. El perro acercó su cabeza a la mano de Jackie y comenzó a lamer, todo lo que había logrado se había borrado de su cerebro, ya no podía recordar en que estaba pensando.

Cerró fuertemente los ojos. Cuando sintió que el perro ya no estaba lamiendo, poco a poco abrió los ojos para ver a dos hombres mirándola.

El más alto de ellos sostenía la correa del golden y la veía con diversión brillando en sus ojos miel, tenía una barba de tres días y el cabello cobrizo. El segundo era muy parecido solo tenía la cara más redonda y era un poco más bajo. Se quitó los auriculares solo para escuchar cuando empezaban a hablar.

―Parece que Joker encontró a su conquista del día, es un coqueto― dijo Alto mientras acariciaba el pelaje de al parecer Joker. Jackie aún se sentía temblorosa mientras le daba una mirada al perro y a sus dueños.

―Gracias por mantener a Joker aquí, le encanta correr de nosotros mientras se divierte con los niños, pero si el nota a alguien con humor triste estará ahí para ti― ella tragó en seco cuando Bajo dijo eso, en lugar de prestar atención a los guapos dueños estiró su mano para acariciar a Joker.

―Supongo que ya no debo temerte Joker―el golden se acercó a ella moviendo estrepitosamente su cola golpeando a su dueño. Ella se dejó consentir por él y sonrió como nunca lo había hecho, tal vez por eso las solteras de cuarenta tenían gatos, podía entender el sentimiento.

―El es Sam― dijo Bajo― y yo soy Daniel― ella les sonrió esta vez un poco avergonzada por el momento que Joker le había hecho pasar.

―Soy Jackie, gracias por salvarme de Joker, aunque no estaba en peligro― Alto/Sam se rió y miró a Daniel, este tenía el ceño fruncido mientras veía su celular.

―¿Sucede algo malo?

―No nada de qué alarmarse, al parecer Adrian golpeó a un niño que molestaba a Sofí.

―Lo lamento hermano, siempre odié la oficina de esa directora.

―Lo peor es que ella cree que yo me pavoneo de que Adrian este tanto en dirección como yo alguna vez― Alto/Sam se carcajeó atrayendo la atención de las personas.

―Necesitas alejarte un poco de Mariana ¿pavonearte? ¿En serio? ― él hizo un gesto con la mano mostrándole que no le importaba.

―Te dejo con la conquista de Joker, tráelo temprano a casa, sabes que mis hijos lo adoran.

―De acuerdo― se despidieron y Jackie miró hacia otro lugar. Nunca paseaba por el parque, se sentía incomoda pero en algún lugar de ella sabía que tenía que convivir, eso mismo se había dicho esa mañana tras la llamada de su madre.

―¿Puedo preguntarte algo? ― Alto/Sam se sentó a su lado mientras ella veía a las personas felices a su alrededor. Seguía acariciando a Joker.

―Puedes hacerlo pero eso no significa que contestaré― ella vio el asomo de una sonrisa y se ruborizó.

―¿Por qué estás sola aquí? Joker es probablemente el alma más fiel que conozco y él sabe reconocer cuando hay que estar ahí para alguien.

―Parece que Joker es muy amado― dijo tomando la cabeza del golden para acariciarlo. Viendo a Sam (le parecía de mala educación seguirle llamando Alto) que no daba una respuesta suspiró. ―Hoy me di cuenta de que estoy perdiendo lo más importante de la vida por estar encerrada trabajando, es algo que amo y nunca me arrepentiría de eso, es solo que me empezó a absorber tanto que ni me di cuenta el momento en el que el tiempo pasó, ahora tengo demasiadas disculpas que dar por perderme eventos importantes―él hizo una mueca.



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En el texto hay: perros, amistad, goldenretriever

Editado: 20.11.2020

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