Un Nuevo Comienzo

42 CAPITULO

Llega la misma rutina, levantarse, ducharse, vestirse y ir al colegio, me siento cabizbaja sin fuerza, desganada solo quiero estar sola alejada un momento de todo lo que me rodea para lamentablemente no se puede tengo que cumplir con mis obligaciones y ir al colegio.

Llego al colegio y voy directo al salón hay unos cuantos compañeros porque es muy temprano, busco mi silla y me siento, las ganas de estar sola es tan grande que no quise pasar por Cristina y venir más temprano. Apoyo mi cabeza en el brazo de la silla y cierro los ojos y me quedo dormida. Me despierto cuando siento mucho bullicio a mi alrededor voy abriendo lentamente mis ojos y me acoplo a la luz, miro a mi alrededor y han llegados mas compañeros pero ningunos son mis amigos ni Sebastian, me levanto para ir al baño y lavarme la cara para quitarme la car de sueño.

Estoy en el baño me lavo la cara y me miro al espejo y veo en el reflejo de una mujer cansada, sin fuerza , sin ganas de dar un paso más que cada día su vida esta en hueco sin salida que cada vez que ve una luz siempre hay algo que lo opaca y sigue en la oscuridad— las lagrimas se hacen presente dejo que salgan por un momento después seco el resto de las lagrimas que quedan en mi mejilla y salgo del baño.

Me dirijo al salón , cuando voy a entrar me detengo en la puerta del salón y miro a los costados y si efectivamente se encuentran mis amigos y Sebastian, una vez que notan que estoy en la puerta se levanta y busco con la mirada a Sebastian, poso mis ojos en él y veo en su mirada preocupación la aparto y me concentro en mis amig@s.

—Cristina: Reachel porque no me esperaste, ¡te viniste sola!.

—Reachel: quería estar sola por un momento.

—Fernando: ¡te siento rara! ¿que tienes?.

—Reachel: les puedo pedir algo— asienten— me puede dar un abrazo— quedaron sorprendidos por un segundo y después dicen— claro— dicen al unisomo.

No esperamos un segundo más y todos me abrazaron y por lo menos pude sentir un poco de calma, no me siento tan sola estando con ellos. Nos separamos del abrazo que duro aproximadamente tres minutos.

—Carolina: quieres hablar con nosotros.

—Laura: te podemos ayudar en algo.

—Sofia: por lo menos te desahogas.

—Cristina: habla con nosotros, somos tus amigos y te podemos escuchar.

Cada quien busca su silla y se pusieron alrededor mío.

—Reachel: me siento fuerza, he trato todo para verle lo positivo a cada suceso de mi vida , pero no me puedo engañar esto esta siendo mas difícil de lo que imagine, en estos momentos  me dan gana de desaparecer de este  mundo que tanto me pesa para no volver— me vi interrumpida por Sebastian.

—Sebastian: Reachel podemos hablar— no saludo a nadie.

—Fernando: no se si es que en tu casa no te han educado, que cuando se llega a u lugar y hay persona se saluda no lo hagas porque simaptía a nosotros haslo por educación, y si ves que Reachel esta hablando con nosotros.

—Sebastian: a mi no me simpatiza saludarte a ti, si es lo que buscas— hola— saludo— y tampoco estoy hablando contigo no te metas.

—Fernando: ¡no pues! mira como me muero— hace como si se estuviera cayendo— por que no me saludas a mi tus saludos no me hace falta lo mas mínimo, pero si te das cuenta que esta hablando con nosotros.

—Reachel: ¡basta ya chicos!— exprese— denme un momento y hablo con Sebastian y vengo con ustedes.

Fernando y Sebastian se miraron desafiante, me levantó de la silla y tomó a sebastian por la muñeca y lo traigo conmigo a un rincón del salón.

—Sebastian: no te noto bien desde que te vi, te pasa algo.

—Reachel: no te puedo mentir porque ya es muy evidente que no me encuentro bien, estoy un momento de mi vida en la cual no se donde me encuentro no me hallo, siento que ya caí al fondo del abismo y no encuentro una salida— me miro raro, levantó una ceja y tiene la mirada desconcertada.

—Sebastian: eso tiene que ver conmigo, porque ayer estabas de lo más de bien y desde que entraste en tu casa cambiaste, te dijeron algo, ¡no me quieren cerca a ti! ¡te dijeron que me alejara de ti!— lo dijo tan rápido y con nerviosismo y con preocupación en su mirada que me toco calmarlo.

—Reachel: ¡cálmate!— inquirí— el tema de conversación fuiste tu, pero no me dijeron nada sobre eso así que no te preocupes.

—Sebastian: y que es lo que te tiene tan de caída, puedes confiar en mi y contarme— asentí— cuando iba hablar entra la profe Carmen.

Nos mando a sentar a todos a sus respectivos puestos y que hiciéramos silencio y así fue.

 

 

 

MariaGu❤️




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