Idiota, idiota. No puedo creer lo que estoy haciendo ¿Qué me está pasando? Solo dos días y ¿le digo que es mía? ¿con que derecho le digo que es mía? Pero es mía, solo mía. ¿Cómo puede dejar que los hombres la toquen de esa manera? Solo puedo hacerlo yo, solo está bien si yo la toco, si yo la abraso, si yo la beso. No, que estoy diciendo. No me tengo que involucrar de esa manera con ella, tengo que poner distancia rápido o me va a atrapar. No puedo dejar que me afecten estas cosas, no puedo dejar que ella me afecte, solo tengo que protegerla y ya está. Sí, eso hago, la protejo de todos los hombres que no sean yo, ya que yo soy el único que puede estar en su vida. ¿Pero que acabo de decir? ¿Y si no soy yo, al que ella quiere? Que soy idiota. Quizás eso sirva para poner la distancia que necesito. Pero qué es esto. El niñito nuevo, el que se cree mejor que yo. Vamos a arreglar unos asuntitos.
-Eh tú el niño nuevo- Me acerco a él con mala cara para que me tenga miedo.
-El perro guardián- ¿Perro? ¿a quién llamas perro?
-Aléjate de Ariadna. Es por tu seguridad, la próxima no seré tan amable- Con eso debe tener.
-¿Disculpa? No creo que te convenga hablarme así. Para que sepas la quiero para mí y no me gusta compartir-
-Es la última vez que te lo advierto aléjate de ella- Este chico no está entendiendo el mensaje o mejor dicho no quiere hacerlo.
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una bonita historia de amor, una novela romntica, una adolescente
Editado: 06.04.2020