CAPITULO XIV
Amanda
Subo a la habitación de la novia, donde se estaba preparando, todo está en orden, estan arreglando los últimos detalles de su outfit,así que decido dirigirme a mi habitación, sabía que quedaban unos minutos para que comenzara la cena, necesitaba calmarme, respirar y dejar de sollozar. Estaba furiosa, con él, pero sobre todo conmigo, porque soy tan tonta, para que tome más de la cuenta?.- me miro al espejo intentando arreglar mi maquillaje que se había corrido por las lágrimas. -Por qué hizo eso?.- hablo con el espejo como una loca. Intento contenerme, hasta que suena la puerta de mi habitación.
-Quién es?.- pregunto.
-El servicio.- me responde. Abro la puerta y me encuentro con una de las empleadas del hotel, un poco mayor que yo, que me sonreía.
-Señorita, quería saber como se encontraba? Disculpe el atrevimiento, pero estoy por comenzar mi turno.-
-Disculpe no comprendo.- le digo.
Al ver mi cara de confusión, me cuenta que ella fue la que me ayudó a ducharme, vestirme y meterme en la cama, a pedido de Augusto.
-Así que no dormí con él anoche?.- digo en voz baja, pero ella logra escucharme. La señora se rie, y me cuenta que el se fue a la habitación de al lado, la que era mía. -Me dijo que le iba a hacer una broma, pero por favor no diga nada.- me pide.
-No se preocupe, gracias por contarmelo.- le respondo para calmarla.
Le agradezco nuevamente que me lo haya contado y la despido.
Así que una broma, una muy mala broma. Decidí arreglar mi cara como sea posible, que no se noten mis ojos llorosos, me cambié de ropa, me puse algo mas sexy. El quería guerra, pues guerra iba a tener. Un vestido rojo, que tenía un escote en v en la espalda bastante pronunciado y un tajo en la pierna izquierda.
Bajo rapido, antes que empiece la cena, me encuentro a Julia que me toma la mano y me lleva a presentar a la familia que había llegado desde España.
-El es Thomas, mi primo.- me presenta a un hombre muy parecido a Augusto, solo que tenia el pelo más castaño tirando a oscuro, sus ojos eran claros, pero no tan impactantes como los de Augusto.
-Encantado.- me dice en un tono español tomando mi mano y acercandola a su boca. Deposita un suave beso en ella y me guiña el ojo.
Al ver como se fijó en mí, sabía que la venganza había empezado.
-El placer es mío, Thomas.- le respondo con una sonrisa.
Uno de los mozos se acerca con copas de champange, estábamos en el patio esperando por los novios, me quede hablando con él de la familia, estaba enterado de lo que había hecho, de cómo ayude a Ana, y que ahora trabajaba en la empresa. Despues de unos minutos, los novios aparecieron en el jardín y todos pasamos a las mesas, me invitó a sentarme junto a él, lo cual acepte.
La mesa era para diez personas, estaba Julia, algunas de sus primas con las que habíamos salido la noche anterior, Tadeo el hermano de Thomas, su señora, Alicia y un pequeño que tenía 2 años, Martin. También estaban dos hombres más, que eran los novios de las primas.
Al verme Emma, viene conmigo, no se que tiene esta niña, pero se me pega como garrapata y la realidad es que me encanta. Comienzan a jugar con Martín, son casi de la misma edad. Así que nos dedicamos a ver como esas dos criaturas son puro gritos y risas.
Augusto estaba en la mesa con sus padres y abuelos, junto a él estaba Patricia que no me sacaba el ojo de encima.
-Prima, porque no estás en la mesa de tus padres?.-le pregunta Thomas a Julia.
-Ni loca, me aburriria con ese par de viejos.-larga casi a los gritos. Todos reímos.
-Aca esta la diversión.-dice Alicia indicando a los chicos que estaban revolcándose en el piso.
Transcurre parte de la noche, entre música, comida, pláticas, discursos, hasta que comienzan a hablar los novios. Dijeron cosas tan lindas, que nos emocionaron a todos, a mi se me salió alguna que otra lagrimita, realmente verlos a ellos dos me hacía creer en el amor. Ver la preocupación de Dante por su mujer y su hija aquel día que los conocí, definitivamente ese hombre moría por su familia.
Comienzo a sentir un poco de frio, Thomas se da cuenta y muy caballerosamente me tiende sobre los hombros su saco, se lo agradezco y al volver a mirar a los novios, Augusto se había dado cuenta de la situación y me fulminaba con la mirada. Aprovecho el momento para acercarme a Thomas y decirle lo primero que se me ocurrió en ese momento,
-Varias mujeres se pusieron celosas de tu detalle conmigo.-le digo en tono juguetón.
Sonríe, se acerca a mi rostro y me susurra.- Lo hice para no sentir celos de todos los hombres que te estaban mirando, eres hermosa.- me sonrojo.