Capítulo Uno

El ruido de las llantas quemando la carretera se escuchaban por todo el lugar, al mismo tiempo que el humo que provocaba aquello se levantara en el aire, dos autos competían por una buena suma de dinero y algo más,en la meta se encontraban los amigos de cada uno de los corredores esperando con ansias ver cual auto cruzaba primero el punto donde finalizaba aquel circuito.

Se escucho el motor de dos autos dandolo todo por ganar aquella carrera y a unos cuantos metros lograron ver a los dos autos acercarse, uno color blanco y el otro negro, ambos parecían muy parejos y faltaba nada para la meta, y entonces el auto de color blanco tomo una ventaja de casi nada de distancia, y logro pasar la línea un segundo antes que el otro, el auto negro se detuvo antes de llegar a la línea y el blanco continuó derecho, todos giraron rápido a ver el auto que había ganado y los siguientes minutos pasaron demaciado rápido.

El auto blanco se estrello contra el muro que cerraba la calle, haciendo que el mismo callera en el parabrisas dañandolo más de lo que ya lo estaba,los gritos de emoción se convirtieron en gritos de pánico y toda la gente que se encontraba juntada en aquel lugar comenzo a desaparecer, algunos se montaban en sus motos acompañados de algun otro hombre o mujer, los autos comenzaron a también a irse lo más rápido posible, sabiendo que si llegaba la policía estaban todos en graves problemas.

—¡Marco! —la voz de una mujer se escuchó y después se le vio correr hacía lo que quedaba del auto blanco que se había estrellado,pero antes de que pudiera avanzar más, una voz la detuvo.

—¡Alice! Sube al auto ahora —el conductor del auto negro se encontraba de pié junto a su auto, inclinado hacia adelante en la puerta de este esperando que la chica lo obedeciera

—No lo puedo dejar ahí, ¡tengo que ayudarlo! — lloriqueo la rubia y miro a quien la había detenido.

—La policía esta apunto de llegar-le grito aquel hombre escuchando las sirenas cada vez más cerca — si te quedas te llevaran presa, ¡muévete! — estaba histérico mirando a la rubia con desesperación, esperando que subiera rápido al auto. Alice miro unos segundos el auto del cual empezaba a salir humo y aunque lo dudo bastante, dio media vuelta y corrió hacia donde estaba el auto negro, el robusto chico que había conducido el auto subió en este con una gran desesperación y seguido de él subió la rubia, cerrando la puerta casi al mismo tiempo, y arrancaron con gran velocidad hacía el lado contrario de donde estaban.

Al auto blanco le comenzaban a salir llamas, y dentro de el, se encontraba un chico inconciente, con un fuerte golpe en la cabeza que le estaba provocando perdida de sangre, y lo más probable es que tuviera un montón de huesos rotos también.

No había nadie a su al redeor, todos aquellos que celebraron que había ganado la carrera, ahora se encontrabab lejos de ahí, habiendo estado en las buenas pero no ahora que el necesitaba de alguien que lo ayudara. Las llantas de un auto se se detuvieron en seco frente aquel auto blanco, y un hombre de una estatura promedio salió lo más rápido que pudo de el, corriendo hacia el auto que estaba a punto de explotar, en busca de quien lo había ayudado toda la vida

—¡¿Marco?! — grito sintiendose desesperado, quería intentar escuchar si el chico le hablaba, y se le hiciera más fácil encontrarlo, pero no hubo respuesta, el tipo casi ahogandose por el humo que no dejaba de salir del motor acompañado de llamas, se abrió paso entre todo y logro abrir la puerta que estaba mas desecha que nada, y con solo moverla un poco esta callo en el piso, miro a su amigo tumbado en el volante, con la camisa manchada de sangre proviniente de una linea que le resbalaba desde la cabeza perdiendose en el cabello, lo cual indicaba que había alguna herida ahí, pero no era momento de revisarlo, necesitaba sacarlo rápido de ahí antes de que explotara el auto o llegará la policía, el peli negro que recién había llegado, como pudo saco a Marco del auto,le hizo pasar un brazo por detrás de su cabeza, sin mucho éxito ya que él se encontraba inconciente y el cuerpo se hacía más pesado, camino lo más rápido que pudo hacía su auto y lo acomodo en el asiento a un lado del conductor, cerro la puerta de un golpe, rodeo el auto y subió rápidamente, miro frente a él, el auto de su compañero, y las llamas subieron de intensidad, no demoro más y encendio el auto, dando una vuelta muy cerrada provocando un chirrido en el piso y arranco con toda velocidad a alejarse lo más rápido de ahí en busca de un hostpital para su compañero, se escuchó un estruendo y partes de metal golpeando el piso y quebrando algunos vidrios, el pelinegro miro por el espejo retrovisor y observó el auto de Marco haber explotado y volado en mil pedazos, sabiendo que si no hubiera llegado a tiempo, su amigo hubiera explotado junto con el auto.

—Tienes que estar bien, tienes que estar bien—  repetía una y otra vez, mane obrando con el volante, tratando de encontrar la salida más cercana hacía la avenida.

—Hola, soy Alice...— se escuchó del otro lado del teléfono

—¿Alice? Soy Joe, ¡¿donde mierda estas?! Porque dejast...

—Ahora no estoy disponible, deja tú mensaje y te marco cuando pueda.

El castaño aventó el teléfono a algún lugar del auto, enojado al encontrarse tan solo.

El tráfico parecía hacerse más denso, y cada vez le costaba más moverse entre las calles con velocidad, los minutos parecían pasar demaciado rápido, el sudor de su frente estaba frío y él se sentiría culpable, si algo le pasaba a su amigo antes de llegar al hospital.

Se sintió un poco aliviado, cuando a unos cuantos metros pudo ver el establecimiento color blanco no muy lejos de él.

Las llantas deraparon en la carretera en el momento en el que Joe se detuvo de golpe, bajo cerrando apenas su puerta y abriedo la de Marco, lo medio cargo como pudo y camino rápido hacia la entrada del hospital, en el momento en que las puertas se abrieron dos enfermeros que iban pasando, soltaron los papeles que tenían en manos y se acercaron para ayudarlo.