Un Nuevo Comienzo (borrador)

LIV

Mateo “Don Bip”

-Dios mío chicos, si no dicen nada de esto, les doy 20 a cada uno- menciono entrando nuevamente a la casa.

-Mateo mínimo 50… cada uno- resoplo derrotado.

-Bien, pero no le digan nada a nadie, mucho menos a Lalo-

-Buenos días- una voz a mi espalda, hace que me detenga y no se porque siento como gelatina y siento un sudor frío empezar a emanar -¿de qué no me tengo que enterar?-

-Lalo, mmm Catalina, pues es- al voltear a verla Becky se estruja sus ojos, en los brazos de Lalo, trago grueso -Ehh Becky cariño, como dormiste- le pregunto acercándome a ella y abrazándola, me coloco a espaldas de Lalo y le pido perdón, a lo que me abraza.

-Bueno ya veo que están listo… subí a buscarlos, porque no veía a nadie, sólo estaba Becky en su habitación, ¿ya estaban guardando las cosas en el auto?- miro a los chicos y afirmo con la cabeza y me siguen -Oh, genial, entonces arreglo a Becky preparo el desayuno y…-

-Tranquila Lalo… Catalina, ya los chicos desayunaron, yo arreglo a Becky y nos vamos, su desayuno esta empaquetado- le hago señas a Dorian, para que le alcance la bolsa donde estaban los envases -Ya vengo, si quiere vaya desayunando mientras tanto- subo las escaleras con Becky en brazo la bajo en su habitación y le hablo en lenguaje de señas, ahh si Lalo nos dio un taller intensivo a todos en la casa -Becky, perdón, te amo si-

-Me dejaste ¿verdad?, porque no tengo familia normal, como la de la tv, me desperté y esta sola- comienza a llorar, la abrazo nuevamente sentándonos en el sillón de lectura.

-No, llores, perdona, es que soy un desastre y un burro- lo último le señalo mis orejas enormes, lo cual le causa gracia.

-Bien, pero no me dejes, Cata no me dejo sola, ¿por qué ya no vive aquí?-

-Porque soy un burro… tú me puedes ayudar a que regrese-afirma con su cabeza, la ayuda a cambiarse y como compensación de daños, eso lo aprendió de Maggie, tengo que comprarle wafles con chocolate.

-Bueno ya están todos listos, así que vámonos, gracias Señor Johnson, Julio está esperando afuera por nosotros- Lalo toma a Becky y no se la doy y me dirá extrañada.

-De hecho, pensábamos pasar por usted y luego irnos todos juntos-

-¿Irnos?- pregunta enarcando una ceja con sospecha -¿juntos?, mmmm y ¿usted no va a trabajar?- niego con la cabeza y los chicos me miran burlándose -esto es extraño, pero bueno, vámonos que se nos hace tarde- comienza a caminar a la salida escoltada por los chicos -¿cuántas veces he dicho vámonos desde que llegue?, que otro sinónimo pudiese usar-

Entramos al auto y todo el camino fue buscando dichos, modismos y maneras de decir vámonos en diferentes idiomas, la cabeza ya me reventaba, pero amo cada ridiculez, que sale de sus labios.

Llegamos al sitio donde se realizaría la actividad y una gran pancarta nos daba la bienvenida, montón de chicos con sus familias, se veían por todas partes, gritando, corriendo….

-Ya recuerdo, porque nunca venía a estas cosas- digo en voz alta, al ver como unos niños llenan con helado al que parecer es su padre y se ríen de él.

-Mucha gente, alegría, felicidad, siiiii, recuerdo que es alérgico a eso- dice Lalo tomando de la mano a Becky y caminando a la entrando donde esta un grupo de maestras entregando etiquetas de nombres.

-Bienvenidos al Día de Intercambio Familiar, me puede indicar su…- la mujer calla al ver a Lalo y luego me ve a mi intercambiando mirada cada tanto -Amigaaaaaaaaa- sale detrás del escritorio y abraza a Lalo, quien la mira confundida y luego es a mí a quien abraza -El mundo definitivamente es pequeño, pensé que jamás los volvería a ver, esperen un momento- menciona y gira buscando a alguien le hace señas a un hombre quien al vernos sonríe y me extiende su mano.

-Amigo mío, ¿Cómo les ha ido?... ahhhhh- hace una mueca de burla, al quitarme la mano cuando estaba a punto de tomarla y abrazándome y dándome golpes en la espalda, se separa y abraza a Lalo -No me digan, ¿esta es la manada?- saluda a los chicos y mire a Lalo quien se encoge de hombros -Saben, tengo que confesarlo, más de una oportunidad pensamos en ir a su casa, pero el mundo es pequeño y aquí estamos- me golpea el hombro, a lo que hago una mueca, y ambos se sonríen muy alegremente.

-Tenemos que ponernos al día, todavía tengo sus regalos y por cierto, se acerca la mujer y nos abraza a ambos -seguimos sus consejos y Madre mía es maravilloso todo- le guiña un ojo al hombre que asumo es su esposo -Pero ¿qué tal si, acordamos reunirnos al final?- Lalo me mira.

-Aha amigaaaaa, al final, aha, bueno eh tenemos que entrar los chicos tienen una presentación en el stand de elaboración de galletas- la mujer se aparta y vuelve a su escritorio, mientras su esposo me mira sonriendo y negando con la cabeza, y levanta su pulgar derecho, arrugando su nariz.

-Aquí está, pero- mira cómplice a su esposo -merece unas mejoras- le dice algo a otra mujer que s e aleja y su esposo comienza a preguntarme como va la empresa y la mujer a Lalo, por sus diseños, hasta que la mujer que salió vuelve y le entrega algo -Aquí “La Manada Johnson”- nos entrega un montón de etiquetas con ese membrete y el nombre de cada uno, así como, mapas e itinerarios del día.




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