un mondo in mezzo sfumatur

percoso di vita

Luego de vender la camioneta y desayunar café y pan de una cafetería de las afueras de Matera me dirigí hacia casa de Sabina la misma me daría más información sobre los Caruso y su próximo movimiento, al llegar toque y aquella silueta delgada de proporciones perfectas me abrió , la tome del brazo la incline hacia mi y la bese, ella se sorprendió pero siguió con el beso luego entramos a la casa.

-¿Una misión difícil?- dijo mientras nos enviamos en el sillón de su sala

-Últimamente ninguna misión es fácil, una tras otra se vuelve más difícil y me cuesta mas cumplirlas no por eso si no porque se involucran más sentimientos-dije mientras miraba su sala la cual es algo tétrica por así decirlo, esta pintada de un tono gris que se asemeja al humo, tiene muchas pinturas, copias de pinturas famosas como la Gioconda o sterrennacht, una mesa de cristal en el centro de todo con una maseta, dentro tenia suculentas las cuales daban un toque justo y necesario de verde para que no pareciera deprimente aquel espacio.

- Tranquilo, en este estilo de vida nada es fácil, comamos eso te ara sentir mejor- dijo mientras me llevaba a la cocina.

- Gracias, te tomare la palabra- dije mientras la seguía.

Estoy completamente enamorado de Sabina, su ser irradia luz nunca avía conocido a una persona como ella, quisiera que Massimo la aceptara y se llevaran bien, aun así comprendo su desconfianza nuestra vida no ha sido fácil, un día llegue a pensar en escapar juntos, Massimo, Sabina y yo a lo cual Sabina se negó intento convencerla a lo cual ella argumento que no podía dejar esa casa, era lo único que le quedaba de su familia y no podía dejarla así como así, comprendí de inmediato sus razones y no insistí mas con eso. Luego de desayunar Sabina me puso al tanto de lo que paso en el pueblo después de mis acciones, solo había pasado una noche y unas cuantas horas de el día y ya todo avía cambiado, quemaron la casa de Guido para eliminar toda evidencia de la policía y estaba casi seguro que el autor fue Alexander aunque Sabina dijo que fueron los Caruso,
- Bien esta es la dirección, los hombres son hermanos así que viven en la misma casa, sospecho que están bien armados y son paranoicos lo cual hace que vigilen bien todo, se encontraran en su casa a las 9:00 pm, te deseo suerte Leonardo- dijo mientras dejaba un papel con la dirección escrita y me daba un beso.

- De nuevo gracias por todo Sabina en verdad no se como agradecerte todo lo que haces por mi- dije convertí un abraso y parándome de su sillón.

- Agradéceme acabando con esa bola de malditos que solo saben causar destrucción y quedándote junto a mí. Dijo mirándome y parándose para acompañarme a la puerta.

- De eso no dudes claro que los destruiré, borrare de todo el pueblo su existencia y por fin seremos felices, hasta luego vita mía- dije saliendo y dirigiéndome con Alexander.

- Hasta pronto- dijo mirando como me perdía entre la gente que transitaba por ahí




Al despertar, lo primero que note fue lo tranquilo que me sentí, dormí como nunca antes lo avía hecho, me levante de aquel sofá y comencé a acomodarlo, lo cual fue difícil concluir ya que resbale y caí sobre una mochila, al intentar levantarme mire una mano frente a mi que me ofreció ayuda para levantarme, voltee hacia arriba mire a una chica y me sorprendí por su indiferencia a pesar de estar ofreciendo su ayuda esa parte de su ser me llamo la atención, llevaba lentes de color negro y azul era de piel clara, sus ojos parecían estrellas desde mi punto de vista aunque cuando me miro los sentía como dos agujeros negros que me atrapaban y no quería salir de ello, dijo

- ¿Te vas a levantar o no?

Y sentí un nuevo sentimiento, aunque no estaba completamente claro y mi mente estaba llena de dudas.

- Claro, claro perdón- dije tomando su mano y levantándome

- ¿Eres novio de Ximena? - dijo mientras me miraba de arriba abajo.

- No, no yo solo... soy su amigo, si eso soy su amigo- dije pensando que soy de la mujer con la que fume y acababa de conocer.

- O muy bien, me podrías pasar mi mochila tengo prisa – dijo señalando hacia abajo

- Claro que, si lo siento, ¿tú que eres de Ximena?, y ¿en dónde se encuentra ella ahora? – dije recibiendo su mochila y mirándola esperando una respuesta.

- Soy su hermana, me llamo Diamante mucho gusto, ella fue por la comida a el mercado de aquí cerca, no tarda en llegar y yo ya me tengo que ir la comida de mi hermana apesta, adiós- dijo dando media vuelta para luego salir y cerrar bruscamente.

Yo volví a lo que hacía, luego de terminar me senté a esperar y comencé a observar el departamento, estaba pintado de color rojo de un tono neutro, bastante amplio a mi parecer la cocina estaba junto a la sala, la cual sería más amplia de no ser porque estaba repleta de las cosas básicas de cocina y un poco más, un refri grande y uno más grande, una estufa, un mueble donde podía ver especies y demás condimentos, una reserva de vino plantas aromáticas como lavanda, menta y romero, con un balcón muy grande en donde tiene un huerto casero, en la pared un cuadro de Vincent van Gogh, sterrennacht conocido por muchos, no tuve que esperar mucho tiempo, luego de 10 minutos llego Ximena, llevaba puesto un suéter grande de color rojo con estampado de un videojuego viejo, y pantalones de corte Slim,unas gafas de sol sobre la cabeza y aretes de color negro con lo que se veia bastante bien.

- Hola Buongiorno Massimo, como dormiste, me estaba preocupando tardaste mucho en despertar jaja- dijo dejando dos bolsas sobre la mesa del comedor.

- Perdón por preocuparte no se que me paso, ni como es que llegue aquí- dije cubriéndome la cara ya que comencé a sonrojarme.

- Oww que lindo, tranquilo yo te traje, me ayudas a preparar la comida- dijo comenzando a sacar cosas de la bolsa.

- Claro que si en que puedo ayudarte- dije parándome y dirigiéndome hacia ella.

- Aremos tortillas, claro que no prometo que salgan muy bien ya que no soy buena en eso- dijo terminando de sacar lo faltante.

- Si de eso ya me avise tu hermana antes de irse, tranquila yo los preparo- dije acomodando las cosas para empezar a cocinar

- Así que viste a Diamante, disculpa si fue grosera ella es así- dijo ayudándome a acomodar todo.

- No te preocupes, ella me agrado mucho, y cuéntame mas de ti siento un poco raro estar aquí cocinando junto a ti y no conocerte lo suficiente- dije comenzando el acto.

- Jaja su algo raro, conozco a personas que conociendo mas apenas y toman cafe y se saludan, me llamo Ximena aunque creo que ya sabes eso, vivo sola con mi hermana, mis padres aparecieron por balas clandestinas en un enfrentamiento de la mafia hace 8 años, nos heredaron este departamento y un bar que esta justo abajo, el cual suelo atender cuando descansa Marlene nuestra trabajadora, me gusta un poco la jardinería, no se cocinar lo cual ya también sabes, y tengo 18 años, ahora cuéntame de ti que tampoco se mucho- dijo mientras me miraba recargándose sobre la alacena y yo la escuchaba atentamente.

Me asombro lo rápido que toma confianza y que lucia un poco menor.

- Si por supuesto es justo, me llamo Massimo vivo solo con mi hermano Leonardo el cual cocina como si me quisiera venir así que tuve que aprender a cocinar yo, mis padres fallecidos asesinados hace 8 años, y nos heredaron una casa y el dinero suficiente para continuar nuestros estudios y no trabajar durante un tiempo, tengo 17 años y hace poco comencé a estudiar la universidad – dije siguiendo con mi labor.

- Dicen que las coincidencias no existen, no crees Massimo parece que eres mi lado oscuro jaja- dijo riéndose y saliendo de la cocina para preparar la mesa.

Después de acabar nos sentamos a desayunar ya conversar cosas irrelevantes hasta que ella pregunto el por que estaba en ese lugar tan solo y triste.
No supe que contestar para ocultar la verdad, lo cual ella noto y dijo

- Tranquilo no te juzgare, todos cometemos actos abominables pero sabes que, eso es solo lo que las demás personas ven nosotros mismos sabemos por que lo hacemos, y yo quisiera saber que te atormenta a ti, tus ojos te delatan, solo dilo si eso crees correcto- dijo mirándome amablemente.
 




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