Capítulo 21
Caro
Estamos en la casa, Soph está en la computadora haciendo un informe que le mandaron y yo estaba leyendo un artículo de Psicología.
-¿Y si hablamos con Adriana? – Comenta Soph sin levantar la vista del computador – no sé, para que te aconseje.
- ¿Tú dices? – digo dejando el articulo a un lado, eso puede esperar.
- ¡Claro! Ella tiene experiencia con el tema – me dice dando vuelta a su silla – Y en algún momento le tienes que decir a tu mama – levanta una ceja
- No me lo recuerdes, me gustaría no tener que hacerlo pero sé que necesita saberlo.
- ¿Entonces? ¿Cuándo contactaras a Sean? – Pregunta. Estuve pensando en no decirle nada a él, no sé.
- Pronto – al parecer no me cree ya que pregunta
- ¿Segura?
- Si – busco el teléfono con la mirada hasta que lo encuentro en la encimera, me levanto a buscarlo y mientras marco digo – Ahora si me disculpas tengo que llamar a Adriana
- Ponlo en altavoz – dice mientras deja su informe y se sienta conmigo.
Beep. Beep. Beep.
- ¿Hola? – Dice
- Hola Adriana, es Caroline
- ¡Oh por dios Caroline! ¿Como estas? – me pregunta.
- La verdad, muy bien
- Me alegro enserio ¿Y Soph como esta?
- Aquí esta escuchándote – digo mientras Soph dice – Hola Fea
- Ah hola estúpida
- Estúpida tu – se escucha la risa de Adriana
- Ya pues – las paro - ¿Como esta Dylan? – pregunto.
- ¿Dylan? Aquí algo gruñón
- ¿Por qué esta así? – pregunta Soph.
- Es que lo interrumpieron justo cuando quería recordar como hicimos a Sammy – Hago una mueca de asco, como suelo decir, una cosa es hacerlo y otra muy distinta es escucharlo e imaginarte a esas dos personas haciéndolo. Asco, Soph también tiene su mueca.
- Si quieres llamamos después – le dice Soph. Se escucha un gruñido desde el otro lado.
- No, no. No hace falta que cuelguen. Tengo tiempo sin saber de ustedes. El puede esperar, lo veo todos los días – dice.
- Oye disculpa, ¿Recuerdas que estoy aquí verdad? – Se escucha desde el otro lado.
- Lo sé amor. Te prometo después atenderte, déjame hablar con las muchachas ¿Si?
- Vale.
- Ahora sí, díganme. ¿Qué me cuentan?
- No bueno, es que necesitamos tu ayuda en un tema importante.
- ¿Y eso?
- Bueno mi querida Adriana, Nuestra amiga Caro está embarazada – Dice Soph de un tiro.
- ¡Sophia! ¡Por dios! ¿No puedes decirlo con sutileza? – La regaño.
- No se puede decir con sutileza que estas embarazada por dios Caroline – rueda los ojos fastidiada
- No te creo – dice asombrada – Bueno felicidades. ¿Pero como paso?
- ¿Como se hace un bebe Adriana? – Habla Soph antes de que yo pueda decir pio – tu mas que nosotras sabes ¿Cómo crees que existe Samantha?
- Cállate idiota – Dice Adriana – Le pregunte a Caro no a ti.
- ¿Ah con que así son las cosas? A mí no me hables más – le saca la lengua al teléfono como si Adriana pudiera verla.
- Por dios, parecen unas niñas de cinco años ¿Se pueden comportar? ¿Les cuesta mucho? Ya están bastante grandecitas – les digo – Sophia anda terminar el informe y déjame contarle a Adriana que fue lo que paso – señalo su computadora.
- Si claro, ahora me cambias por ella. Está bien está bien – refunfuña mientras se va. La ignoro. Y le cuento todo a Adriana, mientras Soph no hacía más que quejarse de que no la quería más.
- ¿Segura? – Me pregunta después que le actualizo de todo.
- Completamente – le digo.
- No sé qué decir – Se escucha asombrada.
- Tranquila, no tienes que sentirte obligada a decir algo. Te dejo que tengo unas cosas que hacer ¿Hablamos después? – le pregunto.
- ¿Qué se supone que tienes que hacer? - Pregunta Soph
- Tengo que hacer una llamada e ir a la universidad – le contesto
- ¿Lo vas a buscar? – Pregunta
- No se Dios – Le digo.
- Si claro, tranquila. Te quiero – dice Adriana.
- Yo también, saludos a Dylan – Me despido y cuelgo.
Me dirijo a mi dormitorio a vestirme mientras realizo la llamada.
Después de 3 intentos de llamada por fin me contesta.
-¿Hola? ¿Quién habla? – pregunta, su voz se escucha como si estuviera dormido y lo acabara de despertar.
- Eh, Marco soy yo. Caroline. ¿Te desperté?
- ¿Caro? Eh sí, pero no importa ¿Qué pasa?
- ¿Podemos vernos? Por favor. – Prácticamente le suplico.
- Si claro ¿Paso algo malo?
- No, nada malo paso. A menos no sé, depende de cómo te lo tomes – comento mordiéndome el labio.
- No creo que sea tan malo – me dice - ¿Dónde nos encontramos?
- En la misma Cafetería de la otra vez.
- ¿Ahora?
- ¿No es obvio? Claro que ahora
- Como digas, nos vemos dentro de un rato – cuelgo.
Termino de vestirme, recojo mi teléfono y cartera con las pruebas; y le aviso a Soph de mi retirada. Me dice que no venga muy tarde y que mucha suerte.
Si el camino en carro era 5 minutos, descubrí que caminando llego en 30. No suelo caminar mucho, por lo general ando en mi carro o en el de Soph pero el mío esta en el taller y no quise pedirle el de Soph. La próxima se lo pido.
Una vez en la cafetería, me atiende la misma camarera de la otra vez. Va y regresa al poco tiempo con mi pedido, mientras pienso en las palabras y como decirle las cosas a Marco, mi cabeza está en otro lado cuando escucho un carraspeo. De vuelta a la realidad me encuentro con Marco.
-¡Caroline; Tiempo sin verte! Desde ayer en la tarde – comenta mientras se sienta.
- Si eres bobo – me rio.
- Bueno mi querida Caroline... ¿Cuál es tu segundo nombre? – me pregunta.
Lo miro extrañada - ¿Por qué quieres saber eso? – se pone rojo.
-¿Conocerte más? - lo dice mas como pregunta que como respuesta
- Inés – le digo.
- Inés – lo dice con adoración si no me equivoco – Es bonito.
- Si claro. Bellísimo. Fantabuloso. – digo sarcástica. Rueda los ojos.