La vida es algo incierto, no sabemos que puede pasar mañana, pero en momentos como estos en los que reflexionas, te preguntas si enserio es esto lo que deseas, si eres feliz, si la tristeza es algo espontaneo o si es un nuevo estilo de vida, si la lluvia algún día llegara a quemar, yo sería la primera en correr bajo ella, los días lluviosos me encantan porque justo pasa esto, pasa un momento de reflexión donde te preguntas si lo que haces con tu vida es lo que quieres, si el futuro que visualizas es el que deseas, amo los días lluviosos por el simple echo de que te hacen ser más sincero, la sinceridad ¿que es la sinceridad? ¿de que nos sirve ser sinceros? a veces me lo pregunto, como también pregunto, el porque de mi existencia, aunque esa pregunta me la hago aún más seguido de lo que admito, la cosa es que estos momentos te transportan a lugares diferentes; esta es una regla de vida que al menos yo cumplo y cumpliré el resto de mi vida, la música y el momento te pueden transportar a cualquier lugar, la música, el momento y las letras son mis mejores aliados.
Si tuviera que elegir un momento para vivir en él el resto de mi vida elegiría este, porque la claridad y paz que siento no sé compara con nada en el mundo.
Las gotas enfebrecidas deslizándose sobre mi ventana, los relámpagos junto a los rayos y truenos reclamando el miedo de muchos, los animales buscando un refugio, la música llenando mis tímpanos, las lagrimas amenazando salir, y la tenue luz de las velas alumbrando mágicamente la habitación; si la perfección no existe que alguien me diga que es esta sensación.
Lastimosamente son contados los días en los que pienso con tanta claridad, tan pocos que cuando menos lo espero se desvanecen como la arena entre los dedos de las manos ¿como encontrar un grano de azúcar en el mar? ¿como encontrar luz en un cuarto sin ventanas?
Lo lamento, me temo que cometer solecismo (anacoluto) es uno de mis pasatiempos favoritos, mi mente piensa en tantas cosas y vive en tantos escenarios que nunca se puede quedar estática en uno de ellos.
¿Como un loco escapa de su locura? ¿Como un sádico escapa de la sangre? ¿Como un adicto escapa de sus adicciones? ¿Como escapo de mí misma? Es imposible, tan imposible como contar a un millón en cinco segundos...
Me despido soldado... me DESPIDO hasta nuevo aviso.