Tras buscar por 1 hora en todo el pueblo y no encontrar al proveedor que Fred había mencionado, Greta retorno al lugar donde había dejado el auto, tras de ella con mucha cautela caminaba Fred, en un determinado momento el sonido de su celular hizo que Greta notara su presencia.
—¿Qué haces aquí? — dijo Greta con firmeza.
—¡Disculpa! es el señor Hatson — respondió Fred con calma, al tiempo que empezaba a hablar con la persona que habían ido a buscar, mientras su jefa lo observaba. Claro, comprendo, y ¡gracias por responder a mi llamada! Entonces si nos da el tiempo estaremos yendo por su negocio — agrego el joven.
—¿Qué dice? — pronunció Greta, más calmada.
—Se trasladó a otro pueblo — dijo Fred.
—Ni modo, continuemos el viaje entonces — contesto Greta.
Jefa y empleado llegaron al lugar donde habían dejado el auto y lo abordaron, mientras Greta conducía, Fred pensaba si sería correcto arriesgarse, y tratar de acercarse más a su jefa. Tras algunos minutos el joven opto por romper aquella barrera que su jefa había puesto entre los dos y que él por temor a ser alejado de ella acepto.
—Hace algo más de 5 años yo te vi en un intercambio estudiantil de la carrera realizada en la capital — pronunció Fred.
—¿Fuiste capaz de notar mi presencia en un lugar tan concurrido? — contesto Greta con seriedad, mientras conducía, sin hacer ninguna objeción por la manera de cómo se dirigió él a ella.
—Sí, tu presencia era muy difícil de pasar por alto — respondió Fred con calidez.
—¿Por qué?, ¿por ser mujer? — pronunció Greta con la mayor calma que pudo.
—Sí, era la primera vez que veía a una mujer estudiar una carrera que fue creada para hombres, además no eras cualquier….
—¿Cómo pudiste saber que era mujer si no estaba vestida como las chicas del cafetín del evento? — añadió con cierta molestia la joven jefa.
—Una rosa siempre será una rosa, ello es algo que no se puede ocultar — contesto Fred, haciendo una pausa para acotar — Además tu voz era muy fina, lo que no comprendo, es porque fuiste la única de los representantes de los institutos que no presentaste tu proyecto.
—Porque no me quede, por ello no presente el proyecto — respondió Greta.
—¿Por qué? — dijo Fred.
—Ese día, el primer día del evento mi padre se agravo del mal que le aquejaba, por ello regrese, no me importo nada, solo quería estar junto a mi padre sus últimas horas, y así fue, yo estuve junto a él hasta que falleció, precisamente el último día del evento — contesto Greta, con cierta nostalgia en su voz.
—Lo lamento, no fue mi intención que revivas esos recuerdos — añadió Fred.
—No te preocupes, los recuerdos buenos o malos, son parte de la vida — respondió Greta, deteniendo su auto, al tiempo que agregaba — ¿Es este?
—Sí — contesto Fred.
El par de jóvenes bajaron del auto e ingresaron al local, donde se encontraba el proveedor que buscaban, tras algunas horas de platica y negociaciones, ambos abordaron nuevamente el auto.
—Si gustas, puedo manejar yo — pronunció Fred.
—Bien, hazlo, estoy un poco cansada, aún nos faltan 2 pueblos más, ¿verdad? — agrego Greta.
—Sí — dijo Fred, haciendo una pausa para acotar — ¡Gracias por no llamarme la atención esta vez!
—¿Qué? — pronunció Greta.
—Estamos hablando como dos personas cercanas, sin barreras, y se siente bien — añadió.
—Estamos muy lejos del taller, y fuera de tu horario de trabajo — contesto Greta con calma, mientras tomaba el asiento de copiloto.
—¡Ah! era por ello — dijo Fred.
—Sí, ¿por qué más debería ser? — respondió con calma Greta.
—Por nada más — contesto el joven.
—¿Tus padres a qué se dedican? — añadió Greta sorprendiendo a su empleado por la pregunta. El viaje aún es largo, no podemos ir solo con música, ¿no? — agrego.
—Claro que no — respondió con una cálida sonrisa Fred, haciendo una pausa para acotar —A mi padre nunca llegue a conocerlo, mi madre es lo único que tengo, ella lo es todo para mí.
Esa respuesta pareció calar en el corazón de la joven, quien a partir de ese momento empezó a ver de manera diferente a su empleado.
—Pensé que tenías novia, ya que casado no eres, al menos eso dice tu expediente — añadió Greta con calma.
—No, claro que no soy casado, soy soltero, y no, no tengo aún novia — contesto con calma Fred, mientras conducía.
—Claro, debes ser de gustos exigentes — dijo Greta sin darse cuenta.
—¿Qué? — respondió confundido Fred.
—Aunque más bien de gustos llamativos — añadió la joven, haciendo que su empleado recordara aquel día en el cafetín del evento.
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Editado: 22.06.2023