CAPITULO 12

     ---Se darán cuenta, de que pelear por las puras no es una opción para mí—respondió  el señor de sombreo. – señor, yo…-- ¡!silencio aris! Luego de aquella reprendida el agresor no volvió a levantar la mirada, ahora notaba que el verdadero líder era aquel anciano con sombreo negro.

           El debate parecía más una simple discusión sobre quien debería respetar a quien, Marcos se dirigió a el hombre de sombrero, -- señor, usted sabe que…--*para*—dijo de una forma cortante.

         El hombre de sombrero fijo su mirada en mí, -- ¿tu cómo y por qué es que llegaste aquí?--. Un indeseable pensamiento se generó en mi mente, causando que mi confianza en mis decisiones bajara.

              Sabía que mi boca debería seguir cerrada pero mi instinto de supervivencia variaba, así que no debía darme el placer de mantener la calma,-- yo solo recuerdo que estas personas me atraparon--, el de sombrero cambio su mueca a una indeseada mirada de ira. — ¡!niño yo solo quiero ayudarte!-- Pero por lo que veo tú no deseas colaborar--.

        Voltee la mirar directo a Marcos, me hiso una seña diciendo que mirar de nuevo al frente. —Y entonces muchacho--. Señor solo le diré, que algo muy extraño le está sucediendo al mundo. Pero no sé cómo, decirlo. -- ¿a qué te refieres chico?--, Marcos se acercó de una forma muy entorpecedora. — ¿qué es lo que sabes que nosotros no? Suspire profundo, sabía que muchas cosas aun pasaban por mi mente, pero no podía seguir metiendo más problemas a mi cabeza.

           Luego de haber guardado durante un buen tiempo el secreto, decidí ya no fingir más. Era claro que las casas ya no eran una simple locura. —hace solo un año, viví una locura haya afuera. —pero aun así decidí no contarlo jamás. – Habla niño—demando el hombre de sombreo.

                Marcos fijo su mirada en mi expresión algo nerviosa. —vamos Alex, lo que digas nos ayudara, no sé lo que ocultes pero tengo un buen presentimiento de ti…

     ---Se darán cuenta, de que pelear por las puras no es una opción para mí—respondió  el señor de sombreo. – señor, yo…-- ¡!silencio aris! Luego de aquella reprendida el agresor no volvió a levantar la mirada, ahora notaba que el verdadero líder era aquel anciano con sombreo negro.

           El debate parecía más una simple discusión sobre quien debería respetar a quien, Marcos se dirigió a el hombre de sombrero, -- señor, usted sabe que…--*para*—dijo de una forma cortante.

         El hombre de sombrero fijo su mirada en mí, -- ¿tu cómo y por qué es que llegaste aquí?--. Un indeseable pensamiento se generó en mi mente, causando que mi confianza en mis decisiones bajara.

              Sabía que mi boca debería seguir cerrada pero mi instinto de supervivencia variaba, así que no debía darme el placer de mantener la calma,-- yo solo recuerdo que estas personas me atraparon--, el de sombrero cambio su mueca a una indeseada mirada de ira. — ¡!niño yo solo quiero ayudarte!-- Pero por lo que veo tú no deseas colaborar--.

        Voltee la mirar directo a Marcos, me hiso una seña diciendo que mirar de nuevo al frente. —Y entonces muchacho--. Señor solo le diré, que algo muy extraño le está sucediendo al mundo. Pero no sé cómo, decirlo. -- ¿a qué te refieres chico?--, Marcos se acercó de una forma muy entorpecedora. — ¿qué es lo que sabes que nosotros no? Suspire profundo, sabía que muchas cosas aun pasaban por mi mente, pero no podía seguir metiendo más problemas a mi cabeza.

           Luego de haber guardado durante un buen tiempo el secreto, decidí ya no fingir más. Era claro que las casas ya no eran una simple locura. —hace solo un año, viví una locura haya afuera. —pero aun así decidí no contarlo jamás. – Habla niño—demando el hombre de sombreo.

                Marcos fijo su mirada en mi expresión algo nerviosa. —vamos Alex, lo que digas nos ayudara, no sé lo que ocultes pero tengo un buen presentimiento de ti…